Dos.

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—John, ¿por qué tienes una jefa tan gruñona? —me senté en el escritorio de él mientras revisaba unos papeles.

—¿Gruñona? —levanto su vista hacía mi juntando sus cejas— Hace su trabajo. No puede tratarte como una niña pequeña cuando eres la cómplice y novia del psicópata más buscado de Midway City —se encogió de hombros.

¿Cómplice y novia del psicópata más buscado de Midway City? Eso suena bien, bastante bien. Me gusta.

¡Soy la maldita reina de esta jodida ciudad! —grite levantando mis brazos alegremente.

—Una reina que no tiene a su rey ni un reino —susurró pero lo alcancé a escuchar.

—Y pobre del que se meta con la reina de Midway City —lo apunté con mi dedo indice— Porque estoy segura que mi rey lo hará pagar —sonreí al pensar en Dylan— Lenta y dolorosamente como él sabe hacerlo.

Fingió una tos— Te recuerdo que tú rey te dejo abandonada y se marchó para salvar su culo.

Diablos, tiene razón. Él se lanzo por el precipicio con Allison y me dejó en el suelo. Me abandonó.

¡Cállate, cállate, cállate! —puse mis manos en mi cabeza cerrando fuertemente mis ojos— No sigas con eso...

John se levantó de su silla y se acercó a escasos centímetros de mi rostro, poniendo sus manos al lado de mis muslos. Me miraba fijamente a los ojos, tenía unos hermosos ojos color miel, su cabello castaño perfectamente peinado,  y sus carnosos labios. Joder, ____ basta, no pienses con el corazón, piensa con la cabeza. Tú solo tienes ojos para Dylan. Dylan. Dylan. Dylan. Pero John... maldito John. Mirar atentamente sus labios provocaban ganas de besarlos y morderlos.

—Sabes que digo la verdad, preciosa —lleva su mano hasta mi mejilla y la acaricia lentamente con su pulgar— Él no te ama.

Si, él si me ama. Esta loco por mi como yo estoy locamente enamorada de él.

—Cállate, John —supliqué con mi voz temblorosa.

—Cállame —susurró con la voz jodidamente ronca.

Se acercó unos cuantos centímetros más, podía sentir su respiración y ese exquisito olor a menta que expulsaba de sus labios. Nuestros labios se rozaron y por un segundo imaginé que se trataba de mi bebé, mi Dylan. Lo visualicé tan perfectamente que creí que estaba frente a mi.

En ese preciso momento la puerta se abre y John se aleja lo suficientemente de mí. Giró mi cabeza para encontrarme con la fría mirada de Violet, levanta sus cejas imaginándose lo obvio de la situación.

—¿Interrumpo algo, señor Campbell? —levanta su ceja izquierda dirigiéndose a John.

—No, claro que no Violet —se mueve nervioso por la habitación— Solo estaba explicándole a ____ lo que tiene que hacer y los beneficios que recibirá por cooperar.

—Ya veo —se sienta en la silla que se encontraba frente al escritorio y lleva sus manos a su abultado estomago— Feliz puedo ayudarle con eso.

—Si, seguro —pude notar como rodaba sus ojos.

John se sentó en su silla y yo me quede quieta sentada sobre el escritorio, balanceaba mis piernas que colgaban esperando que me explicaran su "fascinante" plan para atrapar a mi Dylan, pero ninguno decía nada hasta que Violet rompió el silencio.

—Siéntate en la silla y compórtate como una adulta, ___ —gruño.

Rodee mis ojos y di un pequeño brinco para sentarme en la silla que se encontraba a un lado de Violet, me senté lo más alejada posible de ella.

Mátala, mátala lenta y dolorosamente. MÁTALA Y HUYE.

—¿Qué dijiste? —pregunte juntando mis cejas y mirando a todas partes— ¿Qué los mate y huya?

Los dos se giraron a verme, Violet con el ceño fruncido y John aguantando la risa que estaba a punto de salir de su boca. Siempre le causó risa ese hábito mío, de andar hablando sola.

—¿Qué? —es todo lo que pudo decir Violet. Te deje sin palabras, vieja bruja.

Lo siento —reí al verla a la cara– Estoy bromeando.

—No estabas bromeando y lo sabes —entrecerró sus ojos.

Esta bruja creé que con mirarme feo puede asustarme.

Me levanté de la silla rápidamente tomando mi bate que se encontraba en el escritorio de John, me giré con un ágil movimiento estrellando el bate en la cara de Violet, cayó al suelo con un charco de sangre abajo de su cabeza.

—¿Te rompí la nariz? ¿O la boca? O mejor aún ¿te rompí la cabeza? —no recibí respuesta de parte de ella— Vamos, responde bruja —reí a carcajadas— Eso te pasa por meterte conmigo —dije cantando.

—¡____ despierta! —escuche el grito de John.

Parpadee varias veces saliendo de mi pequeño trance en el cual me encontraba, John seguía sentado en su silla y al girarme pude ver la horrible cara de Violet que lentamente negaba con su cabeza.

Diablos, fallamos. Sigue viva la perra.

Si, si. Aquí estoy —sonreí mostrando todos mis dientes.

John soltó una pequeña risa y negó con su cabeza tomando unos cuantos papeles para dejarlos frente a mí, levanté mi rostro para observar de mi puesto de que se trataban.

"Confidencial"

—¿Y eso qué es? —pregunté cruzando mis brazos sobre mi pecho.

—Aquí están todos los delitos cometidos en los últimos meses que, sospechamos, fue tú novio —explicó John con esa mirada tan sería que ponía cuando de trabajo se trataba— Y no son ni uno, ni cinco, ni diez delitos.

—¿De cuántos estamos hablando? —sonreí de lado.

—Cuarenta delitos —abrió la carpeta— Asesinatos —podía ver claramente las fotos de las personas ya muertas con los infaltables cortes en las mejillas simulando una sonrisa— Robos —ahora eran unas fotos de bancos y lugares importantes— Y muchos más...

John dio vuelta la pagina y ahora había una foto de Dylan, hace meses no veía su cara ni en fotos, de la emoción lleve inconscientemente mi mano para acariciarla.

—Ese es mi chico —sonreí orgullosa.

Un fuerte golpe me hizo sobresaltar, era la palma de la mano de Violet sobre la carpeta que me estaba mostrando John y saqué rápidamente mi mano.

—¡Oye! —le di una mirada asesina a Violet— Casi me golpeas.

—El otro golpe ira directo a tú cara de muñeca si no te comportas.

Vieja bruja, vieja bruja, te odio tanto.

Volví a cruzar mis brazos sobre mi pecho, haciendo un pequeño puchero con mis labios, John me miraba levantando sus cejas como si me quisiera decir algo como "tranquilízate", "no lo arruines" o "no le hagas caso".

—¿Sabes donde encontrarlo? —preguntó suavemente John.

—Si.

Disaster II • Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora