Capítulo VI - nunca me olvides

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¿Como pudimos hacerlo tan mal? 
N

o te puedo olvidar. 

Y Después, de los besos qué nos queda, 

de las caricias qué nos queda.


Después - Rush Smith ft. Cris moné

Narra Javi

Me desperté con una resaca del quince... No sé qué me pasó ayer, pero una cosa llevó a la otra y al final acabé gritándole a Alice cosas que no decía de verdad, solo lo había dicho para hacerle daño... estaba dolido y... ¡Joder!

Me tomé una pastilla y me arreglé para ir a trabajar.

Entré en el instituto con una cara que daba miedo, pero no podía hacer nada.

- Madre mía Javi ¿Mucha fiesta ayer con Alice? – Dijo Fernando, un compañero de trabajo con el cual Alice siempre había tenido muy buena relación cuando estaba aquí estudiando.

- Sí... - Dije para no decir lo que realmente había ocurrido.

- ¿Cómo está? Hace mucho que no viene.

- Bien, está liada con el trabajo y...

- El poco tiempo que le queda lo quiere pasa contigo, lo entiendo, pero dile que un día se pase que la echamos en falta. – Dijo sonriendo, lo que había dicho me había dolido, me había pedido tantas veces hacer cosas cuando volvía del trabajo y yo siempre le decía que estaba cansado y no me apetecía... Me merecía lo que había pasado.

- Se lo diré, tranquilo. – Dije sonriendo falsamente. Después de eso me fui a la sala de profesores y me tomé un café, lo necesitaba, después de saludar a algunos compañeros que entraban y de decir que no me había ocurrido nada, que solo había pasado mala noche me fui a mi despacho, hasta más tarde no tenía nada programado así que simplemente me quedé allí sentado, pensando en la de veces que la había cagado, en la de veces que Alice me decía que la habían invitado a algún lugar y yo le decía que fuese sola, en la de veces que se iba de escapada para relajarse y que en realidad era para pensar, ni siquiera la había tocado desde hacía semanas y quizá se pensaba que ya no me atraía y no era así, me atraía y mucho... Quizá tenía razón, quizá me había acomodado, siempre la seguía teniendo a mi lado y con eso me bastaba... había sido un egoísta... tenía a alguien que me alababa y yo pasaba de ella. Me cago en todo ¿Podía haber sido más gilipollas? Sí, anoche lo fui. La llamada de Dani me hizo darme cuenta, ¿Cómo pude decirle aquello? Cómo se me llegó a pasar siquiera por la cabeza para decírselo... Y encima sabiendo cómo le afectaban esas cosas ¡Joder! Había sido su puto psicólogo por cosas de este tipo y ahora va y la hundo...

Seguía sumido en mis pensamientos cuando alguien llamó a la puerta. Carraspeé para olvidarme de todo por un momento.

- Adelante.

- Hola Javi, ¿Podemos hablar un momento? – Estaba alucinando, seguro que era eso, no me lo creía.

- Sí, claro... Pasa, siéntate. – Dije enderezándome en la silla.

- Siento que haya venido aquí a hablar, pero... no entro hasta más tarde al trabajo, ya sabes, los martes... bueno. – Suspiró. – No creo poder hablar de esto en tu casa.

- Nuestra casa.

- Tú casa... esa casa no es nada mío ya... - Dijo agachando la cabeza. Se la veía cabizbaja, apenas le salía la voz, la conocía, estaba aguantándose las ganas de llorar. – Bueno... no sé por dónde empezar. – Dijo mirando al techo. – Hacía mucho que no entraba al despacho para hablar de problemas. – Dijo sonriendo tristemente.

Recuperando mi vida de ensueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora