Capitulo 1

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Mi vida hasta ahora había sido como la de cualquier otra chica, fiestas y en ocasiones alcohol, novios, como cualquier chica a sus 20 años, me encontraba estudiando la universidad, iba en segundo año y tuve un novio el cual estudiaba en mi grupo, se llamaba Alexander.

Todo marchaba... bien. Buen chico. Pero al cabo de algunos meses los sentimientos cambiaron y decidimos darnos un tiempo, o como yo lo pensaba... un respiro. Era algo difícil, todos los días sentarnos juntos, vernos diario y no tener mucho de que platicar después, ya que nos veíamos todo el día y hacíamos lo mismo. En ese tiempo que no dimos, llegó el día en que <<<cumpliríamos>> 1 año de ¿novios? Nunca he sabido si aún se dice novios cuando se da un tiempo para pensar ciertas cosas, y recuerdo haber tenido un trabajo de la escuela en equipo y nos encontrábamos en el salón preparando todo. Fue aquel día en que llegó con flores al salón, solo se encontraban algunos amigos, así que nadie lo notó.

Mi primera reacción fue "Que bonito", y luego dije "La primera vez que me regala flores," después de meses y cuando nos habíamos dado un tiempo, creí yo que no incluían estas cosas, yo sentía como si el tiempo se hubiera parado y nuestra relación estaba en <<pausa>>.

Pasaron los días y llegó el día en que me dijo: "Tenemos que hablar". Yo acepté y nos sentamos a platicar.

- Keila, han pasado ya varios días y aún no me dices que quieres hacer -dijo mirándome fijamente a los ojos.

- Lo sé, Alex -dije con seriedad

- Entonces, ¿Qué pasará con nosotros?

- La verdad es, que me he sentido muy bien estos días, así como he estado.

- Entonces ¿Se acabó?

- Pues... quizá sea lo mejor para ambos -dije bajando la mirada

- Ok. -se levantó y se marchó.

En ese momento sentí que todo se derrumbaba y no entendía que pasaba si yo había sido la causante de todo esto, lloré hasta que me cansé. Necesitaba hablar con alguien y desahogarme, solía platicar en ocasiones con un amigo, Joan. Él me contaba sus problemas, yo los míos y esas eran nuestras pláticas. Ese día pasamos horas en videollamada platicando.

Joan, estudia la preparatoria, cursa el 2do año. Es un chico serio, amigable, tierno, y él es cristiano. A pesar de lo serio que es, no me costaba mucho sacarle una sonrisa, y recuerdo que siempre se tapaba la boca al reír, decía que sentía raro. Pasaban las horas y cuando menos pensaba ya era tarde y yo al día siguiente tenía que ir a la escuela. Solíamos hablar muy seguido, cada vez más.

Con el reciente rompimiento, era algo incómodo estar en el salón, gracias a Dios mi amiga Elizabeth me salvó de sentarme sola y era ella quien me aguantaba todos los días de que invadía su espacio de la mesa jaja. Era algo incómodo que Alex llegara con ella quien estaba por un lado de mí y la saludara y yo viendo al techo para tratar de pasar ese momento.

Así pasaron los días y me fui acostumbrando, también hablaba más con Joan. Se había convertido en alguien muy cercano a mí, podría decir incluso que se había convertido en mi mejor amigo, todos los días hablábamos y me hacía olvidar las cosas que estaban pasando, solo esperaba que llegara la noche para poder llamarle y empezar a platicar.

- Y que, ¿Cómo te fue con ella? -le pregunté mientras cenaba un plato de cereal

- Pues, no como esperaba, cada vez es más incómodo verla en la escuela y que no me habla, me pasa por un lado y como si no me conociera. -dijo mientras bajaba la mirada

- Yo te dije Joan, ella no me da buena espina, ya no le estés rogando, no lo merece.
- Pero yo la quiero mucho -su rostro se veía triste, decepcionado

- Mejor hablemos de otra cosa... Ya sé, juguemos a las preguntas. -dije animándolo
- ¿Cómo?

- Si, me puedes preguntar lo que sea, y yo después te pregunto a ti. Anda anímate.

- Bueno, está bien. ¿Tocas algún instrumento?

-Si, toco el clarinete -dije alegremente - ¿Y tu?

- Yo, sé tocar el bajo y también la batería. -dijo con una sonrisa

- ¿En serio? Que genial. Mira, así me gusta ver que sonrías

- Ay no -dijo tapándose la boca

- Si, anda regálame otra linda sonrisa, me gusta mucho verte así -dije con una mirada coqueta

-Tu eres la única que me hace sonreír así.

- ¿En serio?

- Si -dijo bajando la mirada- Desde que las cosas empeoraron con ella pues, era la que me hacía reír.

- Bueno, yo me encargaré de sacarte una sonrisa al menos al día, creo que ya dormiré. Ya es muy tarde Joan. Mañana hablamos -dije con una suave sonrisa

- Está bien, mañana te espero

- Te quiero Joan.

- Yo... también -su rostro se había tornado rojo, el es muy blanco y sus mejillas estaban totalmente rosadas.

~ Videollamada finalizada. ~

Al estar acostada tratando de conciliar el sueño, me costaba dormirme temprano, tenía examen al día siguiente; ya habían pasado algunos meses de haber terminado con mi ex, y cada vez era más fácil pasar por un lado de él y no tener sentimientos encontrados, ya podía mirarlo como otro compañero más. Y esa noche me costó más dormir, traía demasiadas cosas en mi mente, que no me permitían conciliar el sueño, solo esperaba que ya fuera la noche del día siguiente y poder hablar de nuevo con Joan.

Mi vida con ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora