Duerme parís, quizás después el amor se duerma.

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— Pensar es a ratos por así decirlo un mal, y luego de la llegada de Myungsoo todos los integrantes del salón estaban tratando de digerir las cosas. Por un lado, SungKyu y Woohyun no entendían desde el beso entre Hoya y Sungyeol, hasta por qué Myungsoo sonreía, pero reflejaba odio en su mirada para con Hoya.

— Todo fue rápido, todo fueron segundos, pero se sentía minutos, horas, días, semanas, meses, años — Eres tan oportuno Myungsoo —

— Hoya no tenía reparo en hablar, era el que a simple vista estaba más sereno, y lo remarcaba con su sonrisa ladina, si aquella que deja ver sus perfectos colmillos — Lastima no llegaste ante. Te dejamos la cena, ya que en teoría nosotros comimos

— No cambies el tema.

— ¿Qué tema? No tiene que importarte — Hoya se había puesto de pie, pero Sungyeol, quien hasta ese momento se había mantenido casi en estado de pánico, le tomó de la manda de la sudadera y trató de afirmarlo—

— Ya, Pare. Claramente el alcohol no ayuda mucho. Myungsoo come, que Nam y yo nos ordenaremos los futones. — Todos lo miraban extrañados y asombrados por la habilidad de Sungyeol de hacer como si nada pasara, cuando pasaba mucho. Quizás justamente, donde pasaba mucho, no se expresaba nada.

  ∞  

— Myungsoo no tenía apetito, en el trabajo había comido algo, y si bien no fue mucho, por qué con ansias esperaba la comida de Sungyeol, la escena que vio no le era de su agrado. Sabia de los sentimientos de Hoya, se le notaban, y en parte sabía que Sungyeol los compartía, pero no hasta qué punto.

— De las vísceras de Myungsoo solo salía odio, pero podía camuflarlo y hacerle sentir un porcentaje de su molestia a Hoya con el simple hecho de molestarlo, y recordarle por toda su existencia, que su primer beso con el de largas piernas había sido pensando en él, había sido diciendo Myungsoo en vez de Hoya.

— Por una parte, eso le daba luces de que para bien o para mal, el alto pensaba en él, y por la forma en la que besó a Hoya, hasta se atrevía a decir que lo deseaba, pero debía de ser cauto en averiguar este detalle, cosa que por ahora no sería, ya que el mayor estaba en cualquier lugar menos en el planeta tierra — Hey, Sungyeol, te dije que más mantas, no almohadas — La voz de Sungkyu, quien estaba más sobrio en aquellos momentos, se hizo presente y sacó al chico felino de su trace.

— Perdón, aquí tienes — Sungyeol era una buena ama de casa, eso siempre le agradó a Myungsoo, pero le inquietaba de sobre manera, porque comprendía que eso que adoraba, que eso en lo que se fijaba, igual era motivo para que otros lo miraran. Al reparar en esto Myungsoo se asustó. ¿De verdad le importaba ese detalle? Sungyeol era solo un chico más, el cual podría follar y ya.

— Myungsoo, tu cama está lista solo ve a descansar

— Ok, no solo lo deseaba para Follar. Había algo en el que le cautivaba, y sentía como si sus emociones fluyeran de la forma más bipolar posible, y era agradable. Le hacían sentirse vivo.

— Pudo notar que todo estaba armado para 4, eso quería decir que Hoya dormiría junto a Sungyeol, y eso no fue de su agrado — Quiero dormir aquí

— ¿Aquí? Con suerte dormiremos los cuatro. Tuve que sacar mantas de mi cama, o si no estaría ya en ella

— Entonces te vienes conmigo— Dijo Myungsoo como si nada, y Hoya se acercó de forma rápida hacia ambos

— Ni de broma.

— ¿Por qué no? Acaso tienes miedo — La sonrisa de Myungsoo era altanera, Demasiado como para que a Hoya le fuera cómoda de ver. Este último empuñó su mano, pero al sentir la mano de Sungyeol tomar la suya se calmó —

No ver es una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora