Lie

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— En efecto, la noche no había sido buena amiga de Myungsoo, por un lado, tenía la lucha constante entre lo que había hecho y lo que hubiera sido correcto hacer, y por otra, tenía la lucha del cómo darse el ánimo y pedir perdón. No era que no pudiera, era que el nunca en su vida lo había hecho.

— Para entender un poco el motivo de esto, debemos entender que Myungsoo siempre fue un chico de gran belleza, no solo física, si no que quienes lograban saber de él, como su amigo MinHwan, sabían que era un ser interesante y cálido. Así pasó su infancia, más al ser cambiado a una escuela mixta, se sumó el factor de tener la atención de mucha gente, sobre todos por chicas, y ahí Myungsoo se perdió.

— Deseaba algo, y lo tenía, aun no olvidaba cuando una tarde queriendo un simple postre de canela, fue a la cafetería y solo quedaba uno ¿Qué pasó? Simple, una chica se lo cedió.

— El perdón tampoco estaba en su vocabulario, ya que la culpa era de todos menos de él, pero ¿Por qué ahora dolía y le molestaba? En el fondo no deseaba causarle daño a Sungyeol, aquel conejo blanco que siempre tenía energía, que siempre corría...

Que siempre corría de él...

  ∞  

— A la mañana siguiente, las ojeras ganadas por un mal dormir habían llegado al perfecto rostro de Myungsoo. Era aún temprano, pero no tenía caso seguir dando vueltas entre las sabanas, y mucho menos si consideramos el hecho de quería pedirle perdón a Sungyeol, si, pedirle perdón a Sungyeol.

— Luego de un simple baño, debía hacer lo que el más alto hizo el día anterior, el desayuno, o al menos intentarlo, ya que no era tan complicado cuando se lo hacía a su madre, pero claramente, esto no era como cocinarle a su madre.

— Fue simple, pero luego de una lucha externa entre él y casi todos los electrodomésticos de la cocina, tenía una mesa con variada comida, aunque se centró más en frutas y jugos, ya que era importante llenar el cuerpo de vitaminas, y más si Sungyeol tenía ese tono tan pálido en su piel. Aunque era un hermoso tono pálido— El sueño ya afectaba, eso era más que obvio, y al reparar en esto, Byeol parecía despertar como si nada e ir hacía la puerta de Sungyeol — Hey, no te atrevas a molestar. — El gato hizo caso omiso a las palabras de su dueño, y ronroneo en la puerta, escuchándose del otro lado unos suaves arañazos en la puerta, los cuales debieron ser de Aga — No debo ... — Los arañidos fueron más insistentes, y Myungsoo no tuvo más opción que ir a sacar a Aga del cuarto, pero eso en teoría estaba prohibido, aunque tenía la excusa de que Aga era el problema y por eso iba .

— Abrir la puerta fue simple, no había que hacer referencia a eso, salvo que este detalle le causó extrañeza a Myungsoo, más aún cuando al ver a Byeol, Aga no corrió a él, y solo movió su cola — Pero ... ¿Son amigos? — Iba a tomar a Aga, cuando al alzar la vista pudo ver al dueño, estaba con las mantas a medio tapar, con los labios ligeramente abiertos, y al parecer gustaba de usar ropa holgada, porque su hombro estaba descubierto, dejando ver las constelaciones que los lunares de Sungyeol formaban — Mierda — Myungsoo amaba de sobre manera encontrar objetos bellos que pudiera capturar con sus cámaras, pero esto era abuso, debía decir que no se llevaban bien, pero tenía que ser muy honesto al decir que tenía tentaciones de poder capturar esa imagen y no dejarla solo en su mente.

— ¿Qué haces aquí ... ?

— Se perdió tanto que no reparó en el despertar de Sungyeol, y sus ojos se abrieron como si fueran lunas llenas, esto no pasó por alto en Sungyeol, quien le atribuyó a estar aún medio dormido, a las sensaciones que ese rostro produjo — Fue Aga... Ella arañaba, pero ya se llevan bien con Byeol — Su hablar era errático, y sin demora comenzó a salir del cuarto, porque Sungyeol se estaba sentando en la cama, y el bostezo que salió de sus labios generó más complicaciones mentales en Myungsoo —

No ver es una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora