CAPÍTULO 36

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Anteriormente

—Discúlpame... mamá está en el hospital y...

— ¿Denisse? — pregunto alterada. — ¿Qué paso? — Me encogí de hombros.

—No sé mucho, pero al parecer es algo de la presión. —Tomo entre sus manos mi rostro y junto nuestras frentes.

— ¿Quieres que vaya contigo?

— ¿Después de lo que te hizo? —Susurre con los ojos apretados— ¿Me acompañarías? —Asintió.

—A esa mujer que tanto daño me hizo... le debo mucho. — ¿Le debía? Me separe confundido y la observe, ella sonrió. — Así es Alexander, gracias a ella te tengo a ti. — Suspire.

—Quédate con Tyler, yo... debo irme con ella, no te preocupes, ¿sí? — Asintió tratando de darme confianza. Beso mis labios lentamente y me tomo fuerte de las manos.

—Todo estará bien... Te amo, Alexander.

—Te amo más, mi princesita Amelia. — Salí del cuarto y baje las escaleras rápidamente, ahora que todo estaba bien... a mama le pasaba esto. Aunque hubiese hecho de mi vida una pesadilla la amaba, y sabía que no me perdonaría que le pasara algo, pues quizá yo había sido el causante de que su presión se desbalanceara.

Acelere por las calles hasta llegar al hospital. Estacione la camioneta y fui directo a la sala de espera, allí estaban mis hermanos, mi padre y la esposa de Kevin... sus caras no mostraban más que tristeza, cansancio y preocupación... eso no era una buena señal.

 eso no era una buena señal

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—Alex. —Papá se paró de su lugar y me abrazo fuertemente, hacía tiempo que no lo veía, su rostro cansado y su sonrisa fingida dignas de que algo no andaba bien allí.

— ¿Qué paso, papá? ¿Cómo esta mamá? — Bajo la mirada y suspiro, me tomo del hombro y caminamos hasta sentarnos en la sala de piel color beige.

—Ella ahora esta delicada, su problema de la presión aumento de un segundo a otro. — Suspiro, aunque mis padres jamás se demostraron mucho amor esta ocasión veía a mi padre preocupado y hasta triste, se veía que quería a mamá. —Nick la encontró tirada en el suelo, veía tu fotografía cuando te graduaste y parecía que había estado llorando. — Era mi culpa, era mi culpa que mamá estuviese allí, puse mi cabeza entre mis brazos que apoye en mis piernas y trate de respirar.

—Fui el culpable, padre.

—No llores hijo, tu mama se repondrá... no eres el culpable.

—Lo soy. — Me puse de pie y empecé a dar vueltas alrededor de una mesita de cristal.

— ¿Porque dices eso? — Respire y me puse en cuclillas frente a él.

—Primero que nada quiero que sepas que te quiero papa, y que... hoy me entere de muchas cosas que mamá hizo sin pensar en el daño que me causo, ella... ella lo hizo seguramente para protegerme, pero salió peor.

Un Amor Imposible©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora