Capítulo XI - Eres un amargado

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ahora tengo que aprender a desnombrarte 

Con los ojos mas que con la boca 

Sigues siendo la dueña 

del gigante que se esconde en mi silencio   

No sabes cuanto te he querido - Nauta

Narra Javi

Ya habían pasado más de tres meses desde que Alice se fue... Todavía no me acostumbraba, era extraño no escucharla por casa, era extraño no verla cada mañana, me dolía ver sus fotos en instagram y ver que ella seguía con su vida, sé que ahora se había cambiado de piso, me la encontré hace unas semanas saliendo de este... era la segunda vez que me la encontraba y habíamos actuado como desconocidos, sé que le dije que no quería que ocurriese eso, pero cuando en aquella discoteca me dio dos besos... su olor, su tacto ¡Joder! Era imposible que la tratase como antes de todo... todavía la quería, todavía maldecía por haber sido tan estúpido.

- Hola Javi ¿Cómo estás?

- Hola Mar... pues no sé, he estado mejor.

- Va, no te martirices más, aprende a olvidar.

- Pero ¿Y si no quiero olvidar?

- ¿Vas a estar toda la vida llorando por alguien que se ha ido?

- No se ha ido para toda la vida.

- Javi... Tú mejor que nade estás viendo que está rehaciendo su vida. Tú tendrías que empezar a hacer igual.

- Joder Mar, olvidarla es saber que no hay forma de volver... Le prometí a mi madre que iba a recuperarla...

- Javi, yo sé que os queríais mucho.

- Seguimos haciéndolo... - Dije cortándola.

- Muy bien, pues sé que os queréis mucho, pero Alice te ha dejado por algo, y no creo que quiera volver, está saliendo con sus amigos, está viviendo sola... sé que duele, pero no parece que esté haciendo esto para volver en una semana.

- Pff... pero quizá hay una mínima esperanza.

- Javier deja de aferrarte a las mínimas esperanzas y empieza a rehacer tu vida como está hacendó ella.

- ¡¿Pero tú estás aquí para ayudarme o para hundirme más?!

- Estoy para hacerte ver que tienes que aprender a decir adiós, que parece que en estos momentos no sabes ser psicólogo para ti mismo, tu gilipollez te gana. Así que mejor me voy y cando estés dispuesto a ver que de verdad necesitas pasar página me avisas.

- Muy bien, vete tú también.

- Que te follen. – Dijo dando un portazo.

Me senté en el sofá, sabía que estaba siendo injusto, que solo quería ayudarme, pero no quería aceptar que tenía razón. Mar era una amiga que conocí en la carrera, conocía a Alice y no se llevaban para nada mal. Cuando se enteró de lo que había pasado estuvo a mi lado en todo momento, me estaba ayudando con todo, pero yo no es que hiciese fácil la ayuda, desde que todo esto había pasado puede que me haya vuelto un poco más gruñón, me enfadaba por todo y a todo el mundo le replicaba, incluso a Alice le comentaba a veces cosas en sus fotos de las cuales luego me arrepentía, pero de poco servía arrepentirse. Mar estaba teniendo mucha paciencia, se pasaba conmigo casi todo el día y muchas veces se llevaba algún reproche. Era una chica alta, delgada, de tez morena, ojos claros, pelo castaño oscuro, de primeras parecía una chica seria pero cuando la conocías te das cuenta de que es todo lo contrario.

Recuperando mi vida de ensueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora