Axl dibujó una sonrisa en sus labios al verme ingresar por la puerta del restaurante que habíamos acordado. Llevaba una camisa blanca de tela raso desabotonada en la parte superior, dejando a la vista una pequeña parte de su pecho. Tenía unos simples jeans de color negro y unos zapatos a juego que lo hacían ver elegante. Yo, por mi parte, llevaba un vestido rojo sin mangas y mis sandalias favoritas arriba de unas medias transparentes para no morir de frío. Liz había hecho un maravilloso trabajo con mi cabello y maquillaje; ella había aplicado una gruesa capa de delineador para resaltar el verde de mis ojos y sobre los párpados la sombra oscura se hacía presente, mis labios iban a juego con el rojo chillón del vestido.
—Luces preciosa —Él habló, consiguiendo que una enorme sonrisa apareciera en mi rostro. — ¿No tienes frío?
Negué con la cabeza, enseñándole la chaqueta que había dejado en el respaldo de la silla. Para mí suerte, la calefacción estaba encendida y no me moriría de frío a menos que decidiéramos salir del sitio, allí probablemente moriría del resfrío que cogeré.
Luego de pedir nuestra cena, él posicionó sus brillantes ojos azules sobre los míos y continuó sonriendo por unos largos minutos hasta que finalmente decidí romper el incómodo y extraño silencio que se había creado en el ambiente pero al parecer él estaba disfrutándolo más que yo.
— ¿Qué me ves? —Pregunté de mala gana, pasando mi mano izquierda por mi rostro para chequear que no hubiera ninguna imperfección sobre éste. — ¿Hay algo en mi rostro... o en mis dientes?
Axl rió mientras negaba con su cabeza. Me encogí de hombros mientras soltaba un profundo suspiro de frustración, no estaba acostumbrada a los incómodos silencios o, mejor dicho, la vida no me había preparado para soportar una cena así de formal en medio de este ambiente escaso de palabras.
—No puedo creer que seas tan preciosa —Él respondió, consiguiendo que mis mejillas se tiñeran de rojo. Decidí bajar la mirada, investigando los cubiertos que poseíamos sobre la mesa. —Amo la manera en la que tus mejillas se ponen rojas, amo aquella forma en la que te niegas a bajar la mirada pero luego decides que no hay otra solución así que sólo lo haces. Amo que seas la chica más inteligente y bonita que he conocido desde un largo tiempo... nunca había podido compartir ideas con ninguna otra chica, ni siquiera con mi propia madre. Adoro que me vuelvas salvaje, porque sólo tú tienes el poder de darme ganas de correr debajo de la lluvia torrencial y no detenerme jamás porque esto es lo más real que he sentido en años.
»—Antes de que digas algo para detenerme, simplemente no puedo permitirlo. No puedo permitir que una persona tan increíble como tú no sea mía, no sea mi chica... mi todo. —Axl se tomó una pequeña pausa mientras yo continuaba atónita por las palabras que acababa de oír de su parte. —Eres aquella persona que quiero junto a mí todas las mañanas... quiero ser el dueño de tus sonrisas, el dueño de tus risas, el chico que te abrace y sé que posiblemente estoy sonando como un estúpido pero Abby... generas cosas en mí que creía muertas. Tienes el poder de destruirme con una simple decisión, así que no estoy buscando presionarte ni nada por el estilo pero... ¿Quieres ser la chica de mi vida?
Mis ojos comenzaron a humedecerse, las lágrimas amenazaban con salir y yo no podía dejar de pensar en las cosas que él acababa de decir. Tan preciso e increíblemente Axl, porque no hay dudas de que él despierta cosas en mí... pero esto se asimilaba con lo que sentía por Louis y Josh; el cosquilleo en el estómago, las ganas de gritarle al mundo que estoy feliz y no sé por qué.
—Tú para siempre es todo lo que necesito en la vida, Axl. —Hablé, mirándolo a los ojos.
Él sonrió en modo de victoria, inclinándose sobre la mesa para besarme. Por primera vez nuestros labios se rozaron y me sentí igual de feliz cómo en el escenario, dónde puedo ser yo misma y expresarme sin tenerle miedo a la opinión de los demás. Con él me sentía de igual forma que con los chicos, pero ese era el gran problema... los chicos son mis amigos y Axl ahora se había convertido en mi novio. No puedo dejar de pensar en aquella idea de sentirlo sólo como mi amigo y de haber tomado la decisión incorrecta, pero ahora es demasiado tarde para arrepentimientos y puedo confirmar que con él me siento feliz.
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❝just Abby❞; michael clifford.
Fanfiction❝Abby era un desastre, pero era su desastre favorito; no fue necesaria ninguna palabra fuera de lugar o algún movimiento, ella había conquistado su corazón y ya era demasiado tarde para volver atrás. Porque en cuanto él cayó en cuenta de su situació...