Capitulo 6

85 10 4
                                    

Cuando llegue al cuartel general acompañado de Matias, ya se podían ver unas cuantas luces encendidas, deberían de ser los de la sección de la noche, que en pocas horas terminarían su jornada, entramos y fuimos hasta el despacho de Samuel, cuando entre Samuel estaba sentado en la silla de su escritorio con una taza de café en una mano y un sin número de papeles en la otra, le entrego unos documentes a su secretaria, una chica que aparentaba tener 25 años, unos ojos cafés claro, una larga cabellera negra, con muy buen cuerpo, debo admitir, después de tomar los papeles que le entrego Samuel, salió de la oficina donde nos quedamos en un silencio incomodo por unos segundos.

- Buenos días, Matias, Carl espero hayas dormido bien, te espera un largo viaje- dijo animosamente Samuel interrumpiendo el silencio.

- Bueno pues digamos que he dormido mejor- dijo yo encogiéndome de hombros.

- Los de la elite no tardaran en llegar, esos mocosos tienen la mala costumbre de llegar tarde cuando se los cita- volvió a hablar Samuel.

Me acerque al escritorio un poco, y pude ver un documento escrito con tinta roja, "traición", logre a divisar, no preste mucha atención y desvié mi mirada al techo, recorrí todo el despacho con la mirada.

Ya habían pasado 5 minutos y no llegaban, debían de ser ya las 4:10 am, lo único que no estaba tan mal hoy era el traje, que para estar tan ajustado al cuerpo es bastante cómodo.

Unos segundos después, la puerta se abrió casi de golpe.

- Bueeeeeeenoooss días- dijo una voz un tanto infantil, me gire y al que vi en la puerta era Steven, el force de elite, seguido de Giovanni y Gabriel, quienes venían conversando de algún tema desconocido.

­- Hasta que por fin osan llegar- más que hablar, Samuel casi gritaba.

- Tuvimos unos improvistos de camino- dijo Giovanni en un tono carismático.

- Bueno no perdamos tiempo- dijo Samuel mientras giraba la mirada hacia mí- él es Carl, al que tienen que acompañar hasta la muralla norte.

Los tres me quedaron mirando.

- hey, que pasa- dijo Steven mientras me extendía la mano- así que tú eres el tipo fuerte, Sandro vas a tener competencia, y yo también- termino de decir y soltó una risa.

- No seas pendejo- dijo Gabriel mientras le pegaba un codazo a Steven en las costillas- soy Gabriel, espero que nos llevemos bien- dijo y estrechamos manos.

- Por mí no hay problema- dijo Giovanni mientras me tendía la mano- es bueno tener un colega, soy Giovanni, pero dime Sandro.

- hola criaturas extrañas- dije yo bromeando.

- Aquí el fenómeno eres tu- dijo Steven mientras me miraba.

Nos miramos fijamente, con una seriedad que incluso a mi me sorprendía, hasta que aflojamos una carcajada todos, es como si ya supiera lo que iban a hacer, Matias tenía razón, me llevaría bien con ellos.

- Déjense de habladurías, se nos hace tarde- interrumpió Matias, un poco molesto.

Salimos del despacho y nos dirigimos hacia la muralla, una vez arriba Samuel nos dio un par de instrucciones y recomendaciones, terminado este proceso Matias me llamo.

- No hagas estupideces, por favor llega a salvo.- dijo casi en un susurro.

- No te preocupes, soy el hijo de la dupla de oro, y fui entrenado por uno de los 5 almirantes que quedan, diría que estoy bien, pero gracias- le di un abrazo y me dirige hacia el grupo de elite.

Steven y Gabriel estaban haciendo calentamiento, mientras que Sandro estaba en la orilla viendo a la nada, ahora que no pienso, ¿Cómo iría Sandro?, yo pienso que Gabriel o Steven, tendrán que llevar Sandro.

- Y en los viajes, ¿Cuál de los dos es el más rápido?- les pregunte a los forces mientras comenzaba con el calentamiento.

- El alto que esta allá- dijo Gabriel mientras señalaba a Sandro.

- ¿es una broma verdad?- dije algo sorprendido, ¿no era Sandro un price?

- No, es toda la verda- dijo Steven con una sonrisa.

- Bueno es hora de irse- advirtió Samuel, ya debían de ser las 4:30

El primero en lanzarse de la muralla fue Steven, seguido de Gabriel, ¿como es que se lanzaron y dejaron a tras a su price?, Sandro estaba parado a la orilla de la muralla, viendo hacia abajo, respiro profundo y dijo.

- ¿te quedas?- y se lanzó sin decir más.

Eso era un suicidio, me lance hacia el flexionando las rodillas, esperando atraparlo antes de tocar el suelo, estando ya en caída, un clase de plataforma metálica paso a mi lado, parecía una alfombra, antes de que me diera cuenta, Sandro estaba sentado en esta, seguimos descendiendo a gran velocidad, cuando por fin aterrizamos, quede viendo con sorpresa a Sandro.

- Ahora entiendo lo que decían- dije viendo a Gabriel y Steven- tendrás que enseñarme eso, mejor dicho, tendrás que enseñarme a controlar mi poder- esta vez dirigiéndome a Sandro.

- no hay problema.

Y comenzamos a correr, yo diría que íbamos a unos 80 km por hora, Sandro prácticamente iba acostado en su "carruaje".

Llevábamos ya dos horas de viaje, y comenzaba a amanecer, Sandro seguía acostado, mientras que Gabriel y Steven estaban en una competición por quien era más rápido, seguíamos a la misma velocidad, aunque de vez en cuando uno de los dos se adelantaba y el otro también lo hacía, parecía que ya los dos iban en su máxima velocidad, no sé lo que me pasaba pero me sentía emocionado, a lo lejos apareció una cosa, era la más grande que había visto, unos garras de aproximadamente 45 cm, y un cuerpo igual a las demás pero más robusta.

- Quien la mate gana- dijo Steven a Gabriel, quien solo asintió.

De pronto sentí adrenalina correr en todo el cuerpo, estaba emocionado, tanto Steven como Gabriel, seguían corriendo a su máxima velocidad, yo no sabía lo que estaba haciendo, solo quería correr lo más que podía, y así fue, comencé a poner distancia entre los de la elite, en pocos segundos estaba ya en frente de la cosa, esta lanzo un gruñido brutal, pero no me importo en los más mínimo, la cosa intento darme un zarpazo con su garra derecha, pero yo veía todo casi en cámara lenta, me agache un poco para esquivar el ataque, con sutileza me deslice hacia la espalda de esta y la tome con las manos por el cuello y tire hacia atrás de su cuello, esta callo aparatosamente, acto seguido hundí mi puño en su pecho abriendo un poco las piernas para lograr conectar el golpe, alce la mirada y vi a Gabriel y Steven mirándome con recelo.

- Creo que gane- dije y comenzamos a reírnos, pero la risa nos duró muy poco.

- ¡AYUDA!- escuchamos decir a lo lejos.

El Resurgir De La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora