Nueva pagina, viejo personaje

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— Cuando se tiene una amistad como la de Sungyeol y la Howon, se obtienen miradas cómplices, de las cuales sin decir nada se descubren verdades y mundos unidos, pero en este caso no solo bastaba eso, ya que cuando las verdades eran tan importantes, se necesitaban palabras, por un tema de reafirmar la realidad. —

— Lo siento... — Esos susurros salían mínimo una vez por minuto de los labios de Sungyeol. Estaba más que arrepentido de lo que había hecho, y de matar así algo tan importante como la confianza. —

— Ya calma, yo te entiendo, solo no lo vuelvas a hacer. De todas formas, quiero que te mantengas alejado del mundo de Myungsoo, ya que hay muchas cosas que no sabes de él, y es algo conflictivo

— ¿Conflictivo? Bueno, es especial, pero no para tanto

— Myungsoo es del tipo de chicos que obtiene todo lo que quiere, y cuando digo todo, es todo. Amigos de él dejaron la escuela, porque al verlos felices, o por mero aburrimiento, este se metía en la vida de ellos. Promete que no caerás ante el... Promételo Lee Sungyeol.

— Lo prometo

— No había nada mejor que una amplia sonrisa, y eso le regaló Sungyeol a Howon, quien ya bajo las mantas lo buscaba para dejarle cosquillas y escucharlo reír — ¡Ya detente Howon ! — Pero él no lo hacía, al menos no hasta que lo apegó a su cuerpo y lo arropó de forma paternal casi — Solo duerme, o voy a tener que mudarme contigo, y eso significa aguantarme 24/7

— Eres todo un caso

— No, soy tu amigo...

— Del otro lado Myungsoo no podía escuchar más que risas, y eso le hacía enojar, pero no descifraba el motivo, no podía, le costaba y le ahogaba. Era como si hubiera descubierto algo, algo que se sentía cálido, pero lejano al mismo tiempo. Myungsoo deseaba algo de ese calor, se lo merecía, lo saboreaba

— Qué demonios.... Mhhh

— Optó por dormir, y en verdad esa era la cura para todos los males, para todos los sentimientos desbordados para todo aquello que jugaba en contra.

— A la mañana siguiente de "La primera tormenta "Howon se fue temprano, ya que debía ir por su ropa y por sus cosas. Normalmente no le importaba, pero como no tenía contemplado el dormir con Sungyeol, dejó sus apuntes y cuadernos en casa. No era como si le importara, pero su amigo insistió.

— Hey, Myungsoo, ya los bebés comieron, pero despierta... Howon se ...

— No tenía permitido entrar, pero era tarde y el menor aun ni sombra ni luces de vida. Algo no tan extraño si se analiza, pero en vista a los acontecimientos, Sungyeol no quería jugar con la suerte, y se podía hasta imaginar lo peor, mas solo lo vio a él, al chico de hermoso rostro, de perfecta mirada, perfectos labios, perfecta piel, él era — Perfecto ...

— Sin darse cuenta se acercó, tal y como los niños se acercan al árbol en navidad, solo que esta vez no había regalos, porque frente a él había alguien que no había pedido, pero que en esos momentos le generaba sentimientos encontrados

— Despierta, Myung ...

— Eran susurros, a ratos parecían ecos del subconsciente de Sungyeol, ya que el juró que siguió hablando, cuando ya tenía una mano en dirección a correr los cabellos de Myung, pero el destino juega, bien lo sabía Sungyeol, quien era una especie de fetiche del cruel destino.

No ver es una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora