Ser seres éticos.

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Cada hombre es quien, dentro de la situación en que, en cada situación de si vida, ha de proyectar y decidir lo que va a hacer. Entre las diversas posibilidades, que sea capaz  para salir de esa situación, es él quién ha de decidir si hacerlo o no. Entro los diversos proyectos de vida, es él quien también ha de preferir. 

Las normas y los modelos de comportamiento y de existencia, conforme a las cuales decidimos hacer nuestra vida, han de ser libremente aceptadas por cada uno de nosotros para que el acto y la vida sean morales. Sólo cuando, de este modo, las hacemos nuestras e incluso nos las incorporamos por la vía del hábito, puede decidirse, en rigor, que nos hace respondables de ellas.

El hombre desea el bien moral e inclusive lo cultiva. Esta potencia le permite conformarse a un modo de ser. Desarrollar una ética. Naturalmente que las cosas no son tan simples porque los términos bueno y malo no son cada uno unívocos. Por estar inmersas en la cultura humana son suceptibles de apreciaciones, de puntos de vista. Ello nos lleva siempre a tener que escoger libremente. Y a correr el riesgo de equivocarnos. Igualmente, inventamos maneras de vivir que configuran una ética. Somos éticos, entonces, porque somos seres humanos.

Pero somos éticos porque tenemos conciencia, reflexionamos, hacemos uso de nuestra razón, mejor dicho, optamos por esta manera de ser, pues al final la responsabilidad obliga.

Somos éticos por amor propio. Porque lo que está en juego es nuestro bienestar ilustrado por la experiencia humana que se expresa en la máxima: "no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti".

Somos éticos, finalmente, porque en ello va la suerte de la especie. Esto quiere decir que si no emprendemos el camino de una vida autorregulada, corremos el peligro de la desaparición. Nadie distinto a nosotros mismos puede asegurar el futuro. Esta es una tarea indelegable e irrenunciable.

La ética no es un regulador de la convivencia humana que se consigna en un papel. Tampoco es un código de comportamiento. En ningún caso es una declaración de principios.

Es una guía para la acción diaria. Es un referente contra el cual se contrasta la conducta individual. Es el inexorable camino que cada persona debe emprender para alcanzar una estatura verdaderamente humana.

Reflexiones de una adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora