Capítulo 3.

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La clase termino antes de los esperando y el primero en tomar sus cosas e irse fue Jung Kook.
El chico posó la vista en la joven, para enseguida, poner los ojos en blanco con indignación.
Hye no pudo sentirse más consternada ante tal acción, incluso no podía creer que estuviera enamorada de aquel muchacho tan altanero.
Sin embargo, no estaba dispuesta a perder ante el poco tacto que tenía el joven. Se levantó de su asiento, dispuesto a seguirlo.
— Jeon. —Le llamo, pero al verse ignorada aceleró el paso para situarse en frente de él. —Jeon.
Acción que irritó de inmediato a Kook.
Él joven se frenó en seco y miro a la chica con sorna.
— ¿Qué? —Pregunto fastidiado, tenía prisa y eso era obvio. Tal vez, al lugar al que iba con tanta diligencia, era al lado del profesor y de sus fieles amigos.
— ¿Por qué te comportas así conmigo? —Preguntó Hye afligida.
— No te sientas tan especial mocosa. Trato igual a todo el mundo. —Y al terminar de decir aquello, Jung Kook, miro por encima de Hye, y pronto esbozó una gran sonrisa.

Hye sabía que esa sonrisa no le pertenecía a ella, sino a quien sea que estuviera a sus espaldas, pero se sintió tan feliz de poder presenciar aquello que se quedó tirando babeando hasta que Jeon terminó. Sin embargo, en aquella sonrisa tan perfecta, que dejaba a la luz, los relucientes y perfectos dientes de Kook, no hizo más que elevar hasta lo más alto los sentimientos que tenía la chica.
Ni siquiera se percató del tiempo hasta que alguien le tocó leve mente el hombro izquierdo. Hye volvió su cabeza para comprobar quién la buscaba y lo que encontró fue tan brutalmente ensordecedor, que la mujer se desorientó por un momento. A su lado se encontraban dos jóvenes conocidos y desconocidos a la vez. Park Jimin y Min Yoongi, se hicieron presentes, quién sabe cuándo, causándole a la chica un paro cardiaco. La imagen de aquellos tres muchachos juntos era tan excitante, que las palabras se fueron tan abruptas de su cuerpo.
— ¿Me lo prestas? — Dijo Jimin con tono educado, dedicándole una amigable sonrisa a Hye.

El chico era tal y como lo describían los rumores, un rostro perfecto y unos labios rosas bien formados, que daban ganas de morderlos. Combinaban a la perfección con aquel cuerpo marcado y esos brazos contorneados. Llevaba una remera blanca que dejaba ver sus perfectos abdominales, unos jeans ajustados, rotos en las rodillas y pronto Hye quiso comprobar si su trasero era tal como rumoraban las chicas de su clase. Grande y perfecto. Calzaba unas botas Timberlat normales y llevaba puesto 7 anillos, distribuidos en cada mano. Park Jimin era un hombre aterrador, con el poder de hacerla flaquear y caer en lo más profundo del infierno. Algo en su interior se lo gritó.

— ¿Me escuchaste? —Pregunto el muchacho aun sonriendo. Jimin, tenía claro lo que estaba provocando en la muchacha y le gustaba.
— Amm... Sí, es decir yo ya me iba. —Hye comenzó a tartamudear y no se explicaba porque, giro su mirada para evitar la de Jimin, pero lo único que obtuvo fueron los ojos asesinos del tercer asistente. Min Yoongi, quien no le quitaba los ojos de encima y de pronto, su escape fue imposible, pues acorralada entre aquel trío, se perdió en la proximidad del infinito sin deseos de salir.

— ¿Qué miras? —Dijo el muchacho, inclinado un poco la cabeza y levantando una ceja interrogante. Hye admiró su cabello rubio y pensó en lo bien que se veía el muchacho.
— Yo, lo siento. — Musitó, sin entender toda esa hostilidad.
— Vete de aquí. Déjanos solos. —Exclamó Yoongi con voz fría, más bien helada que petrificó por completo a la chica.
— Hyung. No seas así, esta chica es adorable, imagina todo lo que podemos hacer con ella. — Espetó Jimin, mordiéndose los labios con deseo. Hye se ruborizó al instante, había captado a la perfección la referencia del muchacho.
— No empieces con tus idioteces, a mí no se me antoja hacer nada con esta mujer. — Replicó Yoongi, de inmediato, rodando los ojos con indignación.

Completamente ofendida, Hye frunció el ceño, sin poder responder. No entendía la razón, pero algo en Min Yoongi imponía demasiado y la hacía temer.
— Hyung. Ya basta, es hora de irnos. Dejémosla aquí y vayamos con Nam, los demás ya deben de estar allá. —Exclamó Kook, restándole importancia a la presencia de la chica.
Se posó al lado de Yoongi y lo jaló del hombro para que continuarán su camino. Yoongi le hizo una seña con la cabeza a Jimin para indicarle que lo siguiera. Park por su parte, se despidió de Hye con la mano y le sonrió por última vez, antes de seguir a sus amigos.

(****)

Al llegar al punto de reunión lo único que obtuvieron fue una reprimenda por parte del profesor.
— Creí que conocían la hora a la perfección — Espetó NamJoon, mirando receloso a los recién llegados.
Los tres chicos, intercambiaron miradas y tragaron saliva.
— Perdón viejo, una estúpida mujer nos quitó tiempo. —Trato de excusarse Yoongi.
— ¿Una mujer? —Pregunto el profesor.
— Es compañera mía, Nam. Trabajaremos juntos para un idiota proyecto. — Interrumpió Jung Kook indignado.
— Pero la chica parece tener sentimientos lascivos hacia Kook. —Aseguró Jimin, haciendo gala del demonio que representaba.
— ¿Con mi querido Luci? Que osadía la suya. Pero al parecer todos en esta maldita escuela quieren coger con ustedes. — NamJoon suspiró exasperado.
— También contigo, Nam. Esta misma mañana te tiraste a una alumna de mi grupo. —Hablo Seok Jin, divertido.
— Si, en fin, nada se puede hacer. —Nam Joon se encogió de hombros y volvió la vista en Tae —¿Sabes quién es la chica?
— Es preciso saber su nombre. —Agregó el referido, mientras jugaba con su iPad.
— Lee Soo Hye. —Dijo Jung Kook.
— Ya escuchaste. Investígala. —Ordenó el profesor dirigiéndose al muchacho, quien lanzó una sonrisa ladina y se puso a trabajar.
— ¿Por qué? No es necesario darle importancia alguna. — Dijo Kook.
— Lo es, hace poco tuve una visión. Llegará hasta nosotros el enviado de Dios, e irá directo al Ángel caído. Y ese eres tú Kookie. —Agregó Nam Joon.
El maknae se mordió el labio preocupado. Aunque pasaran los siglos, su padre original no había desistido en darle una lección. Ya no solamente le preocupaba el hecho, si no que le irritaba la insistencia de aquel que lo había creado.
— Nam Joon. —Hablo de repente Tae, quien recién había terminado con su tarea.
— ¿Encontraste algo?
— Sí y no. —Respondió preocupado el muchacho.
— Explícate, no tengo tiempo para andar resolviendo enigmas. —Dijo con sorna el profesor.
— No encuentro rastros divinos en la chica. Todos son humanos. Sin embargo, hay algo que no me deja entrar en su alma. No sé qué es.
— ¿Cómo es posible?
— No lo sé Nam, pero hay algo que repele mi energía.
— Interesante. —El profesor pasó su pulgar por sus labios y esbozó una maliciosa sonrisa. —Todo esto me hace desear divertirme.
Los seis chicos presentes intercambiaron miradas.

— Jung Kook. Aprovecharemos el tiempo que pasaras con ella. — Sentenció por fin el profesor. —Invítala a casa y jugaremos un poco.


Vergaaaa Hyuna e E'dawn andan!!!! omg ! I'm so happy.

Siete Demonios |BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora