CAPÍTULO 14: Te veo y me lastima.

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Hera estaba profundamente dormida en la cama de la habitación de huéspedes de la casa de Steve. Este estaba desayunando mientras leía el periódico. Eran las siete de la mañana.

La morena se levantó y fue a la cocina vistiendo el pijama que Peter le había prestado, era lo más cerca que podía estar de él. Steve dejó la taza y el periódico cuando la vio entrar con la camiseta sin mangas que le quedaba gigante. Se ofreció a ayudarla con la pomada en su espalda, lo que la chica agradeció con una sonrisa. Se sentó cubriéndose el pecho con la camiseta y dejó que Steve pasara la fría crema por su casi curada piel.

-Estás muy delgada – dijo él masajeando los omóplatos de la chica.

-La comida no es bien absorbida por mi cuerpo, todavía me estoy recuperando – se excusa la chica sintiendo vergüenza de que el la viera así.

-Te daré más comida entonces – dijo Steve en tono divertido tratando de hacerla reír, lo cual logró con facilidad. Besó la mejilla de la joven cuando se levantó para prepararle el desayuno. Rogers era como el hermano Mayor que si tuvo pero mejor. Siempre la cuidaba y regañaba, le leía, le cocinaba, la entrenaba, con quien jugaba de mano y Steve era el único con quien Hera Tenía tanta confianza para hacer cosas como mostrarle partes de su cuerpo cuando se curaba, o usar pantalones cortos, o remeras sin mangas.

Steve dejó frente a ella un tazón de cereales, una vaso de chocolatada, cuatros tostadas con mantequilla y un plato con huevos revueltos y tocino, todo tamaño baño. Hera se rio al ver toda la comida y comió bajo la atenta mirada supervisora de Steve.

Mientras ambos desayunaban en completo silencio, en la televisión pasaban las noticias de último momento. El hombre araña había salvado a todos los habitantes de un edificio en llamas hacía solo unos minutos. Hera mordió una tostada mirando los videos de Peter vestido con su traje, lo cual le produjo un nudo en el estómago. Apagó la televisión murmurando algo para sí misma y decidió que terminaría su desayuno en silencio sepulcral.

Llegaba la hora de ir a la base, así que mordiendo el último pedazo de tocino, Hera corrió a vestirse a su habitación. Se sentía con mucha energía, quizá Steve tenía razón y solo debía comer mejor, incluso sentía como la herida de su vientre sanaba más rápido que antes. Se vistió con ropa cómoda, se puso sus zapatillas DC, tomó su mochila llena de las cosas que necesitaría y volvió a la sala donde se encontró con Steve poniéndose la chaqueta. Fueron al garaje a buscar la moto del Capitán mientras conversaban sobre lo que harían ese día. Mientras iban por las calles de Nueva York, Hera disfrutaba de la brisa revolviéndole el cabello.

Mientras Hera tecleaba en la computadora de la sala de computación usando todo lo que sabía para su trabajo con los Vengadores, estaba escuchando música en un volumen bajo mientras tomaba notas en su libreta. La puerta de la sala se abrió dejando entrar a Tony saltando como el conejo de pascua en la pradera, y se sentó junto a la chica con una cara de feliz cumpleaños que hizo que ella se hiciera para atrás con una mano en el pecho.

-Te casarás con Pepper y por eso tienes esa cara – dijo la joven señalándolo. – quiero ser tu padrino.

-No tonta, no es eso – dijo el genio sonrojado, lo que hizo que Hera se riera mucho. – Tengo un traje para ti.

La morena lo miró sin comprender negando con la cabeza, y Stark la tomó del brazo arrastrándola hasta su taller. Después de negarse a contestar hacia donde la llevaba, Tony frenó y la obligó a cerrar los ojos. La morena obedeció rodando los ojos, y se dejó guiar dentro de la habitación.

Cuando Tony le dijo que podía abrirlos, Hera pudo ver en un maniquí un hermoso traje color verde y negro, muy parecido al de La Bruja Escarlata, con el corsé en color verde oscuro, con una serie de incrustaciones color dorado, muy sutiles, y la chaqueta color negro igual que el pantalón y las botas. La chica se acercó hasta el maniquí y acarició la tela.

La chica Osborn / Marvel  - Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora