Capítulo 15

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-Por favor, Vicky resiste, no me dejes- Una voz familiar se oía, no entendía muy bien lo que estaba ocurriendo, se escuchaba a lo lejos una máquina que emitía un sonido demasiado estresante, pero un fuerte recuerdo a la primera vez que estuve hospitalizada invadió mi mente.

-Pero que pasó muchacho, solo fueron a tomar algo- Era la voz de mi padre claramente.

- Si señor, y así fue.- Dijo Ignazio, esta vez supe diferenciar- Pero discúlpeme, no debería ser yo quien le diga esto, pero vimos a Jose junto a una chica, y fueron muy exhibicionistas, abrace a Vicky pero ya era tarde, se fue de mis brazos y se topó con la esquina de una mesa que teníamos atrás y no pude hacer nada, comenzó a sangrar- La voz se quebró por un momento y claro me preocupaba.

-Que pasó de allí en adelante- Preguntó mi padre angustiadamente

No podía moverme, no sé qué me pasaba, pero de un momento a otro, pude abrir los ojos, y vi a mi madre llorando, mi padre estaba rojo de la cólera, e Ignazio tenía un aspecto preocupado. La verdad es que no me sentía bien pero no quería asustarlos más.

-Supongo que estoy en el hospital y debieron darme puntos.- Dije de un momento a otro, vaya que débil me siento, por un momento la mirada de los tres se fijaron en mí y pude ver como la mirada de Ignazio paso de ser preocupante a tener una hermoso brillo, cosa que no había visto nunca en nadie.

-Hija mía- y mi madre comenzó a llorar de nuevo. Algo que también era poco común era ver a mi madre llorar.

-Hija, que bueno que estés bien- Dijo mi padre entre sollozos. Que mi padre llorara era aún más raro, mi corazón comenzó a estrujarse.

-Vicky, has estado inconsciente por más de 48 horas, creo que recuerdas que paso.- Dijo Ignazio de manera serena. La verdad es que todas las imágenes del accidente comenzaban a rondar por mi cabeza y suplicaba no tener pesadillas con él.

- Si, por favor, no dejen que se acerque a mí- Dije practicamente llorando

Resulta que debido a una falta de oxígeno por un par de segundos en mí cerebro ocurrió un desvanecimiento y como ya había dicho Ignazio, me lastime, pero lo que mi corazón no podía soportar era la traición.

Claro está, me dieron el alta al día después, Jose no tuvo ningún contacto conmigo en esos días, fueron un infierno para mí, mi madre decidió que lo mejor sería pedir el cambio de sección y al exponer el caso ante el Rector, me lo autorizaron. Pero me cambie de jornada, cambie de teléfono. No dije nunca el motivo por el cual me aleje, ni siquiera a mis amigas, es como si todo se hubiese esfumado, pero algo que tenía en claro era enfocarme de nuevo en mis estudios y mejorar todo, si bien ya me consideraban algo nerd iba a dar lo mejor de mi.

Prácticamente cree una nueva identidad, mi madre estaba molesta con Jose, no quería saber de él, y mi padre muchísimo menos. Sabía que había cometido un error al creer. Investigue un poco más a fondo el pasado su pasado, ya que en Facebook me contacto una tal Natalia Juárez, quien me enseño fotografías de ellos juntos, y me contó que él en realidad tenía un hijo de 10 años y que por esta tipa, la dejo. Fue muy triste enterarme de esta manera, pero la verdad duele.

Pasaron los meses e Ignazio se volvió una persona importante para mí, ya que me apoyaba, descubrí que tenía una familia gigante, y pues conocer a sus primos, tíos, e inclusive sobrinos fue divertido, mi vida iba recuperando poco a poco el sentido. Él siempre era un caballero y me trataba como una princesa, me sentía muy a gusto junto a él. Nunca les ha pasado que a pesar de conocer en poco tiempo a una persona esta se convierte en alguien muy importante para ustedes. Pues déjenme contarles que en mi caso, Ignazio aparte de volverse mi mejor amigo se convirtió en el hombre del cual me enamore.

Un día decidimos hacer una cena junto con los sobrinos pequeños de Ignazio, no sabía que me deparaba el destino ese día. Me pidió favor que comprará los ingredientes para una pizza, que en lo personal me encantaba.

Estacione mi carro, y entré a la tienda, compre todo lo que me había pedido Ignazio y al salir recibí una llamada telefónica de mi madre. Desde el accidente con Jose, mi madre había aceptado muy bien a Ignazio pues ahora hasta le lleva flores.

-Amor mío, mira luego de la cena con Ignazio necesitamos que vengas a casa, te tenemos una magnifica sorpresa.-Dijo mi madre con mucho entusiasmo. Otra cosa rara, mi madre estaba muy emocionada desde algunas semanas y a pesar de preguntarle el motivo ella esquivaba el tema.

-Si mamá, no tardare mucho.- Dije felizmente, me metí al carro y arranque.

Terminando de decir esa frase con una sonrisa de oreja a oreja, sentí como alguien chocaba mi carro por detrás. Joder lo que me faltaba, quien sería el idiota que no sabía conducir, trate de calmarme y no hacer un problema gigante.

Pase poco más de diez minutos dentro del carro, pero en vez de tranquilizarme me enojaba cada segundo más y para colmo de males, nuevamente sentí un pequeño golpe en la parte trasera de mi carro.

Salí furiosa a ver quién había sido el patán que me había chocado y era...

Jose

Mi doctor y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora