Siete.

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—Maldición —miré aterrada a Dylan que me observaba sin comprender— Es John.

Al escuchar su nombre, juntó sus cejas formando una linea recta y apretó sus labios, sus manos se volvieron puños y su respiración se agitó. Estaba enojado.

—Contesta —dijo con su tono de voz tan frío que hacía que me estremeciera.

Asentí con la cabeza y deslice el botón verde en la pantalla para contestar la llamada — ¿John?

—¿Dónde mierda estas? —gritó tan fuerte que tuve que alejar el celular de mi oreja.

—Esta muy enojado —le susurré a Dylan lo suficientemente bajo como para que sólo él pudiera escucharme, arrugue mi nariz y volví a llevar el celular a mi oído— Estoy en la casa... si, la casa —miré a Dylan que se golpeaba la frente con la palma de su mano— ¿Por qué? ¿Qué sucedió?

—¿Qué sucedió? —rió sin gracia— ¡Pasó que tú maldito GPS a dejado de rastrearse!

Tenía ganas de reírme a carcajadas pero esas ganas me las tuve que aguantar mordiendo mi labio. Dylan movió sus labios, diciendo un claro "miente mejor", levanté mi pulgar con mi mano desocupada y le guiñe el ojo.

—Oh, ¿en serio? —puse mi mejor voz de niña pequeña— No sé que habrá pasado.

—¡No me mientas, ___ Thompson! —gruñó.

Rodeé mis ojos fastidiada— Te he dicho que ya no soy Thompson. Ahora soy Quinn.

—¿Quinn? ¡¿QUINN?! —grito fastidiado— ¿Por qué carajo ahora eres Quinn?

—Porque... —alargue la palabra para darle algo de suspenso—, es como Queen, y yo soy la jodida Reina de Midway City ¿lo olvidas?

Pude notar como Dylan rodaba sus ojos y soltaba una pequeña risa, me encantaba hacerlo sonreír de esa manera.

—Ven ahora mismo a mi casa —bufé poniendo mis ojos en blanco— Violet esta enojada, mejor dicho, FURIOSA.

—No puedo —miré a Dylan en busca de alguna respuesta, susurró un bajo "que vaya a nuestra casa" y una sonrisa maliciosa se formó en sus perfectos labios— Mejor, ven a casa. Mi casa. Y así puedas atrapar a Dylan, eso es lo que querías ¿verdad? —jugué con él.

—Bien, llevaré a más policías para que me ayuden y po.. —lo interrumpí.

—¡No! Tienes que venir solo, solo tú. Nadie más.

—Pero ¿por qué? —preguntó confundido.

—Porque yo lo digo —solté todo el aire que guardaba en mis pulmones, hablar ahora con John me ponía los nervios de punta— Te mandaré la dirección por mensaje, te esperó en dos horas.

Y corté, escribí la dirección por mensaje y se lo mandé. Guarde nuevamente mi celular bajo mi polera y observe a Dylan que sonría con sus brazos cruzados sobre su pecho. Levanté mi ceja esperando alguna respuesta a su mirada, él lo entendió de inmediato y negó con su cabeza para tomarme de la mano y caminar a nuestra casa.

*

—¿Estas seguro de que es buena idea que venga? —pregunté juntando mis cejas— Podría traer a la bruja de Violet y arruinaría todo.

—Tranquila, tengo todo bajo control —sonrió de lado y pasó su brazo por mis hombros.

¿Todo bajo control? Me da miedo cuando mi bebé habla de esa manera, y esa sonrisa... Joder, la amo pero me da un poquitin de miedo. Se que algo malo pasará, pero todo lo malo es divertido. Todo lo peligroso es divertido, y mi bebé es conocido por ser el más peligroso de la ciudad.

Disaster II • Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora