CAPITULO 17

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Anteriormente

— No sé porque te haces ilusiones, Nicholas no me importa que pase un año, o 10, igual lo amare. Además el no volverá me prometió acabar sus estudios y no pondrá un pie en esta casa hasta que tenga el título de master en sus manos.

— Pero... — Se quedó callado y suspiro. — ok. Ahora sal de aquí por favor. — Sonreí. —Amelia, sal antes de que me arrepienta y vuelva con el plan que tenía desde antes. — Asentí y salí enseguida, él se quedó viendo hacia su cama.

 — Asentí y salí enseguida, él se quedó viendo hacia su cama

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Corrí por las escaleras y llegue a mi habitación. Cuando abrí la puerta me encontré con la silueta de mi madre sentada sobre el acolchonado. ¿A qué hora había llegado? Cerré la puerta y al acercarme pude notar sus ojos rojos y una fotografía entre sus manos, era ese hombre, aquel que destruyo la vida de mi madre, aquel que la embarazo de mí y luego la dejo.

— ¿Mami que pasa? — Me puse en cuclillas frente a ella y trato de sonreír, pero no pudo sus lágrimas solo se notaron más por más que trataba de esconderlas. — Madre, olvídate de este...

— Este. — Hablo con un nudo en la garganta. — es tu padre y siempre te he pedido que a pesar de su abandono lo ames. — Puse los ojos en blanco.

—Ok, si así te pondrás bien lo hago, pero ¿porque lloras, madre? por él. — Apunte la vieja fotografía colores sepia.

—No. — Me pidió con sus manos golpeando el acolchonado que me sentara a su lado y así lo hice. — Yo... quiero que sepas que te amo, Amelia. — Trague saliva, la vista de mi madre ese día estaba demasiado extraña y me daba miedo que algo malo fuese a pasarle.

—Yo también te amo mami. — Le di un beso en la mejilla y curvo la comisura de sus labios.

—Quiero que si algo me llega a pasar que busques a tu padre, él ha hablado conmigo y ha querido conocerte pero no se lo he permitido por miedo a tu reacción, pero si algo llega a pasar él...

—Madre, nada te pasara. — Sonreí confiada. — y jamás buscaría a ese... señor que tanto daño te hizo, yo te amo y juntas podremos contra todo.

—No Amelia, no entiendes.

—Explícame, ¿qué pasa? — Acaricio mi mejilla.

—No quiero que te espantes. — Mal comienzo, negué segura de mi misma. — Tengo un pequeño tumor en el cerebro. — Un dolor atravesó mi pecho y sentí un horrible temor de quedar sin mi madre, no mi madre, rogué. — La única forma de que puedan quitarlo es con una operación pero. — Suspiro. — no garantizan que pueda salir viva. — La abrace con fuerza y trate de no llorar cosa que fue imposible. — No llores, hija.

—Mami, todo estará bien, los doctores son unos idiotas y saldrás bien de esa operación, ¿sí? —Bese su cabello con los hermosos hilos plateados que adornaban su rostro y sonreí. — Todo estará bien. — repetí tratando de que yo me creyera mis propias palabras.

Un Amor Imposible©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora