CAPÍTULO 29

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Anteriormente

—Dime Amelia, ¿qué explicación hay para que ninguna carta respondieras, para que tengas un hijo y te hayas largado de la casa? — Lo mire unos segundos, su mirada era exactamente la misma de cuando nos despedimos la última vez, la vez que le prometí esperarlo por siempre— ¡Rayos! ¡Contéstame Amelia! — Grito enfadado... ¿qué estaba pasando? Ni siquiera yo lo entendía...

— ¿Qué quieres que te conteste? —Pregunte con mi voz ahogada

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— ¿Qué quieres que te conteste? —Pregunte con mi voz ahogada. — ¡Dime que Alexander!

— Que me digas la verdad... TODA la verdad.

—No sé qué verdad quieres de la que hable. — Trate de zafarme pero parecía imposible, su fuerza era mayor que la mía indiscutiblemente. — Prometiste jamás lastimarme y ahora lo estás haciendo. — Bajo la mirada y me soltó quedando enfrente mío.

—Solo quiero que me digas TU, lo que en realidad paso, no quería creerle a mi familia cuando me dijeron, no quise volverme uno de ellos pero tú me estas orillando a hacerlo.

—Te compadezco, pero eres en realidad lo que quieres ser, parecerte a tu familia es genético, de buena o mala suerte así es.

—Ven. — Tomo mi brazo esta vez con delicadeza y llegamos de nuevo al edificio. Sabía lo que esperaba, específicamente mi oficina nadie nos molestaría para hablar. Suspire, hice que me soltara y caminamos a la par saludando a empleados de allí, teníamos que hablar. Subimos a mi oficina y abrí la puerta, detrás de mi escuche cerrarse con candado.

— ¿Qué quieres decirme ahora?

—Yo dije lo que sabía de ti, ahora dime lo que ha pasado. — Negué. — ¿No me lo dirás?

—Es tan tonto tener que recordar algo que eh tratado de olvidar por tanto tiempo que...

—Solo habla Amelia. — me senté en la silla giratoria y él frente a mí, con sus ojos expresaba curiosidad, deseo de saber si lo que su familia le había dicho había sido verdad o no.

—Yo si cumplí mis promesas. — Empecé. — Cuando te fuiste no hubo un solo día que no pensara en ti, no hubo un día que no te escribiera, hasta que me di cuenta que tenías una relación en Londres y que no querías saber nada sobre mi...

—Pe-pero...

—Eso me dijo tu madre y Nicholas, el jamás me mentiría, me ayudó mucho cuando lo necesite.

—Él me dijo que tú y el... — Apreté mis parpados, eso ya era parte de la parte horrible y triste de mi vida, y ¿ahora quería que lo recordara así como así? Sabía que Nick me había amado por toda su adolescencia y que no pensaba en las consecuencias que pudimos haber tenido.

—Hicimos un trato, Alexander. —Suspire. —- Nicholas y yo hicimos un trato. Solamente quiero que no tomes las cosas mal, lo hice por desesperación al no saber nada de ti y...

Un Amor Imposible©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora