11; Un pequeño gesto se convierte en nuestro fin.

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11. 

"Un pequeño gesto se convierte en nuestro fin."

—Estoy ocupada esta noche —le mentí a Katie por teléfono. 

—Estás ocupada últimamente. No salimos desde hace semanas.
—No puedo hacer nada si tengo trabajo —dije y no era mentira. Incluyendo a Justin, tengo a dos nuevos clientes, lo que hace un total de seis clientes activos ahora mismo y era más que suficiente para mí.

—¿Puedes cerrar tus puertas solo por un día y así podemos salir? Estoy segura de que lo entenderán.

—LLevo haciendo esto cinco años y nunca he cerrado mis puertas. No voy a empezar ahora. Lo siento, te llamaré cuando sepa qué día tendré libre.

No me esperé a que dijese nada antes de acabar la llamada. No penséis que soy cruel, no es la primera vez que me ha llamado esta semana y en todas le he dicho lo mismo.

En realidad no tengo ningún plan esta noche y no, no me siento culpable mintiéndole a Katie. Sí, sé que está mal, pero desde aquél día en el restaurante (que por cierto fue la última vez que salimos, si podría llamarse así), ella no paraba de hablar mal de Justin y, honestamente no podía creerme que no se hubiese dado cuenta de que él era mi paciente. No podía creer que la prensa y los fans no se diesen cuenta.

La prensa normalmente ignoraba estos casos, ya que no se les permitía publicar nada con mi nombre o mi trabajo, pero eso no les paraba de ir hasta el límite llamado: No pases o saldrás perjudicado.

Hacía ver como que todo el mundo sabía quién era, pero en realidad solamente un par de medios saben la verdad de que los famosos visiten mi apartamento. Asumo que la mayoría piensa que soy una amiga en común o una compositora con la que se juntan, pero por precaución el propietario del edificio estuvo de acuerdo en poner signos de prohibido fotografiar fuera del edificio. 

Un golpecito de nudillos en la puerta me hace levantarme del sofá. Esperaba que no fuese nadie viniendo por una sesión porque no estaba vestida para la ocasión, ya que llevaba puestos unos pantalones de pijama, una camiseta corta y mi pelo estaba igualmente desaliñado.

Miré a través de la mirilla y no vi a nadie fuera. Curiosa pero precavida, abrí lentamente la puerta. No había nadie en el pasillo pero pude oír el leve sonido de alguien bajando las escaleras al final del pasillo.

Miré hacia abajo y vi lo que la persona había dejado. Mi mandíbula cayó al suelo al ver lo que me esperaba: dos rosas rojas en un recipiente de cristal junto a una carta con mi nombre a su lado. Metí las cosas dentro de mi casa y dejé las flores en la mesa de la cocina. Miré el sobre y me di cuenta de que había un disco dentro donde ponía: Reprodúceme.

Me debatí el hacerlo o no. Nunca había recibido regalos como éstos. No era una coincidencia que esto fuese lo que hablé hace unos días con Justin. Una voz en mi cabeza me dijo que estaba cruzando la línea. Todo lo que quise era ayudar a Justin a volver a ser el chico que era antes, a ayudarle a lidiar con todo lo que tenía encima. De hecho, no debería ver el disco, pero eso no significaba que no quisiera hacerlo.

No se me podía culpar por sentirme de esta forma. Es decir, teníamos más o menos la misma edad y tenía la sensación de que nos veríamos a menudo. Él ya había dormido aquí una vez incluso. Había cruzado límites con él que no debería haber cruzado (prefería que mis clientes tuviesen toda su ropa puesta, de hecho).

Pero no puedes, dijo la zona más razonable de mi cerebro. Quería ayudarle, a él y a más artistas jóvenes. Después de asegurarme de que él estaba bien, empecé a distanciar más nuestras sesiones. Nunca paraba mis sesiones (mis clientes eran quienes dicen cuando no querían tener más), pero les hacía entender que podían salir hacia adelante sin ayuda de un terapeuta.

Seguía sentada en la silla tratando de saber qué hacer. Miré las rosas sin pestañear mientras medía las consecuencias de qué pasaría si veía el vídeo y, después de unos largos minutos, decidí que reproduciría lo que hubiese en el disco y después decidiría qué hacer. Fui al salón y puse el disco, encendiendo la televisión. Me senté en el borde de la mesa auxiliar, esperando a que se cargase. No era un vídeo, era un cedé y, por lo que se oía, era una maqueta de una canción. No había música, solo estaba la voz de Justin.

Escuché la letra y traté de digerirla. Esto no está bien. Llegó el estribillo y me di cuenta de que no debería haber escuchado esto:

"You ain't gotta make up your mind up

(no tienes que decidirte)

You ain't gotta make your mind up right now

(no tienes que decidirte ahora mismo)

Right now, don't rush, no pressure

(ahora mismo, no te apresures, sin presión)

You ain't gotta make up your mind

(no tienes que decidirte)

You ain't gotta make up your mind right now

(no tienes que decidirte ahora mismo)

Calm down, don't rush, no pressure

(relájate, no te apresures, sin presión)"

Mientras el resto de la canción se reproducía, no tenía ni idea de qué iba a hacer. Parte de mí tenía curiosa de qué pasaría, pero la otra parte me decía que esto no podía suceder. Al final, la otra parte de mí ganó y cogí mi teléfono. Necesitaba ponerle fin a esto, iba a llamar a Justin y a decirle que lo sentía, pero que no podía suceder y que, aunque quería ayudarle muchísimo, prefería recomendarle a otra terapeuta que conozco.  

——
Segundo capítulo subiiiidooooooo. Si puedo subiré otro más para no dejaros con intriga porque este capítulo es MUY intenso.

¡Capítulo dedicado a skywithdiamxnds 💋! Comentaddddd

Os quiero muchísimo y gracias por ¡los 18K!

Anny xx


Celebrity Therapist → j.b → spanish versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora