CAPITULO 12

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Anteriormente

Jugué unos segundos con el elástico de su bóxer hasta que introduje la mano dentro de él. Su masculinidad ya sobrepasaba su bóxer, sentí algo de pena y a la vez emoción, lograba algo que también él lograba en mí.

Empecé a acariciar su miembro, cosa que al parecer le gusto ya que empezó a dar leves gemidos justo en mi oído, ya empezaba a acariciarlo por completo cuando tomo mi mano e hizo que parara. Vi como una fina capa de sudor nos invadía a ambos y me observaba con sus mejillas rojas. ¿Acaso no le había gustado? quizá no debí ir tan deprisa, tal vez no quería que llegara a ese punto...

No hice ningún movimiento más y espere a que su respiración se controlara un poco, poso su mirada en la mía y llevo mi mano hasta al lado de mi rostro

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No hice ningún movimiento más y espere a que su respiración se controlara un poco, poso su mirada en la mía y llevo mi mano hasta al lado de mi rostro.

— ¿Se-segura que... que quieres seguir? — Menciono aun agitado. — ¿Si quieres... hacer... que hagamos el amor?

—Si Alex. — respondí en un murmullo. — Quiero ser tuya completamente, te amo...

Curvo la comisura de sus labios, esta vez solo pude explorar su torso, el había quitado su bóxer sin previo aviso y con sus dedos se encontraba bajando el ultimo rastro de ropa que tenía en mi cuerpo. Sentí sus manos tibias recorriendo mi bajo vientre y muchos sentimientos se encontraron entre sí.

Separo mis piernas y se acomodó entre ellas. Me beso y esta vez su lengua hacia una extrema búsqueda de la mía dentro de mi cavidad bucal, me encontraba degustando el encuentro de nuestras lenguas cuando sentí un pinchazo en mi entre pierna, mis ojos casi se salieron de las orbitas ordinarias y jale el cabello de Alexander sin pensar en el dolor que este le causaría y erguí mi espalda, y di un fuerte gemido de dolor. Joseph se encontraba viéndome preocupado, sus movimientos dentro de mí eran lentos pero aun así muy dolorosos. Efectivamente... era virgen, jamás había estado con un chico antes.

—Amelia... ¿te duele mucho? — Afirme un par de ocasiones, tomaba la frazada entre mis manos y la arrugaba sin moderación, pronto salió de mí y acaricio mi pómulo. — Antes... ¿habías estado con alguien? — Negué y sentí como las lágrimas salían de mis ojos. — ¡Por Dios! — Agarro un mechón de su cabello y se puso a mi lado. — ¿Porque no me lo dijiste?

— Creí... creí que lo sabrías, ¿es malo? — Apoye mi peso sobre mi hombro y lo mire.

— ¡No, no, no! — Respondió preocupado viéndome directo a los ojos. — Es solo que... debí haber sido más cuidadoso... el dolor debió haber sido... horrible.

—No Alex... no es así, solo que... jamás había sentido algo... parecido.

—Discúlpame Amelia.

—No... Discúlpame a mí. — Sus ojos me analizaban preocupados, como amaba la ternura que emanaba aquel chico para mi persona. — ¿te parece si lo intentamos de nuevo?

— ¿Estas segura? — Asentí. — Si te duele paramos, ¿ok?... lo último que deseo es lastimarte. — Bese sus labios, de nuevo se posiciono sobre mí y al momento de que sentí que entraba de nuevo cerré mis ojos. — ¿Te duele? — Negué, aunque seguía el dolor en mi cuerpo no quería que parara, quería estar con él aunque el dolor fuera tal... quería demostrarle el amor que le tenía. Empezó a dar movimientos circulares y yo arañaba su espalda, pero lejos de molestarle le parecía excitante. Ya que su respiración se agitaba más y sus movimientos se iban haciendo más rápidos.

Ya no sentía las piernas y me pareció extraño, pero de un segundo a otro en el mismo lugar donde abundaba un dolor extremo ahora se encontraba un placer indescriptible. Observe a Alex y bese sus labios con desenfreno tratando de ahogar mis gemidos llenos de placer, de pasión... de amor.

Ya no había más que decir, más que hacer, al llegar al punto máximo se acostó sobre mi pecho, ambos sudábamos y nuestras respiraciones agitadas decían más que las palabras, había sido perfecto. Acaricie su cabello, estaba húmedo y sedoso, todo él era perfecto.

— Que lindo se oye tu corazón. — Dijo mientras levantaba su torso con la ayuda de sus manos. Sonreí. — Te amo, Amelia.

— Yo te amo a ti Alexander... quiero que jamás olvides eso...

—No sería capaz de olvidar nada de lo que ha pasado entre ambos. — Sus labios hicieron una suave presión con los míos. ¿Cómo podía lograr tanto con solo un beso? No era capaz de averiguarlo, solamente de disfrutarlo como si fuese el último. — Ahora... ¿quién quiere pizza? — Pregunto animado y soltó una leve carcajada, me cubrí mi anatomía desnuda con la frazada y me senté junto a él, trajo la gran caja familiar y empezamos a comer, casi devorar la pizza completamente, ¡tenía un hambre atroz! Aunque estaba algo fría, nada podía saber mejor que eso.

Cuando terminamos, después de una charla se acostó a mi lado y yo en su brazo, específicamente descansando mi cabeza en su pecho.

— Hay algo que... tengo que decirte Amelia. — Su seriedad era una de las cosas que más temía, tenía miedo de lo que fuera decir aunque estaba consciente de que por el volumen de su voz y su mirada no sería una cosa buena.

— ¿Que es Alexander?

— ¿Recuerdas sobre la maestría que... te mencione cuando llegue de Londres? — Sabia lo que quería decir, pero no me adelantaría, asentí, acaricio mi hombro y siguió hablando descansando su cuello en mi cabeza. — Las clases empiezan en una semana.-- Un ardor se hizo presente en mi pecho y lo observe preocupada

— ¿M-me dejaras? — ¿Y todos nuestros planes?, nuestros sueños...

— ¡No, No Amelia!... no he decidido si me iré, no quiero que pienses que te dejare... si me pides que no me vaya no lo hare.

No podría decirle que dejara un brillante futuro solamente por mí, tenía que apoyarlo, que el sintiera que mi amor por el podría también con la distancia. — Y... ¿Quieres que me quede contigo Amelia?

— Si, anhelo que te quedes conmigo... así como estamos para siempre. —Lo abrace con más fuerza y le di un beso en su pecho, justo donde palpitaba su corazón.— Pero también quiero que te vayas a terminar tus estudios, tu carrera es lo másimportante que tienes y lo único que te sostendrá en un futuro... yo teesperare Alex, un mes, un año, toda mi vida si es necesario, pero quiero quehagas lo que tenías planeado desde antes... quiero que logres tus sueños. — No podíacreer lo que le estaba diciendo, en mi garganta se había formado un gran nudopero antes que mi dolor... siempre seria su felicidad.].'R'kC

Un Amor Imposible©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora