Una cuestión de tiempo 「EunHae」

Capítulo 24

- Mami...

- ¿Sí, cariño? -Le susurró Jiyoung a su pequeño hijo de cinco años, que poco a poco se iba durmiendo junto a ella.

- ¿Por qué yo no tengo un papá? -Murmuró Donghae con los ojos cerrados.

Ella frunció el ceño sin saber por qué su hijo le hacía ese tipo de pregunta antes de dormirse. Miró a su hijo durante algunos segundos, preguntándose qué debía estar pasando por la cabeza el infante y buscando la mejor respuesta para aquella pregunta que no sabía bien cómo responder.

- Bueno, hay niños sin papás... niños sin mamás... ¿Tú quieres un papá, Donghae? -Intentó sonar lo más natural posible aunque sabía que la respuesta de su hijo podía destrozarle el corazón aún más.

- No... -Murmuró el pequeño antes de bostezar.- Yo estoy bien con mami.

- ¿Y por qué preguntaste? -Jiyoung lo arropó mejor, sabiendo que el niño pronto estaría dormido.

- En clase... hablaron de los padres... pero yo dije... que estaba bien con mami...

La mujer sonrió con tristeza. Sabía que las otras madres hablaban cuando la veían pasar para dejar o recoger a Donghae. A veces escuchaba lo que le decían. Pero ellas no sabían nada, no sabían nada de lo mucho que había tenido que luchar para traer a su hijo al mundo y criarlo sola. Miró a su hijo ya dormido y le besó la frente. Solo se tenían el uno al otro, y aunque le doliera era una realidad que debía aprender a aceptar.

El pelinegro miraba a su hermana en silencio. Ninguno había abierto la boca desde que ella había salido casi corriendo y había dejado a Hyukjae solo con el hermano de su jefe, que miraba la situación con extrañeza. Por supuesto, él no iba a dejar que eso pasar así como así y había llamado a Jiyoung para que se encontraran en su casa después del trabajo.

- ¿Vas a explicarlo o tengo que interrogarte? -Interrumpió el silencio cruzándose de brazos.

- No creo que haya mucho que explicar. -Dijo Jiyoung sin mirarlo.

- Claro, porque que el hermano de mi jefe sea el padre de mi novio no tiene nada de inusual. -Ironizó.

Su hermana lo miró con sorpresa, aunque él no supo si era por haber adivinado todo eso con la bochornosa situación que habían vivido horas antes o porque se atreviera a usar ese tono hablando con ella sobre un tema tan serio como la paternidad de Donghae.

- Tú no sabes nada, Hyukjae. No creas que puedes venir y decirme qué tengo que contar o no.

- Entonces dime las cosas, cuéntame lo que quieras. Pero no me hagas pasar por ese tipo de cosas sin que yo sepa nada, Jiyoung. Has dejado que trabajara en la empresa de ese hombre aunque sabías que era familia de Donghae.

- Si te lo decía, Donghae se acabaría enterando.

- ¿Y cuál es el problema? -Preguntó Hyukjae extendiendo sus brazos.

- ¡Donghae es lo único que tengo! -Estalló su hermana, comenzando a llorar.- Por él renuncié a todo, por él me levantaba cada mañana y luchaba. Por él estoy aquí ahora. -Sollozó.

- Jiyoung, Donghae no va a correr hacia su padre y te va a dejar atrás solo porque le digas quién es. Si piensas eso... quizás no conozcas tan bien a tu hijo. -Explicó Hyukjae bajando la mirada.

- Él le puede dar todo...

- Tú ya le has dado todo, hermanita. Tú has pagado sus estudios, sus médicos. Le has cuidado, le has apoyado. Donghae te adora y no creo que él quiera más de lo que tú ya le das.

- Llámalo. -Susurró Jiyoung después de estar unos instantes en silencio.

Donghae tocó la puerta de Hyukjae con el ceño fruncido. No le parecía raro que su novio le llamara, tampoco que quisiera verle en su apartamento. Pero la voz seria del pelinegro al decirle que fuera a su casa le decía que quizá, lo que el otro tenía que decirle o enseñarle no era nada bueno. ¿Y si se trataba de algo relacionado con lo que había pasado con Jieun? ¿Estaría ahí el padre del pelinegro?

Su novio le abrió y le hizo pasar con una pequeña sonrisa aunque no sirvió de mucho al ver a su madre ahí con los ojos hinchados y rojos, como si hubiera estado llorando. ¿Qué había pasado en el piso de Hyukjae mientras él estaba estudiando con sus amigos?

- Cariño, siéntate. -Le dijo su madre señalando el sofá del pelinegro que estaba frente a ella.

- Me iré a dar un paseo para que podáis hablar. -Dijo Hyukjae tomando su chaqueta.

- No, quédate. Esto también te interesa. -Le detuvo su hermana.

- Mamá, me estás asustando...

- No es nada... malo, mi amor. -Dijo su madre intentando mantener la sonrisa en la cara.

Donghae la miró intentando comprender lo que pasaba, aunque todo lo que consiguió reunir fue que estaba en una especie de reunión familiar con su novio y su madre, que eran hermanos. Al pensarlo le daban escalofríos.

- ¿Recuerdas al jefe de Hyukjae?

- ¿Te ha vuelto a molestar?

- No, no es nada de eso. -Negó Jiyoung rapidamente, colocando las manos en sus rodillas.- Él... él me conoce desde hace mucho tiempo. Su hermano y yo... fuimos novios durante el instituto.

Donghae asintió sin pensarlo. Era normal que su madre hubiera tenido novios cuando era más joven. No sabía porqué le contaba aquello. Hyukjae y ella lo miraban esperando alguna reacción pero él no sabía cuál debía tener exactamente.

- Donghae, su hermano... Mi exnovio... Él es tu padre. -Terminó confesando su madre sin querer extenderse más.

Sintió la mano de Hyukjae agarrar la suya mientras que su estómago se revolvía de forma vertiginosa provocando que incluso su visión se nublara. ¿Su padre? ¿El que le había engendrado? ¿Había estado tan cerca? Los pensamientos se amontonaban uno detrás de otro, provocando que casi ni pudiera escucharse.

Al alzar la vista de nuevo vio a su madre llorar en silencio, observándole con las manos tapando su boca. ¿Por qué lloraba?

Se soltó de Hyukjae con cuidado, caminando hacia la mujer que le había dado la vida para abrazarla con fuerza, arrodillándose delante de ella.

- Lo siento, Donghae... Cuando volvi a saber de él tú tenías cinco años y yo senti mucho miedo, no quería perderte...  No quería... -Sollozaba la mujer en su hombro.

- Tranquila, mamá. -Susurró Donghae besando su mejilla mientras acariciaba su espalda con ternura.

Quería hacerle preguntas a su madre, pero sabía que ahora mismo lo que ella necesitaba era sacar todo ese miedo que había acumulado durante años del cuerpo. De fondo escuchó pasos y poco después, que una puerta se cerraba, dejándolos solos.

Gracias, Hyukjae, pensó abrazando más a su madre y cerrando los ojos.

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He estado fuera por temas personales y la verdad es que no me he llevado la mejor sorpresa al volver. Os quería felicitar el San Valentín mejor, pero bueno... u_ù