Hera creía que se volvería loca, estaba casi segura de eso. Necesitaba respuestas de una vez por todas, y el único que podía responderlas, era a quién no quería ver. La cabeza le daba vueltas luego de lo que había visto, había limpiado como pudo y actuó el resto del día como si nada hubiese pasado, tratando de seguir de largo cuando veía a la tía de Peter acercarse. Lo cual no era fácil, puesto que eran cercanas y la había invitado a cenar, y casi la cancela, pero si quería hablar con Peter se vería obligada ir.
No era por mal agradecida, la mujer sabía que pasaba su cumpleaños sola, y era un bello gesto invitarla a cenar, era una gran compañera, pero estaba nerviosa. Eran demasiados pensamientos y demasiados secretos que guardar, un paso en falso y May tendría que entrar a urgencias por la sorpresa.
Oh vamos, no seas cobarde, niña tonta. La voz de su conciencia le reclamó y Hera rodó los ojos, se levantó de la silla en frente de su tocador y escuchó el teléfono. Soltó un suspiro, atendiendo.
-Diga - Dijo con voz amable.
-ME ENCANTARÍA SABER DONDE HAS ESTADO - la chillona voz de la señora Figgs, la ex nana de su hermano, la hizo soltar un pequeño grito.
-Ay, Mafalda, si sigues gritando te saldrán arrugas - Hera suspiró.
-No me cambies de tema, niña, sabes por qué te llamo; tu hermano no deja de preguntar por ti.
La mención de su hermano la hizo frenar en su andar hacia el armario de su habitación en la mansión Osborn.
-Se que tendría que haber ido hoy, pero por si no recuerdas es mi cumpleaños, y a veces la gente tiene planes. ¿ tengo que recordarte que también trabajo? - refunfuñó la morena buscando su ropa, estaba cansada de esos reclamos interminables.
-Si tanto trabajas, esa debe ser la razón por la que no contestas en Oscorp, ¿ verdad?
TE ATRAPÓ, CUELGA EL TELÉFONO.
-Ordené que no me pasaran llamadas si no eran emergencias, y disculpa que lo diga, pero las quejas de Harry, no cuentan.
-No volveré a repetirlo, Hera, tú hermano quiere verte - El tono de voz de Mafalda, le dio un escalofrío a la chica.- Sabes que fácil se termina esto.
Y era eso de lo que Fggs quería hablar, razonó la joven.
-Creí que esto se trataba de Harry, no de si debería o no irme.¿Te crees que dejará de quejarse si me voy? No te engañes, son cosas distintas. Esto es mío, las casas, el dinero, Oscorp, todo; y pelee mucho para poder obtenerlo, y dudo que me puedas quitar mis derechos como heredera - Hera cerró de un portazo la puerta de su armario, estaba furiosa.- Es hora de que entiendas que soy una Osborn, y me quedaré.
Hera estaba por colgar cuando la risa de la señora Figgs la detuvo, el modo en que sonaba, tan tranquila, le provocó otro escalofrío.
-Es hora de que tu entiendas.
Y con esas palabras, haciéndose la enigmática, Mafalda cortó la llamada. Parte de ser la hermana de Harry, era ser la cara de todos sus errores, y además soportar a su irritante nana, que estaba desesperada por alejar a la morena de Oscorp, por lo cual la muchacha no dejaba de ser insistente con quedarse. Su padre había dejado muy en claro que ambos hijos debían tener acceso a todo lo que dejaba, Hera sabía eso a la perfección.
La joven marcó el número Ravencroft, y luego de esperar unos minutos, habló con el encargado de la celda de su hermano, un hombre llamado Spencer, que siempre trataba de invitarla a salir.
-Sí, Spens, buscaré un día y te diré - Decía la morena con su mejor cara de molestia, por suerte el pobre hombre no la veía.- Llame porque necesito saber, quien fue hoy a ver a mi hermano y en qué momento puedo ir mañana.
Spencer, luego de soltar una risa '' coqueta'' le contó, que solo dos personas habían ido a ver a Harry, la señora Figgs, y un hombre que se hacía llamar Mr. Fiers. Hera agradeció cuando Spencer le dijo que al día siguiente no habría visitas, colgó y decidió ir a vestirse. Estaba casi segura que el nombre del caballero que visitó a su hermano, le sonaba extrañamente familiar.
#FLASHBACK#
Estaba acomodándome la falda antes de entrar apresurada a la torre Oscorp. Me paré cerca de la recepción buscando a la señora Mafalda Figgs, ex nana de mi hermano, que momentáneamente se hacía cargo de la empresa hasta mi llegada.Los guardias me taparon la vista, me miraban como si fuera una rata, un pez de otra pecera.
-Disculpe señorita, ¿qué necesita? - preguntó el primero.
-Tengo una reunión con Mafalda Figgs...
-¿Podría decirme su nombre?- La recepcionista no me dejó terminar.
Me acerqué al escritorio.
- Osborn, Hera Osborn - dije seria.
La mujer en la silla frente a mi cambió su sonrisa irónica, a una expresión de completa disculpa. Mientras tartamudeaba solicitando mi identificación, mi seño se frunció y comencé a buscar, cuando una voz amable y conocida dijo mi nombre. Felicia, la ex secretaría de mi padre y hermano, y seguramente mi futura asistente, pero por sobre todas las cosas, una amiga, apareció detrás de los guardias con una sonrisa. Los gorilas se hicieron a un lado luego de disculparse conmigo, yo solo sonreí un poco sacando importancia al asunto. Feli caminó conmigo escaleras arriba hablando bajo la mirada de los empleados, hasta la oficina principal.
Estaba nerviosa.
Mafalda Figgs, una mujer de unos sesenta años con el pelo gris y mirada amarga, salía de la oficina despidiendo a un hombre de mirada suspicaz. Al verme la mujer rápidamente se acercó y lo presentó como un socio de la empresa, con el nombre Gustav Fiers. Estreché su mano en un gesto amigable y educado, presentándome. Cuando se despidió, su voz sonó extraña, muy especuladora, como si no se sorprendiera de mi existencia como los demás ( por haber pasado tanto tiempo en internados, alejada del mundo) e inmediatamente supuse que si era un socio, mi padre habría hablado de mí.
-Adiós, señorita Osborn. La veré pronto.
#FIN DEL FLSAHBACK#
Entonces, Hera no dejaba de pensar que aunque el señor Fiers fuera un socio, no debía estar en Ravencroft, incluso si estaba como visita, no creía que la relación con su hermano pasara a más que puramente formal, Harry no era del típico empresario que mantenía alguna relación personal con sus socios, de hecho era frívolo la mayor parte del tiempo y su actitud narcisista, lo mantenía alejado de la gente.
Abrió el cajón y observó el pequeño teléfono dentro. Podría llamar y preguntar, tratar de saber algo más, pero desechó esa idea cerrando el cajón molesta. No pediría ayuda a Fury, debía dejar de ser tan desconfiada; quizá su hermano había cambiado, quizá ya no era el mismo soberbio de hace unos años.POV PETER:
Bajé las escaleras camino a la cocina y vi a tía May cocinar demasiado bien vestida. ''¿Ahora qué olvidé?'', pensé meditando si salir corriendo, antes de que me golpeara con una olla. Mi tía, al verme parado en la puerta de la cocina con cara de espanto y vestido con el pijama, me miró con reproche.
-Deberías estar vestido - Soltó como regaño. - Tendremos visitas y no puedes recibirlas en pijama.
-Pero no sabía que vendría alguien - dije defendiéndome con la boca llena de fruta.
-Hera llegará en cualquier momento y tu en esas fachas - Dijo como si fuera un escándalo.
Y como por arte de magia, el timbre sonó. Como si fuera algo muy común, abrí la puerta de la casa con mi camiseta descolorida, y un pantalón azul oscuro. El cabello de Hera, tan oscuro como la noche misma fue lo primero que vi, se volteó y viendo mi ropa trató de no reírse.
-Me gusta tu estilo - dijo ella divertida. Yo sonreí con incomodidad y la dejé pasar.
- Me acabo de enterar que vendrías - dije cerrando la puerta detrás de ella.
-Lo supuse - Hera tenía una sonrisa divertida en su rostro.
Genial. Si ella no tocaba el tema, yo tampoco. Me parecía sano y razonable, quizá no le interesaba en lo más mínimo hablar sobre lo sucedido. Le indiqué la cocina, colgué su bolso y abrigo en el perchero de entrada; me fui a cambiar, y decidí pasar la noche como alguien normal.
La cena prosiguió con naturalidad. Hera nos contó que vivió casi toda su vida en un internado, donde pocas veces recibía visitas, que estudió todo lo que su padre deseaba que estudiara, que fue la mejor de su clase y trató siempre de que su padre estuviera orgulloso. Nos reímos con historias del pasado, bromas y travesuras mías con mi mejor amigo Harry Osborn, y era curioso como ella sonreía, como si fueran recuerdos compartidos.
POV OMNISIENTE:
Hera se preguntaba qué pensaría Peter si supiera que estaba hablando con la hermana de su antiguo mejor amigo, qué creería de ella. Luego de haberse negado a revelar su identidad a nadie, y menos a los Parker, se preguntó si realmente era factible que ella mantuviera relación con ellos, sabiendo perfectamente, en vista de las circunstancias, que Harry no solo había sido un peligro para la sociedad, sino que también había asesinado a la novia de Peter. Lo que menos quería la morena en ese momento, era que él creyera que era peligrosa, ni que desconfiara de ella. Peter le agradaba, siempre le había agradado, incluso aunque él no supiera ni de su existencia, ni las incontables veces que Harry había hablado de él, o las veces que los había espiado mientras estaban en la mansión Osborn, y aunque habían sido pocas, eran suficientes para que Hera supiera que Peter era una gran persona y que su hermano jamás estaría realmente solo.
Si tan solo lo hubiese aprovechado.
El ruido de una tormenta que se desataba fuera la sacó de sus pensamientos y la devolvió a la realidad, donde además se cortó la luz en la casa Parker y en resto de las manzanas a la vista, según el informe de May, que miraba por la ventana. Hera creyó que ese era un gran momento para volver a su casa, pero May rechazó esa idea escandalizada de que pescaría un resfriado, y que afuera, era peligroso. Incluso insistió en que se quedaría hasta el día siguiente, cuando hubiera claridad y el temporal hubiese mejorado. A la luz de las velas terminaron el postre y luego May se excusó con que tenía que ir a preparar la habitación de huéspedes. Hera rio divertida y pilló a Peter mirándola con curiosidad desde el otro lado de la mesa.
-Creo que te meteré una denuncia por acoso- Bromeó ella, y el chico dio un respingo.
- Lo lamento - Dijo Peter riendo mientras levantaba los restos del ya terminado postre.- tengo un juego de Luddo si estas aburrida - comentó apoyado en la mesada de brazos cruzados.
-Suena más entretenido que mirar la vela hasta que se consuma - dijo ella divertida.
La luz dorada caía sobre su blanca piel como un bronceado y le daba a sus ojos verdes, un brillo especial, el tipo de destello de alguien pícaro. Peter sonrió y buscó el juego en el mueble de la sala, regresó y se sentó frente a ella.
-Desde ya te aviso que soy el mejor en esto - Dijo con tono de suficiencia, provocando que la melodiosa risa de Hera, llene la habitación.
May escuchaba mientras espiaba por la escalera; estaba contenta de que su Pete tuviera a alguien con quien hablar y que lo haga sonreír. Extrañaba tanto ese brillo que había en sus ojos cuando estaba feliz o a gusto, que agradecía a Dios por conocer a Hera.Antes había una nota, ahora no. Podes seguir leyendo.
Mel, fuera.
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La chica Osborn / Marvel - Peter Parker
FanfictionLa hija menor de Norman Osborn, con solo diecinueve años, debe hacerse cargo de la empresa de su padre, luego de que su hermano haya sido internado en un hospital psiquiátrico debido a sus crímenes cometidos en Nueva York. Hera prefiere manten...