Capítulo 8

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Para muchas personas es fácil decir "te amo", dos palabras, cinco letras, pero, no todos lo dicen con el corazón. En ese momento sentí como Joan lo había sacado desde lo más profundo de su corazón y lo mejor de todo es que yo sentía lo mismo por él, nuestro amor crecía cada vez más y se fortalecía.

-Déjame decirte que es la primera vez que siento esto por una chica -acariciaba mi mano con sus dedos

-Y yo, creo que es la primera vez que realmente lo siento. -besé su mejilla

Por primera vez puedo sentir lo que estar perdidamente enamorada, y debo decir que es lo más maravilloso que puedes sentir. Antes creí saber lo que era el amor, pero solo había conocido una pequeña parte de lo que era, ahora conozco todo un panorama. Es algo único en verdad, despertar y tu primer pensamiento es esa persona especial y luego ver un mensaje de "Buenos días", parecen detalles insignificantes, pero realmente son los que marcan la diferencia y Joan, había marcado mi vida.

Al día siguiente fui a la escuela muy temprano, llegué dejé mi mochila en mi asiento y me senté por un lado de mi amiga Eli, quien estaba por comer cuando llegué.
-Holis, provecho -le saludé

-Hola amiguita, que sonriente vienes hoy -se rió- A ver cuéntame -dijo con una mirada juguetona

- ¿Qué quieres que te cuente? -me sonrojé y sonreí, no podía contenerme tanta alegría- No pasa nada

-No te hagas jaja ¿Qué pasó?

-Una palabra... Joan -sonreí

- Ya decía yo, tanta alegría no era nomas porque sí -le daba una mordida a su sándwich

- Todo es tan bonito, él es... el indicado. Anoche me dijo que me ama -me sonrojé

- Vaya, ya agarró el rollo, me alegro mucho por ti Keila, te lo mereces

- Pues sí, gracias a Dios, ¿Y tú qué? ¿Qué pasó con el muchacho que me habías contado?

- Resultó ser un completo tonto. Tanto que se quejaba y... regresó con su ex.

- ¿Cómo? Se supone que si terminó es porque ya no quería nada con ella 

-Si, según él estaba harto. Y decía que ella era una inmadura y que según, yo era especial y "bla, bla, bla" -dijo comiéndose el último bocado de su sándwich.

-Si lo eres, pero él no supo verlo y valorarte. Allá él, si decidió estar con ella, pero tú no vas a estar si el vuelve a terminar

- ¡Ah! Claro que no, yo soy su tonta

-Así es, no eres plato de segunda mesa. Ánimo vendrá alguien mejor, tu confía.
-Pues sí, ya mejor cambiemos de tema, no quiero hablar de eso.

Los días pasaban y mi <<relación>> con Joan se había fortalecido mucho, nosotros tomamos la decisión de esperar los tiempos de Dios y darnos un tiempo para conocernos lo suficiente como para estar seguros de formalizar algo, ya que para nosotros un noviazgo era el comienzo de un compromiso. Así evitamos hacer todo muy rápido sin saber si íbamos a <<funcionar>> como pareja y un posible rompimiento, lo que conlleva a corazones rotos.

En ese tiempo, salíamos, convivimos ambos con la familia del otro, nos conocíamos, es bonito y está bien.

Al año de asistir al templo me bauticé, y servía en un Ministerio. Era algo hermoso poder estar en la presencia de Dios, y más aún poder servir a Él. Ambos íbamos por el mismo camino y juntos salíamos adelante.

Como muchos teníamos desacuerdos, pero la diferencia era que nosotros lo arreglábamos en ese instante, somos de la idea de "¿Para qué perder el tiempo pasándola mal, si podemos aprovechar el tiempo y disfrutar cada momento?".

Mi vida con ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora