Capítulo 14: La revelación

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Cybil y yo, nos quedamos mirando la puerta en shock, esa criatura había matado a Anna de una forma brutal en frente de nosotras, y para el colmo; nos lanza su sangre a propósito.

Luego, recordé que estaba en una iglesia llena de personas, entonces me volteé y Cybil también lo hizo, así nos dimos cuenta de que todos nos estaban mirando como si fuéramos dos bichos raros.

Al parecer, este es el único lugar de la ciudad que no puede ser consumido por la oscuridad.

Las personas dejaron de mirarnos para prestarle atención a una mujer que comenzó a hablar, ella había dicho que era hora de rezar, a lo que todos se pararon y comenzaron a rezar la oración más extraña que había oído en mi vida.

—Rose, estas personas no son normales, parece que es una especie de culto religioso —me dice Cybil, con un tono de voz que solo yo podía escuchar.

—Ya me di cuenta, además, Anna lo había dicho antes, que una tal Christabella los protege aquí, y les da comida al culto y eso.

Entonces, ellos terminaron de rezar y pusieron la atención en nosotras.

—Hola. Mi nombre es Rose y ella es la oficial Cybil Bennett. No queremos molestarlos ni nada, solo estamos aquí en busca de mi hija, Sharon.

—No nos molestan. Soy Christabella.

—¿Puede decirnos que era esa cosa de ahí afuera? ¿Y qué demonios pasa en este pueblo? —le dice Cybil a la mujer

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—¿Puede decirnos que era esa cosa de ahí afuera? ¿Y qué demonios pasa en este pueblo? —le dice Cybil a la mujer.

—Miren, un demonio controla los cambios de realidad de este pueblo, nosotros solo nos refugiamos aquí.

—¿Usted no ha visto a una niña por aquí?

—Si aquí hay niños, les aseguro que pueden estar muertos ya pero...
También pueden estar en un lugar muy peligroso.

—¡¿Dónde?! ¡¿Dónde está mi hija?!

—Mire, Rose, si usted quiere enfrentar a la oscuridad del infierno para encontrar a su hija, no se lo impediré. Pero le advierto que es muy peligroso.

—No me importa nada de eso, solo quiero a mi hija y haré lo que sea para encontrarla.

—Como quiera. Señores, vengan.

Esperamos unos cuantos minutos a que el mundo volviera a la normalidad, luego de eso, Christabella nos llevó junto con unos hombres hasta un hospital, donde se supone se encuentra la oscuridad.

Llegamos hasta un elevador.

—Muy bien, Rose. Al llegar al piso, encontrarás un mapa pero no lo puedes llevar contigo porque está pegado a la pared con ladrillos, por lo tanto, tienes que memorizar todos los pasillos hasta llegar a la habitación donde está el oscuro. Allí encontrarás a tu hija.

—Gracias, Christabella.

—De nada. Ah, y supongo que esto le pertenece —Christabella me pasó mi collar que se me había caído anteriormente.

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