Anteriormente
Tenía hambre así que camine hasta el refrigerador, comí un poco de ensalada y algo de uvas, hacía tiempo que sentía engordaba pero era por tanto comer.
Regrese a mi cama y al acostarme sentí como el estómago se me revolvía. Apenas llegue al baño para vomitar. Ya era una mala costumbre de mi organismo, temía que fuera lo que pensaba, siempre había sido irregular pero ya más de tres meses que la regla no llegaba y... los mareos, y el vómito.
No podía ser. Abrace mi vientre y abrí mis ojos como platos. ¿Podría estar pasando?
Esa noche no dormí pensando en aquello que pasaba por mi mente, se me hacia prácticamente imposible. Un montón de sentimientos abundaban en mi corazón. Estaba emocionada, feliz, confundida, triste... ¿cómo podía guardar todo aquello en mi ser?
Al día siguiente apenas amaneció salí de casa, mi destino... el médico.
Espere lo suficiente, análisis, preguntas, chequeo general.
Me senté frente al doctor y con una gran sonrisa acepto lo que ya había pasado por mi mente.
Tenía más de tres meses de embarazo, por eso el aumento de peso, de pechos, cambios de humor, vomito, mareos... TODO concordaba.
Salí de allí contenta, feliz, con ganas de gritarle al mundo que estaba esperando un hijo, tenía dentro de mí a un angelito que amaba más que a mi propia vida, por el simple hecho de que estaba dentro de mí, de que amaba a su padre y de que pelearía para defenderlo contra quien fuese.
Llegue a casa y fui directo a mi habitación, saque una hoja de papel y empecé a escribir.
"Alexander
Me prometí a mí misma seguirte escribiendo por un tiempo más... Ayer me conto Nicholas unas cosas que realmente no estoy dispuesta a comprender hasta que me las digas tú mismo pero... ¿me lo dirás algún día?
Quizá soy una estúpida al seguir teniendo tus palabras en mi mente, pero no puedo dejar de amarte. Cada día pienso en que alguna carta llegara a mis manos y cada noche sueño con que el tiempo pase rápido para que vuelvas a mi vida... espero que si vuelvas.
Alexander, sé que te prometí que te iría a visitar a Londres, pero no poder. Sé que te preguntas la razón, pero no es porque no quiera sino porque me lo prohíbe el doctor.
Bien, aquí voy... sé que no es la mejor forma de dar noticias pero al no haber otra forma de poder comunicarme contigo lo hare mediante las palabras escritas.
Me había sentido extraña hasta hace poco, malestares... ya sabes cosas que de repente pasan, fui al médico y me dio una noticia que no esperaba pero por la cual ahora soy la mujer más feliz del mundo.
Estoy embarazada, si amor seremos padres, tendremos un bebe. El fruto de nuestro amor, no puedo creerlo, cuando el Doctor me lo dijo casi salte de emoción. Me prohibió viajes largos, cierto tipo de comida y bueno... muchas recomendaciones. Tengo más de tres meses Alex, la última vez que estuvimos juntos, en aquella noche dejaste algo dentro de mí, y nacerá en menos de seis meses. Desearía con mi alma que estuviese aquí disfrutando de este momento, pues es tu hijo también.
Espero que en esta ocasión me respondas, te amo Alex... te amo futuro padre.
Amelia"
Doble la carta y no espere hasta el día siguiente para llevarla al buzón, me encontraba tan feliz, tan llena de emoción que tenía ganas de gritarle al mundo lo que me esperaba.
Sabía que tendría problemas con Denisse, que además de ello tenía la Universidad, solo dos meses y medio para terminar. Lo lograría, tendría mi título, solo para trabajar y poder mantener a mí bebé mientras Alexander llega. Sonreí, estaba segura que al momento de recibir esa carta dejaría todo en Londres y vendría por mí.
Quizá era egoísta de mi parte pero tenía que saberlo, él era el padre.
Si describiera cada día solo repetiría mi maldita rutina, levantarme, preparar el desayuno, asistir a la Universidad, regresar, limpiar, escribirle cartas a Alex y tratar de esconder mi vientre que día a día se abultaba un milímetro más. Estaba tan emocionada.
Ya tenía más de 4 meses, y tenía miedo de que en cualquier momento Denisse hablara conmigo.
— ¿Puedo pasar? — La puerta de mi habitación se abrió y entro Nick, tape con la sabana el papel y los sobres que tenía para mandarle a Alex como cada mañana. Asentí, la última vez que había hablado con él fue la ocasión que... me dijo lo de Alexander. — Amelia, quiero hablar contigo.
—Lo estás haciendo. — respondí sentándome derecha tratando de esconder mi vientre, nadie podía enterarse.
—Amelia... te he visto distinta estos días, y... bueno, no sé si mis dudas sean correctas pero. —Trago saliva y suspiro. — Tu estómago. — Apunto a mi vientre que trataba de esconder con mis brazos. — ha crecido y creí que... bueno... ya sabes.
— ¿Ya se... que cosa? — Me hice la desentendida.
— La noche que paso lo... nuestro, no use protección y creo que...
— Si Nicholas. — Hable fuerte y segura. — Estoy embarazada. — Me causo una gracia enorme ver su cara casi desfigurarse, el color rojo de sus mejillas había desaparecido dejando en su lugar un color pálido y casi de un muerto, sus ojos casi se salían de sus orbitas y se quedó en silencio por un rato.
—Yo...
—Tranquilo. —Pronuncie aguantando la risa. — No es tuyo. — Ahora su rostro de miedo se transformó en enojo y frunció el ceño.
— ¿A qué te refieres? —Cuestiono enfadado— ¿Con que otros has estado? — Ok, eso ya me había ofendido porque hizo demasiado énfasis en "otros" siendo que solamente me había entregado a una sola persona... Alexander. Puse los ojos en blanco y me cruce de brazos. — Habla Amelia. — Ordeno con un dejo de curiosidad en su voz.
—Alexander. — Negó varias ocasiones y se paró del acolchonado tomando su cabeza entre sus brazos.
—Es mío y no quieres aceptarlo.
— ¡Por Dios Nicholas! — Grite con ironía. — No digas tonterías, tengo más de 4 meses de embarazo, es de Alexander.
—Alexander... no se hará cargo.
—Eso déjaselo a él.
— ¿Ya le dijiste algo? — Asentí. — ¿Te respondió? — Voltee mi rostro y se puso frente a mí, tomo mi mandíbula e hizo que girara mi vista para verlo. — ¿No lo ha hecho, cierto? — Mis ojos se espesaban a poner empeñosos. —Amelia, tengo una propuesta para ti.
— ¿Qué cosa? ¿Ahora que Nicholas? — Grite enfadada. — ¿No has propuesto ya demasiadas cosas?
—No. — Tomomi rostro entre sus manos y beso mi frente. —Quiero que ese hijo que tendrás... sea mío, le daré mi apellido, seré su padre,si tú me lo permites. — Loobserve confundida. — Lohare porque para mí, él ya es mi hijo. — ¿Como podíadecirme algo así?
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Un Amor Imposible©
RomanceAutor: Issa Michelle Frausto Alejos Dos corazones y mil reglas de por medio, dan por hecho... Un Amor Imposible. El corazón late por los sentimientos, no sabe de estatus, de físico, de riqueza o pobreza, el corazón es ciego y late por la vida, por e...