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Hector

Me encontraba acurrucada en el pecho de Rubén, mirando su cara, con los ojos cerrados y sus labios entre abiertos. Le di un pequeño beso en el labio inferior y luego me volví a acurrucar. Sus manos se apretaron mas en mi cintura mientras atrapaba mis piernas con las suyas, dejándome inmóvil, incapaz de irme. Bajo su cabeza poco a poco hasta que sentí un dulce beso en mi frente. Solté una risita chiquina y sentí como sonreía y me daba otro en la mejilla. Continuó dandome besos por la cara, luego conecto sus ojos con los míos. Me sede atontada mirando aquellos ojos marrones con un toque de verde en ellos, ojalá pudiera quedarme así siempre. Me dio un beso, pero no fue tanta intensidad como la mirada.

—Buenos días pequeña—dijo sonriente, yo le devolví el gesto abrazándole, el solo río—¿Que hora es?—acaeicio mi espalda mientras yo cogía el móvil de la mesita de noche, su móvil.

Encendía la pantalla, incrédula de mi, y le conteste:—La diez y media...—me quede mirando su fondo de pantalla.

Era yo.

Era el día que fuimos al hotel, tenía su camisa y una coleta hecha, mi mano estaba posicionada delante de mi cara pero solo tapaba una parte de esta. Se podía observar mi ojo como en un guiño y mi lengua sacaba a la mitad mordiéndola, sonriendo. Lo mire, con los ojos iluminados, y el estaba sonriendo. Me levanto y me puso encima de el sin casi esfuerzo, aunque fuera delgado, era muchísimo mas fuerte que yo.

—Para que señas que te quiero—me quito el móvil de las manos y me tumbo en la cama, besándome muy salvajemente. Yo no se lo negué, el era mi todo ¿como se lo iba a negar?

—Hay que ir a trabajar—dijo al separarse y levantarse de la cama para abrir el armario—por desgracia.

—Por desgracia de que—dije levantandome de la cama tan suave y dirijiendome a su espalda desnuda, dándole un corto beso.

—Te haría mía si no fuera por el trabajo—dijo mirando un montón de corbatas, agarro mi mano y me trajo para amante suya, agarrándome de la cintura.

—Ya soy tuya—

—Pero quiero de mostrártelo las veces que haga falta—mi hombro fue besado, y luego se apoyo en este balanceandose un poco—¿cual me pongo?—dijo mirando las corbatas, yo señale una corbata negra que en la punta tenía un decorado que ponía "B"—¿y eso por qué?

—Me apellido Bowlen—dije dándole a entender que de alguna forma también llevara alguna marca de que era mío.

—____ Bowlen Clou—dijo este.

—Rubén Doblas Gundersen—dijo y le di un meso en la mejilla, el me dio una vuelta como de baile y me dio un beso.

»

Hoy era viernes, así que tenía turno por la tarde, pero Rubén ya empezaba a trabajar a las doce. Le acompañe hasta la orina para entrar en la empresa y darle un último beso, luego me despedí y fui a casa, necesitaba una ducha.

Hacía bastante buen tiempo así que decidí volver sobre mis pasos hacia mi casa, pensando en mis cosas, lo que quiere decir: Rubén.



Cuando llegue Mangel estaba en casa jugando a la play con mi hermano. Al entrar Mangel me saludo con un abrazo al que yo respodí, no lo miraba desde hace tiempo y mi hermano solo un ladeó de cabeza. Puse una sonrisa y levante el dedo del medio sin que se diera cuenta.
Al darme cuenta de que Mangel estaba en casa era la oportunidad perfecta para hablar con el.

—Mangel—dije y este me miro sonriente—¿podemos hablar?—este asintió.

Lo lleve hasta en pasillo y comencé a charlar con el, lo típico de como te va la vida, que tal todo, para tener un mínimo de cordura y educación.

—Voy a ir a grano—dije sin mas rodeos—¿Conoces a Rubén Doblas?—este rió picaramente asintiendo.

—Es que lo sabía ¡lo sabía!—yo me quedé mirando lo que hacía sin encontrar una respuesta clara—¿Eres su secretaria?—asentí—sabía desde el primer momento que te cogiero en el trabajo ibas de secretaria.

—¿Y eso por qué?—dije confusa, como si fuera un insulto, como si hubiera mas trabajos pero yo cogiera este para pinchar con el jefe.

—Te describió cuando hable con él—dejo de ser un insulto que cambie por una sonrisa coqueta.

El resto de tiempo que estuve en casa fue para ducharme y trabajar un poco en una noticia que tenía. También comer bastante pizza, era lo único que había en casa.


Al llegar a la empresa volví a admirar aquel edificio tan enorme parándome en el ultimo piso, con una sonrisa coqueta.

Me adentre en el edificio Encontrándome con Hector, no me gustaba para nada trabajar con el, me coquetea seguido y no consigo que se aparte en ningún momento. Subimos a mi oficina para acabar con una noticia, y espera estar el menor tiempo allí.

—Empezamos a trab...—fui interrumpida por un beso en la boca, me aparte en seguida—¿¡Pero que haces subnormal!?

Me pego en la cara haciendo que me cayera al suelo, coloque mi mano temblorosa en mi cara, sintiendo escozor. Se tumbro sobre mi quitandome la blusa,yo forcejeé para que me soltase, pero solo apretó mas el agarre. Grite un "AYUDA" lo mas alto que pude, intentando que llegara al último piso. Me golpeo otra ves y puso su mano en mi boca, callándome, mientras besaba mi pecho. Sentí asco, me repuganaba este hombre por hacer lo que estaba haciendo.

La puerta se abrió dando a una marina preocupada, me soltó y yo fui corriendo hacia ella y la abracé. Esta cerro la puesta con llave y Hector empezó a petar en esta para que le abrieran. Marina aviso rápido a alguien mientras me abrazaba para que llamaran a la policía.




Un rato después de acabar de declarar, que solo fueron cinco minutos, bajo un hombre esbelto por el ascensor, llegando desde el último piso, era Rubén. Ando con paso rápido y se paro hacia Hector, sin dirijirme una mirada

—Lo siento seguridad—dijo y estés asintieron, soltando a Hector, Rubén levanto el puño y le dio con fuerza en la cara, luego un rodillazo en el pecho y lo empujo contra el coche de policía, diciéndole algo al oído.

Después de eso se volvió hacia mi y me beso con fuerza, sin importarle si había gente mirando o no. Luego me abrazo, fuerte, como si no quisiera que me fuera nunca, me sentí segura.









»Espero que os guste. Hasta otra! Os quiero <3

...|rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora