Silent Hill

Capítulo 15: Venganza

Estaba parada en las puertas de la iglesia, preparada para decirle la verdad a todas las personas que estaban allí dentro.

Abrí las dos puertas juntas, de una forma dramática para llamar la atención de todos.

Llevaba conmigo un cuchillo y estaba segura de que lo iba a usar.

Rápidamente, todos se voltearon y me miraron.

Mientras que yo, solo podía observar algo perturbador frente a mí.

Estaba Cybil amarrada a una escalera, estaba toda quemada, ya la habían purificado y yo no pude hacer nada para evitarlo...

Unas lágrimas salieron de mis ojos y un coraje inmenso se mantenía dentro de mí.

—¡MAMI! —Escucho que gritan desde una parte de la iglesia.

Cuando me giro, me doy cuenta de que mi hija Sharon también está amarrada a una escalera y que prontamente correrá la misma suerte que Cybil.

Me alegré de volverla a ver pero, también estaba enojada porque sabía que iban a purificarla si yo no hacía algo rápidamente.

Habían demasiadas personas ahí como para enfrentarlas, la única forma de salvar a Sharon era decirles la verdad y que acepten su propio destino.

Traté de hacerlo, les dije todo lo que sabía pero no me creyeron, Christabella estaba enojada, venía hacia mí para hacerme callar pero yo seguía hablando, tratando de convencer a las personas de que acepten su propio destino.

Christabella negaba todo lo que yo decía y las personas le creían a ella.

Ella se me acercó y me dijo:

—Estás corrompida. Eres un agente del demonio. —dijo mientras sacaba un cuchillo de no sé dónde y me lo insertó justo en el corazón.

Lo raro de eso fue que yo no sentí nada, no había dolor.

De repente, de mi pecho comenzó a salir sangre negra, la cual cayó justamente en el centro de la iglesia.

Donde la sangre cayó, se comenzó a hacer un agujero, que se fue agrandando más y más, hasta que se convirtió en un portal hasta el otro mundo, el mundo oscuro, del cual, venía subiendo Alessa Oscura.

Rápidamente, aproveché que todos estaban distraídos con el espectáculo y corrí a buscar a Sharon.

La liberé de las sogas y la abracé fuertemente, como nunca lo había hecho.

—Todo estará bien, cariño, todo va a estar bien.

Del agujero, además de Alessa Oscura, también salió la Alessa quemada ya mayor.

Junto con ellas, venían unos alambres de púas, eran millones de alambres que estaban conectados a la camilla de Alessa vieja.

Los alambres estaban asesinando a todos los de la iglesia, los agarraban y los explotaban.

Christabella estaba intentando escapar pero, un grupo de alambres la tomaron y la pusieron justo frente a Alessa vieja, y ella sonrió al verla llorar de dolor y miedo. Los alambres la agarraron por los brazos y pies, y luego entraron por su parte interna y le sacaron las entrañas.

Alessa Oscura bailaba mientras la sangre y las entrañas de Christabella le caían encima, ver a Alessa oscura bailar me causó un poco de gracia.
—Cierra los ojos, amor, no veas. —le dije a Sharon para que no mirara el suceso.

Entre todo el caos, pude ver a Dahlia que venía caminando, se quedó observando a Alessa vieja y le dijo:

“Oh, mi Alessa. ¿En qué te has convertido?”

Los alambres de púas continuaron asesinando a todos, hasta que solo quedamos Dahlia, Sharon y yo.

Entre todo el caos, me había olvidado de la herida que me había hecho Christabella, la cual, curiosamente, desapareció.

*Sharon pov*

No entendía muy bien lo que pasaba, todos estaban siendo asesinados por esos alambres de púas que salían de la cama de esa mujer toda quemada y vendada.

Mi mamá me abrazaba muy fuerte, me hacía sonidos de esos que hacen las madres para dormir a sus hijos pero, yo no podía dormir en una situación así.

—Cierra los ojos, cielo —me dijo mi mamá. Los cerré porque ya no aguantaba ver más masacre, esto parecía una película de terror.

Tenía los ojos cerrados y mi mamá me tapó los oídos pero, aún seguía escuchando los gritos de dolor de las personas.

De repente, sentí la necesidad de abrir los ojos.

Cuando los abrí, lo único que pude mirar, fue a una niña idéntica a mí, con la cara llena de sangre y sucio.
Ella me miró con una cara demoníaca que me asustó mucho.

Acercó sus dedos a mi cara y cerró mis ojos justo cuando me desmayé.