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Las manos de Rubén se pusieron a mis costados, acercando mi boca con la suya, fusoniandola en un beso. Gemí un poco cuando sentí su mano acercarse a mi pezón. Se río entre dientes.

El disfrutaba, sabiendo que tenía todo el control sobre mi.

Me  elevo sin problema, llevándome a su cuarto. Me sentó en en borde de la cama, arrodillándose ante mi. Me reí, el no entendió.

—¿Que te pasa?—dijo susurrando pero grave y roncamente, lo que me provoco mientras beso mi cuello.

—Normalmente soy yo la que se arrodilla ante ti—dije riendome un poquito.

—Si lo haces no te lo voy a negar—se río profundamente, tunbandome en la cama, poniéndose encima intentando sacar su corbata besándome.

Intente cambiar los roles, poniéndome yo encima, pero mi fuerza fue inútil a comparación con la suya. Me agarro de las muñecas, dejándome en mi sitio.

—No te vas a mover, me gusta tener el control—sonreí y fue desabrochándose mi blusa, luego quito mi falda y mis media, dejándome en ropa interior.

El se quito lo que le sobrada, y lo mismo hivo con mi escasa ropa, antes de que lo hiciera se puso condón. Al parecer si que le preocupaba.

Fue embistiendo lentamente, y suavemente, metiéndola cada vez mas a dentro. Yo tenía una mueca de dolor, juntada con una de placer.

Gemí, varias veces, el me hacía sentir en el cielo, en era mi ángel. Mientras me embestía yo sujete sus cabellos en mi mano. Dejaba besos húmedos por mi cuello. Lo quería, lo necesitaba, a mi lado.

Llego al mismo tiempo que yo, y mientras jedeeabamos, pronunció dos palabras "me importas" dijo y me beso.

Nos tumbamos, la abracé. Me sentía protegida a su lado.

—Rub...—dije susurrando apoyada en su pecho—te quiero...

—Yo también princesa...

Cerré los ojos y me dormí, muy feliz de tenerle a mi lado.

...|rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora