"¿Que ya no significo nada para ti? ¿Ya te has olvidado de lo que un día vivimos? "
Son algunas de las muchas preguntas que no hacemos cuando una persona nos ha echo algo imperdonable, te quieres "vengar", pero aún así lo quieres más que a tu vida a pesar del dolor que te ha causado. El enamoramiento genera inferioridad. El amado ejerce un dominio, un poder sobre el que ama. Es ese poder el que lo capacita para causar daño. Suele suceder que algunos actos del que domina hieren al dominado. Los reclamos y ruegos son desoídos por el poderoso. Y es allí donde el herido siente deseos de vengarse. Pero las mismas circunstancias que lo empujan a la venganza son las que le impiden concretarla. Para vengarse de alguien hay que ejercer un poder. Muchas veces el amante despechado aguarda largos años un cambio en la situación, una modificación en los sentimientos del otro, y en los propios, que le permita situarse en una posición ventajosa. Si esto ocurre, si el dominado pasa a ser dominador, la venganza es posible. Pero entonces ya no es deseada.
Es decir, uno desea vengarse cuando no puede y cuando puede no lo desea. Por lo tanto, la venganza amorosa es imposible. La venganza se vuelve contra nosotros.
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Reflexiones de una adolescente.
De TodoSon recopilaciones mías, donde digo lo que pienso y reflexiono sobre las cosas de la vida, las preguntas más frecuentes que la mayoria de los jovenes se preguntan.