Capitulo 3

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Me sentí aliviada por un momento al ver que no estaba conectado, entonces apagué mi laptop y me recosté en mi cama, tomé mi celular para poner mi alarma, ya que al día siguiente tenía escuela y tenía un mensaje de él.

Joan.
Me acaban de cortar el internet, así que mañana hablamos. Me la pasé muy bien, por cierto, te veías hermosa *-* Que pases buenas noches Keila :*

¿Leí bien? ¿Hermosa? Y esas <<caritas>>, podría ver a través del reflejo de la pantalla mi sonrisota en mi rostro al leer ese mensaje, no tenía idea que responder así que me limité a un:

-Yo también, buenas noches Joan :)

Miraba el techo y recordaba su linda sonrisa y esa mirada de miel que era más dulce que la misma, podría perderme en su mirada cada vez que platicábamos, me sentía una boba, porque me perdía de lo que estaba diciendo y solo me concentraba en su mirada. Creo que tanta emoción causada por su persona solo tiene una explicación... Me gusta Joan -dije en voz alta – Eso, es un alivio sacarlo de mi mente, pero... ¿Le gustaré? Quizá ese cumplido sea normal y no que esté interesado en mí, o ¿tal vez sí? No, no Keila no hagas suposiciones, si no eres correspondida resultaría muy incómodo y sobre todo no quieres perder su amistad, es la persona que más te hace reír y la que siempre está ahí. Creo que mejor tomaré las cosas con más calma, es muy pronto aún para querer que alguien entre en mi vida.

Al día siguiente desperté con el timbre de un mensaje. No lo esperaba, era de Joan, fue corto, concreto y lindo.
- Buenos días, espero tengas un excelente día :*

Hace mucho que alguien no me daba los "buenos días", y era inesperado, pero me gusto bastante, nada mejor que eso para que empiece a ser un gran día. El día se fue rápido y como era de costumbre, llegué a mi casa, cené y encendí mi laptop... Como tanto ansiaba, estaba en línea y enseguida le hablé.

-Holiis, ¿Cómo te fue hoy en la escuela?

-Hola, muy bien gracias a Dios ¿y a ti? -dijo dibujando una sonrisa en su rostro

-Muy bien, siento que se me fue volando el día, a pesar de que tuve todas mis clases. -reí- estuve pensando y, ¿Qué te parece jugar a las preguntas otra vez? Digo, para conocernos un poco mejor

-ya tenía mi plan claro, tenía más que listas mis preguntas, aquí aclararía todas mis dudas de una vez.

-Muy bien, pero tu empieza que aún no se me ocurre nada ahorita jaja -dijo pensativo

- Perfecto, Que prefieres ¿Perro o gato?

- Gato, absolutamente -rió-

- ¿Cuál es tu color favorito?

- Pues... me gustan varios, pero se podría decir que mi favorito, es el verde.

- ¿Helado de vainilla o chocolate?

- Chocolate definitivamente, y si es un blizzard pues... de oreo es lo mejor

- Uff me encantan, ¿Cuántos años tienes?

- 17 años

-¿Cuál es tu instrumento musical favorito?

- La batería sin duda.

- ¿Qué recuerdo tienes de mí?

- Que me dejaste en visto un año -rió mientras me hacía bullying

-¡Ya te dije que no fue mi intención! -bajé la mirada

- Estoy jugando, anda continúa... 

-¿Qué es lo que te gusta de mí?

- Bien, me gustan tus ojos, tu cabello y tus labios

- ¿Por qué mis labios?

- Pues...creo que porque están gruesos y bonitos. Pero a mí me toca ¿qué no?

- Ah sí, perdón jaja.

- ¿A ti que te gusta de mí? ;)

- Pues, me gustan tus ojos, tus labios, tu cabello... Oh, creo que lo mismo jaja.

- ¡Me copiaste! Jaja ¡yo tengo otra!

- ¡Pero me toca a mí Joan!

-Ah... Es verdad, perdón. Pregunta entonces.

- ¿Te gusto? -dije nerviosa

- ¿Yo te gusto?

- Hey yo pregunté primero -me sonrojé

- Pues... ¿Tu qué crees?

- ¡Joan! No me respondas con otra pregunta, así no se vale.

- Jaja, bueno -sonrió- Creo que... si me gustas Keila. -me quedé helada, no esperaba esa respuesta- Y yo, ¿te gusto?

- Me siento algo confundida, estos días, te he conocido más y que nos hemos visto más...

- Keila, ¿Sí o no? Solo una palabra. -era el momento y no había vuelta atrás.

- Si

De repente ambos nos quedamos callados viéndonos el uno al otro y solo sonreíamos y se convirtió en un momento mágico para los dos, en el que queríamos estar realmente uno frente al otro y no a través de una pantalla como estaba sucediendo. Ninguno podía hablar solo nos reíamos como locos. Quería que ese momento durara para siempre, poder contemplar su dulce mirada, y perderme en ella, sentir esa emoción que tuve al escuchar "si me gustas" sin duda, no se compara con nada. ¿Y a quien no le va a gustar ser correspondido? Y fue el quien rompió el silencio.

- Eres hermosa Keila, como no lo había notado antes. -sonrió

- Ay -me sonrojé – que lindo, gracias

- Me gustaría tanto poderte besar en este preciso momento, pero sería muy extraño besar una pantalla 

- No te animas a besarme, eres demasiado serio en persona que un beso para ti sería demasiado

- A que si me animo -dijo retando

- Eso quiero verlo -reí.

Los días pasaron, y Joan era muy lindo, no entiendo como aquella chica pudo rechazarlo de la manera en que lo hizo, él es... maravilloso.
Por fin llegó el domingo y como habíamos quedado, retomamos las lecciones de manejo, fue divertido. Había mejorado, pero tenía todo un pleito con los baches que al intentar sacarles la vuelta siempre caía en ellos. Nos orillamos afuera de la casa de Joan.
- Necesito entrar al baño, ¿Puedo? -dije preocupada

- Pues... creo que mi mamá no está, entra rápido y aquí te espero afuera.

Para mi gran suerte, al salir estacionarse un carro afuera, supuse que era su mamá. Me puse nerviosísima, no sabía que decir y si quiera si supiera de mi. Se acerca rápidamente y preocupado.
-Mamá, ella es mi amiga Keila, de la que te había hablado -le dijo a su mamá mientras ambos se acercaban a mi

- Mucho gusto, me llamo Alicia. -estrechamos nuestras manos- ¿Y que andan haciendo?

-Seguíamos con las lecciones de manejo como te dije, pero ella necesitaba entrar al baño y por eso venía de adentro.

-Bueno -no parecía muy convencida

- Mamá, tenemos que irnos antes de que oscurezca, al rato vuelvo -le indicó Joan.

No sabía que pensar acerca de su mamá, la primera impresión y no fue la que yo esperaba, llegamos a casa y había llegado el momento en que Joan se iría, se despidió y recordé, y lo detuve cuando había caminado algunos pasos.
-Joan,

- ¿Qué pasó? -dijo volteando conmigo

-Me debes algo

-¿Que te debo?

-¿Que ya no te acuerdas?

-Pues... -supo de lo que hablaba- pero aquí, no.

- Sabía que no te animarías -reí- anda ven

- Pero... -se quedó helado y parecía nervioso- me acerqué a él, lo miré fijamente a los ojos y el a mí.

Mi vida con ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora