Cómo Follar Una Gorda ©

Torment@ cultural II

EL FEMINISMO es una herramienta que nos ayudó a emprender una evolución social cuyo resultado -si se llevan a cabo las reformas necesarias- será más que gratificante. Es una herramienta que nos ayudó y nos está ayudando a liberarnos de las cadenas del patriarcado, unas cadenas muy duras y resistentes cuyos primeros eslabones están enterrados muy profundamente.

Hemos dejado atrás la encomienda, parte de la esclavitud, monarquías absolutas, alguna que otra dictadura, muchas sociedades estamentales, entre otras cosas, gracias a las revoluciones. Revoluciones provocadas por el descontento de l@s ciudadan@s.

En la actualidad estamos dividid@s. Un sector está contento con la homofobia, el racismo, el machismo, la esclavitud, entre otros movimientos discriminatorios, y el otro está totalmente el contra de esta mierda. Yo formo parte de este último.

Me atrevería a decir que este mundo está bastante repleto de ignorantes, de incult@s que se llenan la boca diciendo que un determinado color de piel te hace ser superior o inferior, de que sentir amor por una persona de tu mismo sexo es asqueroso, de que la superioridad del hombre sobre la mujer es lógica.

Con todo esto que os estoy soltando solo quiero recalcar la sociedad de mierda en la que vivimos, aunque hace cincuenta años fuese peor y hace cien aún mucho más. La lucha continúa.

Aunque veas quince veces más organizaciones defensoras de los derechos humanos; muchísima gente proclamándose feminista, antiracista, antihomófobo; más libros hablando sobre estos temas, etc. Pisamos un casi nada el acelerador, aún quedan muchas cosas por hacer.

Ante esas cuentas de Twitter (p. ej.) que se burlan de las mujeres, de l@s homosexuales, de l@s negr@s, no os calléis. No calléis por miedo a que se os tiren encima (que es lo más probable), luchad por la justicia. Lo único que podéis perder es la fe en la humanidad, aunque la recuperaréis, os lo aseguro. Por cada gilipollas con el que os crucéis, os encontraréis a dos personas que sepan reconocer sus errores y cambien, no os preocupéis. El cambio es posible.

Yo he formado parte de ese grupito de ignorantes, y no fue en las RR. SS., sino gracias a un par de profesoras con las que tuve la oportunidad aprender a cambiar mi perspectiva. ¿Veis? Si yo he podido, el/la señor/a que esté soltando barbaridades en Twitter, en Facebook, en Instagram, etc., también puede. Por eso no debéis callaros y pasar de todo, porque eso no es luchar por la derrota del patriarcado. -Con luchar me refiero a debatir y argumentar el porqué de que lo que dice está mal-.

¿Por qué os digo todo esto? Porque -no sé si me seguís en Twitter- estos días estuve contestando a mucha escoria suelta por la red, intentando abrir los ojos tan siquiera un poco. Hubo gente que reconoció que el feminismo no es antónimo de machismo -antes de mi intervención decían eso- y otra gente que se dedicó a ir por el camino rápido y más inútil: el de insultar. Machorra, gorda, malfollada, puta, perra... Me llamaron de todo -menos guapa- sin conocerme. O sea, yo estoy defendiendo una causa y en vez de ellos (eran todos «hombres») argumentar la suya, van al tema personal. ¿Pero qué coño es esto? ¿No se suponía que un machito es racional y sensato, al contrario de las mujeres? Analicemos esto por partes.

- Machorra: mujer que se viste "como un hombre" y que es lesbiana. Insulto homófobo y machista.
- Gorda: esta palabra es subjetiva, para unos estás gord@ y para otros no. ¿Por qué usarla como insulto -machista también-?
- Malfollada: se insulta a la mujer por no recibir un buen polvo, cuando la culpa es del hombre -podría ser mujer pero sabemos que hay mucha homofobia también-, ¿no? Aquí pasa como con hijo de puta, el insulto siempre ronda alrededor de la figura femenina.
- Puta, perra: ¿puto? ¿perro? Ni de coña. Estos insultos son usados para referirse a mujeres que viven plenamente su sexualidad sin importarle lo que diga el resto. Claro, para el hombre se dice "dios", "el puto amo".