ERROR. (Editando)

4. Idea retrocida.

Busqué un lugar en toda la academia, donde fuese posible escondernos de Eider y de Penny.

Con el cuaderno en una mano, y la otra con la de Axel, corrí lo más rápido posible por las escaleras, cuando ya habíamos bajado esta, sólo me mantuve caminando con un paso moderado.
Él se mantuvo callado durante el trayecto de mi habitación al lugar a donde íbamos.

-¿A dónde se supone que vamos? - por fin después de un buen rato, se atrevió a hablar.

- Necesito decirte algo, lejos de esas dos...

- ¿De-decirme algo? - noté un poco de nerviosismo en su voz. Pero, ¿por qué? - ¿Que quieres decir....con eso?

- Yo... - paré un momento al ver a la Profesora de música Sara. - ¡escondete!

- Pero que- - lo jalé en un pequeño espacio debajo de un mueble, interrumpiéndolo; ambos teníamos una complexión delgada así que sin problemas pudimos entrar. - ¡auch!

- Perdón- me disculpe con una sonrisa.

- no pasa nada, pero ¿qué traes en mente?

- ¡Shh...!- Posé un dedo en mis labios. -Guarda silencio.

-Pero...

-¡shh! - pose mi dedo índice en sus labios callandolo- puede escucharnos.

Asintió con la cabeza.

- ¿Cómo dices que se llama? - la voz de la maestra perforó en mis oídos. - obviamente el nuevo. - al aparecer hablaba por teléfono... Pero, ¿con quién?

La había visto llegar junto al Sr. Director hace unas horas, cuando Axel me vió.

- ¿Quién es? - Axel seguía insistente, creo que debería enseñarle a callar.

Besalo... Sería la mejor forma de callarlo.

- ¡Callate! - golpee mi cabeza con la palma de mi mano. ¿Que demonios estaba pensando?

- perdón, sólo era una pregunta...

- No! Tu no... Digo, quiero decir... Yo... Nunca deberías de callar, claro está, digo yo, yo... mejor me callo.

¡Ataques de nervios! ¡De maravilla!

- Jajajaja - escuché como Axel se carcajeaba de forma silenciosa para que no se escucharse.

- ¡Hey! - Murmuré cruzándome de brazos.

- No,no me reía de ti. - Mostró sus palmas. - Sólo que... Te ves tan tierna así... - me sonrió.

En estos momentos estaría roja como un tomate.

Pero no era así, solo sentía cierta seguridad, aunque no negaría que él corazón me latiera con fuerza.

- ¿Kevin House? ¿estas seguro?

La voz de la maestra me sobresaltó, mis ojos se abrieron como platos, ni sabía si gritar o llorar, enfurecerme o tranquilizarme. No sabía nada.

- Hen... -No quería hablar con nadie, pero quería seguir con mi plan en marcha, apenas todo estaba comenzando.

- ¿Estás bien? - su voz.. Esa voz que me trasmitía tranquilidad, él nunca me dejaría sola aún a pesar de todo.

Sus brazos me cubrieron, regresé al mundo nuevamente, no me había dado cuenta que la maestra ya no estaba, podríamos salir, pero no quería.
Me sonroje, noté que varias lágrimas se habían deslizado por mis mejillas; pero había despareció en cuanto sus bazos me habrían cubierto.