Capítulo 28.

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Podría pasarme la eternidad comiendo y bebiendo solamente de ti o de mí; de tu corazón y tu sangre, de mis lágrimas y mi tristeza.

Aunque sufra, aunque termine con mi vida, por qué querida no eres más que veneno carcomiendo cada parte de mi esencia y me encanta.

Al encontrarse cara a cara con uno de los Arcángeles que los habían enviado a buscar, supo que su trabajo estaba casi hecho. Sonrió con suficiencia y se mordió el labio, estaba extasiado y su sed de sangre era basta.

— Pero miren a quien tenemos aquí. — Dijo Yoongi al tiempo que se zafaba del agarre de su enemigo. — Cuanto tiempo sin verte, Rafael.

— Belfegor... — El chico cuyos ojos rasgados y hermosas cejas pobladas demasiado seductores, le sonreía con una increíble simpatía, como si el muchacho que tenía enfrente no fuera su contrario. Rafael era un arcángel que se caracterizaba por ser cordial y trabajador y era por eso mismo que se llevaba tan mal con Yoongi. — Estás más pálido.

Jimin giro posó su vista en el Arcángel recién aparecido, y de inmediato supo que no estaba solo. Sonrió al darse cuenta de que sus suposiciones eran correctas y en cuanto vio al rey de la castidad en frente de sus ojos, frunció el ceño a modo de completo desapruebo.

— Miguel... — Jimin lo miró con asco, como si aquel joven rubio con ojos igualmente rasgados y labios semi rojizos, fuera la peor cosa que pudiera existir.

— ¡Pero si es mi sátiro favorito! — El muchacho rio ante aquella afirmación y se acercó hacia Jimin con paso firme. — ¿Cuánto tiempo tenemos sin vernos?

— No lo sé, tal vez un par de siglos o más. — Jimin le sonrió, amistoso, pero en su interior no podía evitar querer matarlo.

Por su parte, Jungkook palideció de inmediato al ver a aquel muchacho que lo miraba desde el otro extremo de la plaza. Tragó saliva y supo que era momento de ponerse en guardia, siempre que se encontraba a Jofiel, quien no era precisamente su contrario, sino su reemplazo, era momento de pelear, pues no sabía porque razón su ex padre lo había creado a él, pues los 7 arcángeles ya estaban listos y al haber hecho Jofiel no demostró más que sus ganas por deshacerse de él. Lo cual lo había herido en sobre manera, pues todos argumentaban que Jofiel tenía lo que le faltaba y que era mucho mejor arcángel, ya que él poseía lo que Jungkook no, y eso era humildad.

— Hermano. — Jofiel se acercó a Kook en cuanto se dio cuenta que este lo miraba. Le dedico una sonrisa ladina y lo abrazo con verdadero cariño. — Nos haces falta Luciel.

Jungkook se alejó precipitadamente de él, como si su piel quemara, no podía perdonar que aquel muchacho le haya quitado su puesto, incluso estaba dispuesto a matarlo, cosa que (gracias al pedido de Namjoon) le era posible en ese momento.

— ¡Aléjate de mí Jofiel! — Jungkook trago saliva por segunda vez y se abrazó a sí mismo.

La multitud reunida miraba al trío de muchachos recién llegados, inmaculadamente vestidos con smoking azul marino como si de trillizos se tratara. Los jóvenes, a su vez, miraron a su alrededor para después volver su vista hacia sus enemigos.

— Luciel ¿Por qué estás haciendo tremendo escándalo? — Rafael, quien había dejado en el olvido a Yoongi, miró molesto al que una vez fue su hermano y lo señalo con el dedo. — Sabes que los que estás tratando de transmitir no es bueno ¿Verdad?

— Él es el fanático de quien hablabas. — Yoongi miró a Jungkook sin alejarse de Rafael. — Porque no me sorprendería, siempre ha sido verdaderamente desagradable.

Siete Demonios |BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora