Estaba hecho un completo lío. No sabía cómo Donghae y él habían acabado besándose en su sofá. No porque no le hubiera gustado, sino porque Jiyoung habría podido pasar por ahí y pillarles con las manos en la masa.
No creía que la mujer fuera a reaccionar demasiado mal, pero aún así hubiera sido un momento demasiado incómodo para los tres, con total seguridad.
Y sobretodo ahora no podía quitarse la sensación de los labios de Donghae junto a los suyos, había besado muchas veces antes, incluso había sido besado por su mejor amigo cuando este estaba borracho.
Pero ninguna de esas veces había sido tan dulce como el beso que había compartido con Donghae. Ese, incluso sin haber llegado a profundizarse, le había hecho temblar y querer mucho más de lo que el castaño en sus brazos podía brindarle.
Pero este se apartó y huyó sin dejarle tiempo a decir nada y él no le siguió. No quería acosarle si Donghae quería tiempo a solas para comprender lo que había pasado.
Después de todo Hyukjae no era cualquier chico que hubiera conocido por casualidad; era el hermanastro de su madre.
Y si Jiyoung notó que las cosas estaban raras entre ellos, no dijo nada. Y mejor, porque explicarle a qué venía la actitud de ambos de ni mirarse, podía ser algo mucho más incómodo.
Por suerte Hyukjae tenía que ir a trabajar y eso le daría un respiro de pensar en Donghae. Pero solo se engañaba, ese pensamiento no le dejaría en paz por mucho que quisiera.
Donghae suspiró por cuarta vez mientras observaba a su madre comenzar a preparar la cena para los tres. Se iba a ir al día siguiente y había insistido en prepararles la comida mientras estuviera ahí, para compensar el mal rato que debían haber pasado con su padre.
Pero eso al menos le dejaba tiempo para pensar en lo que había pasado. ¿Se lo esperaba en ese momento? Para nada. ¿Le había gustado? Quizá más de lo que debería.
Ahora estaba algo seguro de que lo suyo con Hyukjae no podía ser. No estaban relacionados sanguíneamente, pero eso no cambiaba que la madre del pelinegro y su abuelo estuvierann casados. Solo acabaría enamorándose de él hasta que su propia madre se enterara y tuviera que enfrentarse a un corazón roto por el rechazo de su familia.
- ¿En qué estás pensando? -Comentó Jiyoung con una sonrisilla.
- ¿Eh? En nada, mamá.
- ¿Crees que le puedes mentir a tu madre? ¿Hyukjae? Es guapo, ¿eh? -Le asaltó sin que se lo esperara.
- ¡Mamá!
- ¿Qué? No creas que puedes ocultarme cosas a mí, cariño. Te conozco demasiado bien. Pero tengo que advertirte: Hyukjae no es libre de estar con quien desee gracias a mi padre, así que si quisieras tener una relación con él... Bueno, tendrías que esperar. -Jiyoung soltó un suspiro volviendo a centrarse en la comida.
- ¿Esperar? ¿A qué te refieres?
- A que Hyukjae debe cortar todo lazo con sus padres antes de que pueda tener una relación con quien quiera. -Explicó su madre acariciándole levemente la mejilla.- Pero sabes que la mejor madre del mundo, es decir, yo, siempre te apoyará en todo. Hyukjae es un buen chico cariño.
Donghae se mantuvo en silencio, notando como sus mejillas ardían mientras su madre solo le dedicaba una dulce sonrisa y dejaba de mirarle para cortar las verduras sin problemas. El corazón del castaño latía con algo de fuerza. ¿Cabía la posibilidad de que pudiera llegar a gustarle a Hyukjae. Le resultaba algo utópico, pero aún así no podía evitar que las mariposas revolotearan en su estómago provocándole todo tipo de sensaciones.
El ruido de la puerta le devolvió a la realidad y dio un saltito para que segundos después apareciera Hyukjae en la puerta de la cocina con expresión cansada pero olfateando el aire.
- Jiyoung, de verdad que no hacía falta... -Comenzó el pelinegro tan pronto vio a la mujer.
- Oh, vamos. Mañana me voy, dejadme un poco de libertad. -Bromeó negando con la cabeza.- ¿Siempre sales tan tarde?
- No. Pero hoy Jaewon, el hombre al que ayudo, se quedó hasta más tarde y yo me quedé con él.
- ¿Y cuál es el trabajo? -Preguntó Donghae antes de poder detener su lengua.
- Le ayudo a dar clases de baile. Tiene demasiada gente y así es difícil, así que yo le ayudo con un grupito.
- ¡¿Bailas?! -Exclamó sonrojándose al escuchar a su madre reír.
- Sí, por ahora no es más que un pequeño trabajo. Pero espero que sea más que eso algún día.
- Basta de charla, niños. -Interrumpió la madre de Donghae impidiendo que éste acosara al mayor a preguntas.- ¡Hora de cenar!
Hyukjae sonrió ayudando a Jiyoung a preparar las cosas mientras Donghae solo suspiraba arrugando la nariz durante unos segundos. Le gustaría poder observar a Hyukjae bailar alguna vez, pero suponía que eso sería casi imposible.
- ¡Donghae! ¡CENAR! -Advirtió su madre con su mejor tono autoritario.
Ambos sintieron un pequeño vacío cuando Jiyoung se fue de casa para volver a tomar un avión e irse de nuevo a trabajar. Para Donghae era realmente duro no tener a su madre al lado, pero al menos poco a poco se volvía más cercano a Hyukjae. Demasiado, quizás.
Llevó la ropa limpia a la habitación del mayor para que éste la colocara y se detuvo mirando una de las fotos del pequeño perro marrón. No era el perro más bonito del mundo, pero aún así había algo adorable en él.
- Oh, gracias. -Dijo Hyukjae al ver la ropa limpia sobre su cama.
- ¿Quién es? -No pudo evitar preguntar Donghae observando la foto del pequeño perro.
- Es Choco... -Murmuró Hyukjae siguiendo la mirada de Donghae.- Ella.. ella murió hace algún tiempo. Era.. Bueno, ya estaba mayor. Así que era de esperar. -Murmuró Hyukjae aunque el pequeño notó por su voz que al mayor aún le costaba hablar de eso.
- Me hubiera gustado conocerla...
- A ella le hubieras gustado mucho. Era algo desconfiada, pero aún así daba mucho cariño. -Susurró Hyukjae con una pequeña sonrisa triste en los labios.
El castaño no lo pensó demasiado antes de que sus piernas comenzaran a andar y sus brazos se extendieran para rodear el torso de Hyukjae y así abrazarle con cuidado, cerrando los ojos automáticamente.
- Dicen que los animales suelen parecerse a sus dueños. -Susurró acariciando su espalda.
Notó al pelinegro temblar un segundo y luego soltar un largo y pesado suspiro hasta que los brazos de este le rodearon a él y acabaron abrazados en medio de la habitación. Donghae sentía que el mayor necesitaba ese pequeño apoyo al recordar la perdida de su pequeña compañera.
Se separaron lo suficiente para mirarse a los ojos, y Donghae pretendía sonreírle, pero entonces sus ojos cayeron en los labios de Hyukjae y antes de darse cuenta, se estaban besando de nuevo.
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No me matéis por dejarlo ahí. x'D
Avisar por aquí de que me he abierto una cuenta de twitter ( @/Caliope23_ ) donde creo que nos podemos comunicar mejor y también quiero dar alguna noticia y avisar si no puedo actualizar en alguna ocasión.
¡Gracias! ♡
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Una cuestión de tiempo 「EunHae」
Fiksi PenggemarCuando la madre de Donghae debe irse unos meses por trabajo, él imagina que su vida va a convertirse en un infierno. Pero nada es lo que parece. El roce hace el cariño, ¿y enamorarse? Una cuestión de tiempo.