Capítulo 13.

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Por más esfuerzo que hizo en ocultar su sorpresa, Hye no pudo más que mirar atónita al chico que tenía enfrente. No se preocupó por fingir, porque en verdad hubiera sido una verdadera pérdida de tiempo. El chico estaba real mente consiente de lo precipitada de su confesión y no protesto al darse cuenta de lo impactada que estaba su interlocutora.

Jung Kook se aclaró la garganta y acomodo el cuello de su camisa como si esta, de repente lo sofocará, miro a su alrededor de nuevo para buscar algún tipo de excusa, pero al darse cuenta de que tal vez nada podría salvarlo y que ya era muy tarde para retirar lo dicho, miro a la chica quien se encontraba expectante por una respuesta. Después de algunos segundos de un incómodo silencio, se dio por vencido, soltó un lastimero suspiro, tomo su ordenador portátil y se limitó a volver a su asiento.

— ¿Por qué no dices nada? — Cubrió su barbilla con sus manos y lo que dijo apenas y fue audible.

Sin embargo, Hye, quien estaba suficiente mente cerca del chico como para escuchar su respiración, giró para mirarlo y aun en su trance respondió:

— Es que no sé qué dec... ¿Celoso de qué? —Dijo la chica aún desconcertada, sus ojos se encontraron con los de Jung Kook, pero se sorprendió cuando el chico la esquivo, como temiendo que Hye pudiera encontrar algo en ella.

Y real mente de haberse quedado un segundo más prendado de los ojos de la joven, sí que hubiera encontrado algo; algo que iba total mente en contra su naturaleza demoníaca, algo que iba incluso en contra de su naturaleza celestial. Él era un demonio y un ángel a la vez, había acudido a Satanás para así poder huir de su padre y creador, pero jamás, por más que lo intentara se pudo salvar de sus viejos hábitos, esos que no le permitían despreciar a los humanos en su totalidad. Pero durante muchos millares de siglos, por lo menos pudo fingir y causarles el mismo daño que les causaban sus hermanos. Sin embargo, esa mujer, esa maldita mujer, tenía en su interior algo que lo atraía loca y desesperadamente, algo que —Pese a que lo intento varias veces. — No le permitían odiarla ni muchos menos hacerle daño.
Incluso se atrevió a alegrarse cuando Jimin le dijo que tenía deseos de ella.

— ¿Es posible ser tan idiota? —Preguntó Jung Kook con sorna, mientras bufaba con la boca.

Y cuando estaba a punto de hablar y decirle a Hye lo que sentía, cayo de lleno al suelo, cuando vio posarse una figura real mente aterradora en el marco de la puerta.

— ¡Jung Kook! —El profesor Kim NamJoon entro sin preguntar al aula, aproximándose al muchacho con una sonrisa ladina dibujada en el rostro. Era tanto el impacto que causaban aquellos penetrantes ojos y esos labios gruesos, que ninguna chica presente se tomó la molestia de fingir pudor. A excepción de Hye, claro, a ella ese profesor le daba miedo y lo peor era que aún no se explicaba el por qué.

— ¿Nam? —Alcanzó a decir el chico con aparente nerviosismo.
— Necesito que vengas conmigo. —NamJoon no lo pensó dos veces y tomo al muchacho por el brazo para sacarlo del aula.

Sin protestar (por qué real mente Kook no era capaz de hacerlo) lo siguió fuera del aula y no se detuvieron ni siquiera cuando se cruzaron con el profesor del chico en la puerta.
NamJoon se inclinó leve mente y se excusó diciendo que lo devolvería en un momento, que por favor lo esperara y no hizo falta que se esforzara, porque real mente ese muchacho era demasiado encantador y no se le podía decir que no.
Caminaron lo suficiente como para adquirir un poco de privacidad, en donde nadie pudiera escucharlos.

— ¿Me puedes explicar que mierda estabas a punto de decir? —Pregunto el mayor con aparente molestia.

Jung Kook se aclaró la garganta y le dedico una sonrisa nerviosa a su hyung.
— ¿A qué te refieres hyung? —El chico apretó sus nudillos y giro la vista para evitar la de su acompañante.
— No me salgas con eso, sabes a lo que me refiero. —Cuando Nam se enojaba era real mente aterrador, porque además de tener una voz realmente autoritaria, el poder y la fuerza que lo presidían no eran una broma.
A Jung Kook se le erizo la piel y no pudo más que admitir lo que tenía pensado hacer.

Siete Demonios |BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora