Capítulo XV - Noche improvisada

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Un hombre solo, una mujer,
sesenta y nueve formas de pasarlo bien.

Luces apagadas, sin temor a nada,
mis manos se han perdido dentro de tu falda,
pasión encendida, la emoción servida
,y gotas de sudor van mojando mi espalda .

Estoy Por Ti - Amistades Peligrosas


Estaba en casa a punto de salir hacia la de Samuel, por fin iba a presentarme a su novio, tenía ganas la verdad, tanto tiempo escuchando sobre él... mañana me iba al País Vasco, quería visitar a Tyler y Susana, y a Alec también, no voy a negarlo, además de airearme un poco. Me iba a hospedar en un parador, el parador de Argomaniz, tenía muy buenas referencias y era perfecto para desconectar y lo necesitaba.

- ¡Hola! – Dijo Samuel abriéndome la puerta.

- ¡Hola! – Dije dándole un abrazo.

- ¿Qué tal?

- Genial, va pasa. – Dijo apartándose. – ¡Alex! ¡Alice acaba de llegar!

- ¡Voy!

- Los vecinos tienen que estar muy contentos con vosotros como os habléis así siempre.

- Igual que los tuyos escuchándote.

- ¡Samuel! – Dije riéndome.

- Hola. – Dijo un chico de una altura similar a Samuel.

- Hola. – Se acercó para darme dos besos. – Me siento enana.

- Eres enana. – Dijo Samuel, yo lo acuchillé con la mirada y él se rio.

- Bueno por fin puedo conocerte Alice.

- Lo mismo digo, Samuel solo te quiere para él, porque no quería presentarnos.

- ¡Oye! Eso no es verdad. – Yo me reí.

Alex era un chico más delgadito que Samuel, igual de sonriente y tenía el pelo castaño al igual que los ojos.

- Bueno ¿Vamos a cenar?

- Claro, ¿Qué habéis preparado?

- ¿Quieres morir? – Dijo Alex riéndose.

- ¿Cómo? – Dije yo sin entender nada.

- Pues que si cocinamos nosotros lo más seguro es que mueras intoxicada.

- No te pases chaval... - Dijo Samuel. – Si yo se cocinar muy bien, el chef me llaman.

- ¿Que sabes cocinar bien? Si solo sabes hacer fajitas y carpacho de gambas que viene ya hecho. – Samuel le sacó la lengua y yo sonreí.

- ¿Entonces que hay de cena? Porque no es que me guste alimentarme del aire.

- Hemos pedido shushi.

- ¡Genial! – Dije aplausos. – Yo he traído el postre, aunque Samu quizá no quiere...

- ¿Por?

- Porque es una tarta sacher y si mis muffins te parecen bombas calóricas, esto ya no te digo nada.

- Tranquila, ya nos la comemos entre los dos... ¿La has hecho tú? – Dijo mirándola, yo asentí. – Madre mía... Dejo a Samuel y me voy contigo... - Yo me reí.

- Tranquila que haré un esfuerzo y comeré un poco, no puedo dejar que os la comáis vosotros solos.

- De verdad que si supone un problema nosotros nos la comemos eeh.

Recuperando mi vida de ensueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora