Lucas se empeña en llevarme a casa.
Le doy la dirección y vamos hacia allí.Acabamos de llegar a mi casa.
Veo que está todo cerrado, así que supongo que Paula aún no ha llegado.- Muchas gracias por traerme -sonrio.
- No tienes que darmelas. ¿Irás al próximo entrenamiento?
- Lo intentaré -él sonrie.
Iba a abrir la puerta cuando Lucas me coge de la muñeca, haciendo que me gire.
Me besa. Si, me besa.
No me lo esperaba, de verdad que no. Pero oye, ¿y lo bien que besa?
Nos separamos y ninguno de los dos habla, simplemente nos miramos.
Decido girarme de nuevo, abrir la puerta y bajarme del coche.- Adiós -digo un poco nerviosa y cierro la puerta.
Saco las llaves del bolso y abro la puerta de casa. Entro y dejo que la puerta se cierre sola. Apoyo la espalda en la puerta, suspiro y se me escapa una sonrisa.
Lucas me ha besado. No me lo creo.Subo, voy a mi habitación y me pongo algo más cómodo.
Ese mismo día, por la tarde
Paula y yo estamos viendo la tele cuando suena el timbre.
Se levanta y va a abrir.- ¿Pero cuánto tardais vosotras en abrir la puerta? -dice Isco.
Espera. ¿Isco? ¿Qué hace aquí?
Entran en el salón y también vienen Lucas y Morata. Vienen con dos cajas.
Le doy dos besos a cada uno.- ¿Y esas cajas? -pregunto con curiosidad.
- Es un regalo para vosotras, para agradeceros que fuerais el otro día a vernos en Anoeta -dice Morata.
- ¿Se lo damos ya? -pregunta Lucas.
- Venga si -contesta Isco.
Nos dan las cajas.
- Tu primero -le digo a Paula.
Paula abre su caja y de ella sale un perro.
- Que mono -sonrie- muchísimas gracias chicos. Ahora tu -me dice.
Abro mi caja y en ella veo una cosita blanca.
- Ay por favor -me llevo las manos a la cara- siempre quise uno. Muchísimas gracias, enserio.
Nos sentamos en los sofás, Lucas a mi lado.
Roza su mano con la mía y entrelaza nuestros dedos.
Es tan mono, de verdad. Me dan ganas de comermelo a besos ahora mismo.