Por mucho que amará a Dylan, no podía permitir que me tratara de esa manera, lo odio. No. Yo lo amo. Pero también lo odio. Pero lo amo más. Ay que mal tengo la cabeza.
Force el agarre de mis brazos por mis piernas y mi cabeza apoyada al medio de mis rodillas. Por más que le diera vuelta al asunto de John, no podía entender como Violet haya sido capaz de matar John, se supone que él estaba de parte de ella y ella de él, no podían matarse; eso hacen los equipos.
¿Se te olvida cuando Dylan saltó por el precipicio dejándote sola y entregándote en bandeja a la policía? Por qué si lo haz olvidado, te lo vinimos a recordar.
Cerré mis ojos fuertemente tratando de alejar las voces que comenzaban a atormentarme, pero tenía que admitir que ellas tenían toda la razón. Dylan me había abandonado para irse con Allison.
—Allison, maldita Allison —gruñí.
Los pasos de Dylan me hicieron levantar la cabeza y observarlo parado frente a mi, mis ojos se cristalizaron y mi cuerpo comenzó a temblar, como si estuviera aterrado por si Dylan me golpeara pero por dentro no le tenía miedo alguno.
—¿Ya estas pensando en Allison? —levantó su ceja izquierda— Porque si es así, no te daré el premio que te tengo.
—¿Premio? —una media sonrisa apareció en mis labios y cualquier rastro de enojo y odio hacía Dylan, desapareció.
—Si, premio. Ya sabes a lo que me refiero —me estrechó la mano la cual feliz recibí y logre incorporarme.
No quise decir una sola palabra más, me llevó hacía una habitación que jamas había visto —la verdad es que toda la casa se me hacía nueva porque nunca había estado aquí antes—, era de un color rojo intenso, la cama tenía un cobertor negro, en un mueble del rincón habían unas esposas y muchas cosas más que desconocía. Me acerqué para tener una mejor vista de las cosas que habían en el mueble y pude observar unos látigos de cuero, esposas, cuerdas, trozos de tela color negro, entre otras cosas. Tomé lentamente las esposas y me giré para ver a Dylan parado a unos centímetros de mi.
—¿Para que son estas cosas? —pregunté inocentemente.
—Te lo demostraré.
Me arrebató la esposa que sostenía en mis manos, comenzó a caminar hacia la cama y yo lo seguí.
—Sácate la ropa —habló con su voz autoritaria.
Obedecí sin reprochar nada y deje mi ropa en el suelo, al estar completamente desnuda se me acercó tomándome en brazos, pasando un brazo por mi espalda y el otro brazo por mis piernas y me dejo al centro de la cama. Se alejó hacía el mueble de las cosas raras y tomó un trozo de tela negra, junte mis cejas confundida sin saber qué haría.
—¿Qué haces...?
—No digas nada —me interrumpió.
Asentí con la cabeza, se sentó a mi lado de la cama y llevo el trozo de tela a mis ojos cubriéndolos para que no pudiera ver nada. Me acosté en la cama recta y sentí como Dylan me levantaba los brazos por sobre mi cabeza y pasando algo helado que me envolvía las muñecas, el sonido del "click" me hizo entender que eran las esposas. Unos segundos después sentí como abría mis piernas y pasaba algo por mis tobillos, una soga, la forzó en las esquinas de la cama y me dejo completamente inmóvil. Dylan se alejó nuevamente y me removí un poco incomoda de no saber qué haría, luego de unos largos y eternos segundos sentí como se acercaba nuevamente, se posicionó entre medio de mis piernas y acaricio lentamente mis muslos. Me sentía relajada y a la vez excitada, quería que comenzara la acción y Dylan estaba tardando mucho con sus lentas caricias por mi cuerpo. De pronto escuche el sonido de unos hielos chocar, y a los segundos algo frío pasar por mis abdomen junto a los dedos de Dylan. Se deslizó por mi abdomen hasta mis pechos, de mis pechos a mis piernas y de mis piernas, a mis labios. Abrí mi boca y sentí los labios de Dylan rozar los míos, nos besamos por unos largos segundos hasta que se separó de mi. Gruñí molesta ya que quería seguir besándolo, pero pronto volvió a juntar sus labios con los míos, pero esta vez me dio vodka con su boca. Lo tragué y sonreí. Se acomodó en medio de mis piernas y comenzó a penetrarme rápidamente, nuestras respiraciones comenzaron a agitarse y luego de unos largos segundos, salió de mi y sentí como las sogas en mis tobillos comenzaban a soltarse. Las manos de Dylan se posaron en mis caderas y me giraron, me levanto haciéndome quedar apoyada en mis rodillas. Sus manos seguían apoyadas en mis caderas, sentía como lentamente entraba y salía de mi. Así estuvimos por un largo tiempo hasta quedar exhaustos, nos acomodamos en la cama y nos quedamos profundamente dormidos.
*
El ruido de unas voces me despertaron, abrí perezosamente mis ojos adaptándolos a la luz del sol que entraba a través de las cortinas. Me levanté de la cama y busque mi ropa en el suelo, me la puse y salí de la habitación para ver quienes eran los que hablaban tan fuerte y habían interrumpido mi hora de dormir. Al llegar al amplio living pude darme cuenta que estaba Dylan con cuatro hombres más, todos vestidos de negro, al llegar al lado de Dylan, todos los hombres pegaron sus ojos en mi. El primero y más viejo tendría unos sesenta años, me miraba con una media sonrisa, desagradable. El segundo, de unos treinta años me miraba de pies a cabeza, repetía la acción una y otra vez, desagradable. El tercero, tendría unos cuarenta y cinco años, me miraba con sus cejas levantadas, como si estuviera sorprendido al verme. El cuarto, más joven y último, tendría unos veinticinco años, tenía sus brazos cruzados sobre su pecho, solo me dio una pequeña mirada a los ojos y llevo nuevamente la mirada hacia Dylan, me agrada.
—Mi amor —sonrió Dylan al verme, movió su mano para que me sentara a su lado y eso hice. Al sentarme, paso su brazo por mí cintura acercándome más a él—, chicos ella es mi chica.
—Es mucho más hermosa de lo que nos hablaste —habló el más viejo con una sonrisa plasmada en sus arrugados labios.
—¿Quienes son ellos? —pregunté en un susurró cerca de Dylan solo para que él pudiera oírme.
—¿Ellos? —me miró sin emoción alguna en el rostro— Ellos vinieron a negociar conmigo.
—¿Negociar? —junté mis cejas confundida, por lo que recordaba, a Dylan le gustaba hacer todo el trabajo— No me habías hablado de ningún negocio tuyo.
—Preciosa, esas cosas no te incumben a ti —hablo el tercer hombre, con una mirada neutra.
Lo miré con la boca abierta, nadie me hablaba en ese tono a no ser que fuera Dylan. Pero Dylan se levantó con la mandíbula apretada y lo fulmino con la mirada.
—Nadie le habla en ese tono a mi chica —marcó "mi chica" con ese tono de voz que tanto miedo me daba— ¿Lo entendieron?
Me levanté de mi lugar con una sonrisa traviesa en mi rostro, observe mi bate a un lado del sofá en el que me encontraba, lo tomé y me acerque al hombre que me había hablado antes. Me paré frente a él y pase mi bate por su pecho y luego en su cara, sus ojos se llenaron de miedo.
—Que sea la primera y última vez que me hablas de esa manera. Que le quede claro a todos ustedes —los miré a cada uno—, que nadie puede hablarme en ese tono. O se las verá conmigo —lleve mi bate a mi hombro y les sonreí—, y también se las verán con mi lindo bate.
Se que me demoré mucho en actualizar pero me pidieron "detalles" y la verdad es que me costo demasiado y no se me da bien xd quedo horrible este capítulo 😂 se que está aburrido, fome y todo y en verdad, lo siento:( jej ya se vendrán capítulos mejores, lo prometo.❤️

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Disaster II • Dylan O'Brien
Fiksi PenggemarDos locos psicópatas enamorados que harán hasta lo imposible por volver a estar juntos. SEGUNDA PARTE DE DISASTER.