03; ¿Qué es de la vida fuera del trabajo?

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3.

¿Qué es de la vida fuera del trabajo?

Aunque amo muchísimo mi trabajo, también me gusta hacer otras cosas. Mi mejor amiga, Katie Michelle Reece, y yo hemos quedado para ir a comer a mi restaurante mexicano favorito.

—¿Estás aquí ya? —Le pregunté a Katie a través del teléfono mientras cogía mi bolso y lo colgaba sobre mi hombro. Nunca se puede ser lo suficientemente precavida cuando vives en Los Ángeles.

—Estoy llegando, baja ya —dijo Katie y colgó.

Cerré la puerta detrás de mí y me dirigí al ascensor. Mi apartamento está en la quinta planta del edificio, puerta número quinientos siete, por lo que me tomaba algo de tiempo salir del edificio.

Vi el coche de Katie y me deslicé en el asiento de copiloto.

—¿Qué tal, chica? —preguntó Katie mientras me abrochaba el cinturón de seguridad y ella salía del estacionamiento. Desde que empezó a asistir a clases de español en la universidad, a veces decía alguna palabra en español cuando hablaba.

—Pues me gustaría tomarme un descanso del trabajo, al menos por hoy, porque tengo un nuevo cliente y estoy cansada —dije sinceramente. Como la mayoría de gente, Katie sabía cuál era mi trabajo, solo que a ella le daba más información  que otras personas.

—¿Podrías decirme cómo se llama tu nuevo cliente? —me preguntó Katie, esperanzada, ya que sabe que eso no puedo revelarlo. Y, efectivamente, no contesté—. Bien, ¿dónde iremos a comer?

—De los tres años que nos conocemos, ¿alguna vez cambié mi opción? —pregunté, añadiendo una carcajada al final. Soy de comer poco cuando salgo, pero aún así tengo mis prioridades.

—Cierto, cierto —dijo Katie. Encendió la radio del coche y empezó a cantar las canciones que sonaban. Casi media hora más tarde, llegamos al restaurante. La primera cosa de la que me di cuenta, fue de la masa de paparazzi esperando fuera y de las dos furgonetas negras aparcadas frente del restaurante.

Un fotógrafo tenía la cámara apoyada en el alféizar de la ventana y apuntaba hacia el interior del establecimiento.

—Parece que alguien famoso se siente mexicano hoy —apunté hacia las cámaras—. Simplemente no entiendo por qué no pueden dejar a la gente sola.

—Tratan de subsistir también. —Dijo Katie. Sé que ella lleva razón, pero ella no es quien tiene que escuchar a esas personas llorando por lo mucho que desean poder ir con sus amigos o con su familia sin estar rodeados de cámaras y preguntas.

Salimos del coche y nos dirigimos a la entrada. Me pregunto vagamente quién habrá en el interior. Él estaba sentado en un reservado junto a un grupo de gente. Un conocido guardaespaldas y representante estaban sentados en otra mesa.

Traté de actuar normal.

No hagas contacto visual con ninguno de ellos —me repetí una y otra vez.

El metre nos sentó en par de mesas alejadas de ellos. Aunque aún puedo seguir viéndolos, no sé si ellos me pueden ver a mí, por lo que me centré en la carta.

—¿Qué te pasa? —me preguntó Katie y la miré por encima de la carta.

—Nada. ¿Por qué?

—Porque para ser alguien que nunca cambia su opción, estás mirando la carta como si fueses a comértela.

La miré por un segundo. No parecía aturdida por el hecho de que Justin Bieber estuviese sentado a unos veinte pasos de ella (tampoco es que fuese muy complicado notar su presencia, ya que de su mesa emanaba mucho ruido).

—Estoy bien —dije y me encogí de hombros—. Simplemente estoy esperando a que sepas qué comerás.

—Vale —dijo Katie y volvió a mirar su carta.

Por mucho que tratase de no mirar, acabé echando una mirada a la otra mesa. Su representante me pilló mirándolos y el reconocimiento pasó por su rostro. Me dio un simple asentimiento.

Ayudar a Justin es mi objetivo ahora mismo, así que verle con sus amigos y ver cómo reacciona en ese entorno, podría darme una pista de qué hacer o qué decir, ya que sigo sin saber cómo llegar a él.

El camarero llegó y nos tomó nota. Katie empezó a hablar sobre su nuevo canal de televisión favorito y le presté atención, aunque no dije mucho. Katie es una de esas amigas que aman oírse a hablar a ellas misma. Aunque supongo que eso está bien, ya que no me gustaba mucho hablar sobre mí. A mitad de nuestra comida, Justin se levantó para irse. La única cosa que deseé que no pasase, pasó: hicimos contacto visual por un par de segundos y me reconoció, bueno, por supuesto que lo hizo, probablemente estoy en lo alto de su lista de gente más odiada.

Él golpeó con sus nudillos el borde de nuestra mesa mientras se iba. Katie paró de hablar y lo miró por un momento.

—Gilipollas —dijo Katie fuertemente, claramente pretendiendo que Justin la escuchase. Una mala forma de ir en buen camino.

—¿Disculpa? —Escuché la voz de Justin detrás de mí.

—Nada. Lo siento por mi amiga. —Me disculpé por Katie porque ella no lo haría. Sé que no es que le guste a Justin precisamente, así que no le necesito odiándome aún más. Justin no dijo nada pero volvió a golpear de nuevo en la mesa y le envié a Katie una mirada de advertencia para que no dijese nada. Vimos a Justin y a su grupo irse, y la multitud lo enjauló incluso desde dentro. El flash de las cámaras lograron marearme.

—Espero que se quede ciego con los flashes.

—¿De verdad, Katie? —pregunté alzando la voz. Sé que no debería de enfadarme, pero es complicado mantenerme a mí misma a veces, ya que algunas cosas las decía sin pensar—. ¿Llamarlo gilipollas por eso y ahora esto?

Antes de decir algo más, me levanté y cogí un billete de diez dólares y lo dejé en la mesa. Igualmente había acabado de comer.

—Cogeré un taxi —dije quedamente y caminé hacia la puerta principal. Las cámaras aún seguían ahí y vi a Justin agachándose para entrar en un coche. Puse mi bolso cerca y caminé un poco a través de la calle, tratando de encontrar un sitio entre la multitud para coger un taxi.

En su lugar, otro coche que no reconocí, paró en la curva de delante de mí. La ventana se bajó y reveló al representante de Justin.

—¿Necesitas que te lleven? —preguntó y negué con la cabeza —. Por favor. Igualmente, pensábamos llevarle a tu casa de nuevo después de sus amigos se fueran.

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¡Bueno, pues aquí tenéis un nuevo capítulo! Espero que os guste.

Hoy he decidido subirlo porque estoy muy contenta, ya que a medianoche saldrá Let Me Love You de nuestro Biebs con DJ Snake y, sinceramente, pienso que será un temazo.

He dedicado este capítulo a Annie, hundredrew, porque gracias a ella el segundo capítulo pudo ser publicado y me parecía justo, pero al primer comentario de este tercer capítulo, le dedicaré el siguiente capítulo;)

Bueno, dejad vuestros comentarios y votos.

¡Nos vemos el próximo jueves (seguramente)!

Os quiero,

Anny xx

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Celebrity Therapist → j.b → spanish versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora