Seis.

1.7K 96 37
                                    

—Te extrañaba tanto —susurré apoyando mi cabeza en el pecho de Dylan.

Su respiración se comenzó a regular lentamente —al igual que la mía— mientras dibujaba figuras sin sentido sobre su pecho, me sobresalté cuando sentí la mano de Dylan sobre mi cintura. Sonreí como tonta enamorada.

Que mejor qué arreglar los conflictos haciendo el amor con mi bebito.

Y tú ¿me extrañaste? —levanté mi rostro para poder mirarlo.

—Sabes que yo también te extrañaba —fijó su mirada en mi y una diminuta sonrisa se formó en sus carnosos labios— No saliste ni un solo momento de mi mente en estos cinco meses.

¿Qué? ¿Escuché bien? Dijo que no se olvidó de mi en todos estos meses. Si él me ama. Me ama tanto como yo lo amo.

Sonreí embobada mirando su perfecto rostro, si era digno de un Dios griego, digno de retratarlo en cientos de cuadros, digno de admirarlo. Me senté sobre su abdomen recostándome sobre su pecho, acomodé mis manos abajo de mi barbilla para no incomodarlo. Me miraba con sus hermosos ojos color cafés oscuros, estaban más oscuros de lo normal, su mirada era intensa, me sentía pequeña y frágil, pero a la vez protegida por el hombre más fuerte y poderoso de Midway City.

—¿En qué piensas? —me sacó de mis pensamientos.

—En que soy muy afortunada en tenerte —sonreí ampliamente dejando ver todos mis dientes— Me siento segura contigo y toda esa mierda amorosa.

Una pequeña carcajada salió de sus labios, música para mis oídos— Estas loca.

—Loca por ti, señor D —me incorporé para poder besar sus labios.

—Lo sé —se sentó sobre la cama apoyando su espalda en el respaldo de la cama— Ahora cuéntame, ¿qué tuviste que hacer para que te sacaran de ahí? Porque no creo que lo hayan hecho porque eres hermosa —inclinó su ceja.

—Esta bien, te contaré todo —suspiré.

¿Le contarás lo de John? ¿Segura? No puedes, se enojará y...

—¡Cállense de una puta vez! —grite cerrando mis ojos, Dylan puso sus manos en mi cintura y me hizo relajarme con su mirada de "sigue"— Pero por favor no te enojes —él asintió— Me contrataron para que te pueda entregar, haz sido una amenaza en Midway City durante estos meses y me dijeron que si te entregaba, me reducirían la condena que me dieron.

—¿Y...? —se notaba tranquilo.

—No te pienso entregar —bajé la mirada— Te amo demasiado que prefiero entregarme yo a que te encierren para siempre a ti.

—Esa es mi chica —acarició mi mejilla— ¿Morirías por mi?

Que pregunta tan estupida.

Si —susurré.

Él negó con su cabeza levantando su dedo y repitiendo la acción con éste— No, no. Muy fácil ¿vivirías por mi? —llevó su mano a mi labio inferior.

—Si, señor D —sonreí y me acerqué a sus labios para besarlo pero me detuvo.

—Suplícame —susurró con la voz ronca— Vamos, vamos, dilo. Suplícame.

Disaster II • Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora