Lee Jiyoung no esperó que su vuelta a Corea fuera así. Había pensado en que llenaría a su pequeño de besos, y luego le invitaría a él y a Hyukjae a cenar fuera, bromeando con que por fin conocía al novio de su hijo formalmente.
Pero todo eso quedó en segundo plano cuando llegó a la casa de Hyukjae y se encontró con alguien que para nada esperaba ver allí, y mucho menos cerca de su hijo. Pudo decir que su corazón se detuvo por un momento.
No entendió las cosas que él le dijo, pero tampoco pudo pensar en ellas, ni contestar porque su prioridad era que Donghae no interactuara con aquel hombre. Solo quería mantener a su pequeño lo más lejos de él.
Escuchó a alguien carraspear a su espalda y se giró para ver a Hyukjae mirándola desde el marco de la puerta de la cocina. El pelinegro parecía incómodo, aunque también podía apreciar algo de dolor en su expresión y no era raro, sabiendo que su tobillo estaba muy hinchado y le costaba apoyarlo en el suelo.
- Donghae se ha ido a dormir ya... -Comenzó Hyukjae observando los platos que Jiyoung acababa de colocar.- Está... bueno, algo enfadado. Va a dormir conmigo para que tú puedas dormir en la que es su cama. Pasa la noche aquí, ¿vale? Mañana podéis hablar en el desayuno...
- No hace falta que...
- Jiyoung, tú has estado ahí cuando más perdido estaba, así que déjame ayudar un poco. El enfado de Donghae es tonto y mañana estará bien, quédate aquí esta noche. Mañana podéis empezar a volver a vuestra casa. -Susurró el pelinegro sonriéndole con suavidad.
- Gracias, Hyukjae. De verdad. -Jiyoung se acercó a él para poder abrazarlo, dando unas palmaditas suaves en su hombro.- Pero si le haces daño a mi pequeño, te mataré.
El joven rió, y ella también, aunque ambos sabían perfectamente que la mujer haría cualquier cosa si su hijo sufría.
- Pero quiero preguntarte una cosa seria. -Se puso serio, mirándola directamente a los ojos, y cuando Jiyoung asintió, supo que podía preguntar.- ¿Soohyun es el padre de Donghae?
- ¿Qué? ¡No! -La mujer abrió la boca totalmente sorprendida aunque luego se rió, apoyándose en uno de los muebles de la cocina.- Oh, Dios, no, ¿todo eso hizo parecer que era su padre? Él... es un viejo conocido. Lo conozco desde antes de quedarme embarazada de Donghae, pero él no es su padre.
- Lo siento, solo quería preguntar.
- No te preocupes, ahora que lo pienso pudo parecer algo distinto. -Jiyoung le sonrió agitando la mano para quitarle importancia.
Hyukjae asintió, estando de acuerdo con ella y luego de despedirse se dio media vuelta para poder ir a su habitación, donde Donghae ya estaba durmiendo. Se acostó a su lado intentando no molestarle y le abrazó, pensando en su conversación con Jiyoung. ¿Le había dicho la verdad? No tenía razón para mentirle, ¿cierto? Podían ser hermanastros, pero más que eso eran amigos y no creía que ella le pudiera mentir sobre algo tan importaba que implicaba a Donghae. Hyukjae no tenía que dudar de ella.
Aunque el desayuno con su madre y Hyukjae había sido tranquilo, el castaño no podía dejar de pensar en lo que había pasado la noche anterior. ¿Por qué su madre no había reaccionado ante lo que le dijo aquel hombre? Aunque pensándolo mejor, ella no era de hacerle caso a los que hablaban mal. Siempre mantenía una sonrisa y la cabeza alta, porque lo único que le importaba era que Donghae estuviera bien.
Aun así, todos esos pensamientos no abandonaban su cabeza, y aunque estaba decidido a estudiar con Hyoyeon, Kyuhyun y Yuri en la biblioteca, no era capaz de concentrarse en sus apuntes.
- Me estás poniendo nerviosa, ¿en qué piensas? -Le dijo Yuri en susurros al ver que el otro no estudiaba.
- No es nada. -Murmuró fingiendo que buscaba algo en el libro.
- A otros con esas, dinos. -Se metió Hyoyeon mientras Kyuhyun simplemente les miraba con el ceño fruncido por si se les ocurría alzar la voz y llamar la atención del bibliotecario. Era un señor con muy mal genio.
- Nada, nada. Mi madre ha vuelto por fin.
- ¿Para quedarse? -Preguntó Yuri provocando que los demás rodaran los ojos.
- Claro, ¿a dónde va a ir, tonta? -Se rió Donghae intentando no hacer ruido.
- O sea, que tu problema es separarte de tu novio. -Contestó Kyuhyun y el castaño abrió los ojos completamente. No les había dicho nada a las chicas.
Vio como Hyoyeon se llevaba las manos a la boca intentando no soltar ningún sonido mientras que Yuri le miraba sin poderse creer lo que acababan de decir los otros dos.
- ¿Qué? -Susurraron ambas con voz chillona.
- No podéis decir nada, ¿vale? A nadie. -Advirtió intentando mostrarles que hablaba totalmente en serio.- Hyukjae y yo estamos saliendo, pero nadie se puede enterar. Hyo, Yul, nadie.
- Vale, vale. Yo no diré nada. -Dijo Yuri asintiendo varias veces.
- Yo tampoco. No me miréis. -Hyoyeon rodó los ojos jugando con su bolígrafo.- Somos amigos, ¿uh? No diremos nada.
La rubia extendió la mano para que los demás la imitaran, colocando tosdos la suya sobre la de ella, como niños pequeños haciendo un pacto de silencio. Por aquellos pequeños detalles Donghae recordaba porqué seguían siendo amigos. Siempre iban a estar en el mismo barco.
Llegó a la casa de Hyukjae a la hora de la cena. Su madre había decidido que mientras el pelinegro tuviera el pie así, iban a quedarse con él para ayudarle y que no lo apoyara demasiado. Y por eso se lo encontró acostado en el sofá, con la pierna en alto mientras toda la casa olía a comida.
- ¿Mi madre está en la cocina? -Preguntó y Hyukjae asintió antes de que él se agachara para darle un suave beso en sus labios.
- Te he echado de menos.
- Y yo a ti.
- Sois taaaaan adorables... -Susurró su madre observándoles con la cabeza ladeada.
- ¡Mamá! -Gritó Donghae mientras Hyukjae solo reía, intentando ocultar que se sonrojaba por haber sido pillado así.
La mujer rió suavemente, negando con la cabeza mientras se secaba las manos de forma cuidadosa.
- Está bien, está bien, no os avergonzaré, pero ahora a cenar, chicos. -Avisó Jiyoung.- Donghae, cariño, ayudo a Hyukjae a caminar para que no use demasiado su pierna.
El castaño asintió aunque su madre no le estaba mirando ya, sino que estaba ocupada terminando de colocar cosas sobre la mesa para que pudieran comer de la forma más cómoda. Volvió a sonreír cuando vio a Donghae colocar la pierna de Hyukjae sobre la silla que quedaba vacía y finalmente comenzaron a cenar de forma tranquila, disfrutando de un buen silencio. Aunque para el más pequeño de los tres no era tan bueno.
- Siento mucho haberte gritado, mamá. -Susurro Donghae provocando que los otros dos le miraran.
- No te preocupes, tesoro, si solo estábamos jugando porque quería molestarte. -Le contestó su madre sonriendo.
- No, me refiero a ayer. Cuando llegaste. -Explicó el castaño tragando saliva porque no le gustaba sentir que había actuado mal con su madre.- No debía haberte hablado así.
- Oh, cariño. No pasa nada, sé que fue algo tenso, nadie se esperaba eso. -Explicó su madre extendiendo las manos para tomar las de su hijo.- Pero no estoy enfadada contigo.
Donghae hizo un puchero, causando que su madre sonriera y le acariciara las manos con los pulgares, un gesto que hacía cada vez que su hijo estaba nervioso o asustado. Finalmente se las soltó, sonriéndole.
- Te quiero, mamá.
- Yo también te quiero, Donghae. -Susurró su madre volviendo a comer con una sonrisa amplia.
El castaño sintió que le volvían a tomar la mano, pero esta vez era Hyukjae, que le sonreía con dulzura, entrelazando sus dedos de forma despreocupada.
- Y yo te quiero a ti. -Susurró el pelinegro moviendo los labios, esperando que solo él le escuchara.
Donghae se inclinó suficiente como para poder besarle la mejilla, sonrojándose al escuchar una risilla de su madre. Al menos podría acostumbrarse a ese tipo de cenas. Aunque Hyukjae tendría que pasar por el examen de Hyoyeon y Yuri o sus amigas no le dejarían en paz.
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Una cuestión de tiempo 「EunHae」
FanfictionCuando la madre de Donghae debe irse unos meses por trabajo, él imagina que su vida va a convertirse en un infierno. Pero nada es lo que parece. El roce hace el cariño, ¿y enamorarse? Una cuestión de tiempo.