Capítulo 14

565 79 3
                                    

Hyukjae rememoraba cada parte de su cita con Donghae sin poder alejar la sonrisa de sus labios. Había pasado solo unas horas antes, pero aún así había sido tan perfecta que no podía parar de pensar en ella.

No habían podido tratarse como cualquier otra pareja en una cita; nada de besos o abrazos porque su padre les podría haber colocado un detective privado para vigilarlos y estar al tanto de que su hijo no tuviera relación alguna con otro hombre. Pero aún así había disfrutado todo lo posible. Y se sentía como si volviera a tener quince años y fuera su primera relación.

Donghae le llamó cada vez que encontraba una flor nueva y bonita, o le enseñaba las flores de cerezo que aún resplandecían en los árboles. Ver como el pequeño se emocionaba con eso le hacía sentir como en una nube.

El pelinegro se tumbó en la cama, planteándose cuánto tiempo tendría que mantener su relación en secreto. Donghae se merecía más que eso. Pero Hyukjae sabía muy bien que no podía ser ahora o su padre se encargaría de separarles a toda costa.

Soltó un suspiro bastante pesado, pensando en lo mucho que se complicaría su vida en caso de que ese hombre se enterara de la relación que mantenían. Un desastre.

Se giró en la cama, causando que la tela de su ropa interior se friccionara con su miembro y por ello suspirara. ¿Cuánto hacía que no se masturbaba? Ni siquiera se acordaba de la última vez.

Se mordió el labio inferior, alzando las caderas para bajar su pantalón y así dejar su pene libre. No estaba erecto, pero eso cambiaría pronto.

Recorrió el glande con el índice, dispuesto a complacerse a sí mismo sin interrupciones.

Donghae sonrió terminando de ordenar sus apuntes. La cita con Hyukjae había sido maravillosa, tal y como habría imaginado una cita perfecta para él. No es que fuera el mayor amante de las flores, pero no le disgustaban, y verlas no estaba nada mal, sobretodo cuando recién habían florecido y estaban más hermosas.

Se mordió el labio inferior preguntándose si Hyukjae tendría hambre ya y querría cenar. Ambos tenían que estudiar así que tan pronto como llegaron, se separaron para estudiar cada uno por su cuenta.

El castaño decidió irle a preguntar, así que se levantó de su silla y salió de su propia habitación para ir a la de Hyukjae, ya que al no haber oído al otro, suponía que este seguía ahí. Quizá cometió un gran error al no tocar la puerta antes de entrar en la habitación.

Porque se encontró a su novio con los pantalones por las rodillas. Masturbándose en la cama. Quizás no hubiera sido tan vergonzoso si Donghae tuviera la rapidez necesaria para salir sin ser descubierto. Pero por desgracia antes de poder moverse los ojos de Hyukjae ya le estaban mirando con algo de sorpresa y pánico.

- ¿Dongh...?

- Yo...

El menor no sabía qué hacer. Por un lado solo quería esconderse y no volver a tener que enfrentar la mirada del mayor, pero por otro... Su cuerpo se sentía caliente. Su propio miembro comenzaba a endurecerse en sus pantalones y él no sabía si debía ocultarlo o no.

Hyukjae tuvo que sentirlo de alguna forma, porque luego de sentarse en la cama y taparse con la almohada, su mirada bajó hacia la entrepierna del otro que comenzaba a hacerse notar demasiado.

Hubo unos segundos de silencio en los que ninguno de los dos se atrevió a decir nada, e incluso Donghae no podía mirar al mayor de ninguna forma.

- Ven aquí. -Susurró Hyukjae de forma tranquila, extendiendo una mano.

Dudó al principio, pero luego se acercó al mayor con cuidado, cogiendo aire para evitar sofocarse ante aquella situación. Hyukjae tomó su mano con cuidado, buscando no asustarle porque sabía que estaba bastante nervioso y no quería empeorarlo.

Una cuestión de tiempo 「EunHae」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora