Un hombre solo, una mujer,
sesenta y nueve formas de pasarlo bien.Luces apagadas, sin temor a nada,
mis manos se han perdido dentro de tu falda,
pasión encendida, la emoción servida
,y gotas de sudor van mojando mi espalda .Estoy Por Ti - Amistades Peligrosas
Estaba en casa a punto de salir hacia la de Samuel, por fin iba a presentarme a su novio, tenía ganas la verdad, tanto tiempo escuchando sobre él... mañana me iba al País Vasco, quería visitar a Tyler y Susana, y a Alec también, no voy a negarlo, además de airearme un poco. Me iba a hospedar en un parador, el parador de Argomaniz, tenía muy buenas referencias y era perfecto para desconectar y lo necesitaba.- ¡Hola! – Dijo Samuel abriéndome la puerta.
- ¡Hola! – Dije dándole un abrazo.
- ¿Qué tal?
- Genial, va pasa. – Dijo apartándose. – ¡Alex! ¡Alice acaba de llegar!
- ¡Voy!
- Los vecinos tienen que estar muy contentos con vosotros como os habléis así siempre.
- Igual que los tuyos escuchándote.
- ¡Samuel! – Dije riéndome.
- Hola. – Dijo un chico de una altura similar a Samuel.
- Hola. – Se acercó para darme dos besos. – Me siento enana.
- Eres enana. – Dijo Samuel, yo lo acuchillé con la mirada y él se rio.
- Bueno por fin puedo conocerte Alice.
- Lo mismo digo, Samuel solo te quiere para él, porque no quería presentarnos.
- ¡Oye! Eso no es verdad. – Yo me reí.
Alex era un chico más delgadito que Samuel, igual de sonriente y tenía el pelo castaño al igual que los ojos.
- Bueno ¿Vamos a cenar?
- Claro, ¿Qué habéis preparado?
- ¿Quieres morir? – Dijo Alex riéndose.
- ¿Cómo? – Dije yo sin entender nada.
- Pues que si cocinamos nosotros lo más seguro es que mueras intoxicada.
- No te pases chaval... - Dijo Samuel. – Si yo se cocinar muy bien, el chef me llaman.
- ¿Que sabes cocinar bien? Si solo sabes hacer fajitas y carpacho de gambas que viene ya hecho. – Samuel le sacó la lengua y yo sonreí.
- ¿Entonces que hay de cena? Porque no es que me guste alimentarme del aire.
- Hemos pedido shushi.
- ¡Genial! – Dije aplausos. – Yo he traído el postre, aunque Samu quizá no quiere...
- ¿Por?
- Porque es una tarta sacher y si mis muffins te parecen bombas calóricas, esto ya no te digo nada.
- Tranquila, ya nos la comemos entre los dos... ¿La has hecho tú? – Dijo mirándola, yo asentí. – Madre mía... Dejo a Samuel y me voy contigo... - Yo me reí.
- Tranquila que haré un esfuerzo y comeré un poco, no puedo dejar que os la comáis vosotros solos.
- De verdad que si supone un problema nosotros nos la comemos eeh.
ESTÁS LEYENDO
Recuperando mi vida de ensueño
ChickLitAlice pensaba que después de conseguir su vida de ensueño todo iba a ser perfecto. Había conseguido al hombre que quería, se habían casado, la relación con sus amigos era genial, su familia era feliz... Estaba convencida que nada podría ir mal, pero...