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06; Unión por un poco de comida italiana.

6.
"Unión por un poco de comida italiana."

—Huele bien —dijo Justin mientras se sentaba. Puse la olla de acero con espaguetis en la mesa junto al pan de ajo.
—Sé que hice mucho, pero no sabía cuánto comías —expliqué. No sé por qué estaba tan nerviosa por tener una cena con Justin. Normalmente comía con cualquiera, aunque quizás es porque es el primer chico con el que como aquí. No puedo exactamente traer mis citas a casa, puesto que tampoco es que tenga una vida amorosa con la que lidiar.

Nos echamos la comida en los platos en silencio. Traté de no mancharme mientras enrollaba los espaguetis en el tenedor. Sentí mi estómago rugir cuando comí el primer bocado. Justin me siguió y tomó un gran bocado, sorbiendo un espagueti que se había quedado en sus labios. Sonreí para mí al ver que tenía un rastro de salsa desde el mentón a los labios. Él miró hacia los lados. 

—¿Servilletas? —preguntó después de un segundo.
—No tengo servilletas —dije sin mirarle. Estoy bromeando totalmente pero me miró sorprendido. Solté una risa—. Hay servilletas en la esquina del otro lado del frigorífico —dije, señalando con mi mano libre a través de la habitación.

La cocina es lo suficientemente simple. La pared del fondo la ocupa la encimera y los armarios. Tengo un doble fregadero y un lavavajillas. El frigorífico está contra la pared derecha. En la pared izquierda, hay un armario pequeño que tiene todos los productos de limpieza y, después, la mesa estaba contra la pared final. Hay solo dos sillas, ya que nunca he necesitado más.

Vi como Justin se levantaba y andaba a través de la habitación. Llevaba una ropa que le quedaban muy bien —bueno, sus pantalones no están caídos esta vez y su camiseta es bastante larga—. Viendo fotos de él, me he dado cuenta de que tiene tres estilos de camisetas: ajustadas, muy anchas o ninguna.

Volvimos a comer en silencio por un par de minutos. Yo ya había terminado con mi primer plato, cuando le miré de nuevo. Estaba mirando a su comida, girando los espaguetis una y otra vez. No estaba ni siquiera cerca de acabar.
—¿Qué ocurre? —pregunté sonando tan seria como podía cuando estaba comiendo. Subió la mirada hacia a mí y solo se quedó mirando. Pude ver sus labios crisparse como si quisiera decir algo pero no supiese cómo. A la gente se le da realmente abriéndose a los demás, especialmente aquellos a los que les echan en cara sus palabras, una y otra vez.
—Te prometo que lo que sea que digas, no saldrá de aquí —dije poniendo el tenedor en la mesa—. Nada está grabado, solo escribo algunas notas y tengo un código que yo solo sé, en caso de que manos equivocadas las tuviesen. Puedes decir lo que sea.

Admitiré que este diálogo lo he hecho miles de veces antes. La primera vez fue con Taylor Swift. Pensaréis que ella es un libro abierto con todo lo que habla en entrevistas y demás, pero cuando se trata de hablar de sus auténticos problemas, se opone. De hecho es muy complicado hacer que confíe en ti.
—No sé —dijo Justin. Parecía sincero mientras respondía, como si no supiese realmente como se sentía—. Lo primero de todo es que quiero disculparme por lo de antes.
—No te preocupes —dije quitándole interés. Ya lo había olvidado, aunque aún no había olvidado lo que Katie dijo y seguía, de hecho, sin coger sus llamadas.
—No —dijo mirándome—.Estabas almorzando y te fuiste tras el incidente. Lo siento mucho. No debí haber sido todo un gilipollas.

Su disculpa me sorprendió. Sus ojos marrones me miraban directamente, algo que hacen las personas cuando son honestas y sinceras, según he aprendido. Muchas veces, mis clientes no me miraban directamente.
—Disculpa aceptada —dije—. Además, no me fui por lo que hiciste. La chica con la que estaba, estaba siendo cruel contigo y tus amigos. Le dije que parase, pero ella dijo algo más, así que me fui. He aquí el por qué hice espaguetis; estaba famélica.
—¿Sabe lo que haces? —preguntó Justin, enrollando su comida de nuevo y comiendo un nuevo bocado mientras respondía.
—Más o menos —dije—. Sabe que trato a famosos y demás, pero no sabe a qué gente ayudo. Tengo normas realmente estrictas respecto a este trabajo.
—¿Como cuál? —preguntó después de tomar un sorbo de agua.
—¿Normas? —pregunté asegurándome y él asintió—. Bueno, para empezar, tiene que llamar antes de venir por si estoy trabajando con alguien. No tiene permitido estar en la habitación de atrás, que es donde suelo tratar a mis clientes en mis sesiones.
—¿Qué hay de tus citas? —preguntó y aunque no quise hacerlo, me reí. Gracias a Dios no tenía comida en la boca.
—Mi vida amorosa es casi inexistente. Sería muy complicado teniendo este trabajo
—¿En serio? ¿No sales con nadie en absoluto? —No respondí a esa pregunta. En lugar de eso, cambié de tema.
—Estamos aquí para hablar de ti, no de mí.
—Vale —dijo Justin y le ofrecí una sonrisa mientras me comía el último trozo de pan de ajo. Bebí un poco de leche. Me alegraba de que esté más hablador que en nuestra primera sesión, incluso si solo me hacía preguntas. Hablar es hablar y siempre puedo redirigir la conversación a otro punto. 

—¿Qué hay de ti? —pregunté—. ¿Alguna relación por ahora?

Su cara perdió toda expresión y volvió a dirigir su mirada a la comida. Parecía callado y me di cuenta de que hice la pregunta idónea.
—Simplemente dime cómo te sientes —le alenté—. Como te dije antes, nada saldrá de este lugar.

Permaneció callado y vi algo que me dejó impactada, algo que me hizo involuntariamente cogerle de la mano. Hago eso normalmente con mis clientes femeninas, pero no pensé en ello hasta que él me agarró de la mano también. 

Me miró y una simple lágrima caía por su mejilla.

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Bueno, aquí tenéis el siguiente capítulo. El final ha hecho que mi corazón se rompa en pedacitos.

¿Qué creéis que le pasa a Justin?
¿Por qué creéis que ha ido a ver a Lindsay?

¡Dejadme vuestras respuestas!

Capítulo dedicado a EvitaSwaggy ; ya sabéis, primer comentario igual a dedicatoria.

Si queréis comunicaros conmigo o habladme, podéis mandarme mensajes por inbox en mi cuenta personal heavenlybiebs y os contestaré a todos.

Un besito,
Anny xx