Mi hermano adoptivo

Capítulo 4

Otro problema de seguro mi querido hermano adoptivo, no se quedaría callado. Tire mis cosas encima de la cama, busque ropa cómoda y me metí a bañar. Cuando termine me senté en mi escritorio hacer mis deberes de la escuela. Cuando termine me acosté en mi cama a escuchar música. Ya quería que fuera de noche para salir con Liam, ya que hacen días no salíamos.

Mis padres llegaron temprano ya que tenían planes de que comiéramos todos juntos, mi mamá preparo la cena, yo ayude ya que me gustaba cocinar. Cuando la comida estuvo lista nos sentamos todos en la mesa a comer.
- ¿Puedo salir orita?
- ¿Con quién?- me interrogó mi padre
- Liam- le dije
- Supongo que sí- dijo mamá
- Puedes ir pero misma regla no más de las 12.
- Lose- Siempre eran las mismas reglas.

   1) No llegar tarde o llegar a la hora que me ordenaban.
   2) No salir entre semanas por las noches.- aunque aveces hacían excepciones.
   3) Nada de alcohol.
   4) Repotarme para que ellos       supieran que estaba bien.

Esas eran las reglas básicas de que ponían mis padres. Al menos para poder salir.

- Oye papa Azul te contó sobre su...- lo interrumpí, sabia lo que iba a decir.
- ¿Hermanito podemos hablar?- le pregunté con el tono más calmado posible
- Claro.- sonrió

Ambos nos paramos y fuimos a la sala
- No les digas nada, me castigaran, lo sabes, los conoces saben cómo son ellos.
- ¿No que no ibas a rogarme?- sonrió y tenia esa estúpida sonrisa de que sabía que iba rogarle, me dieron ganas de darle un puño para borrarle esa estúpida sonrisa de la cara, pero me contuve, no era el momento, me tenía en sus manos.
- ¿Qué quieres a cambio de que no digas nada? No quiero tener problemas con ellos.- Así que no tuve más remedio, no me perdonaría por eso jamás.
- No puedes darme nada que yo quiera.
- Debe de haber algo.- insistí, el siempre quería algo.
- No- se puso a pensar.- no, nada.
- No digas nada por favor.- le suplique y me sentía estúpida por que nunca le había dejado pasar una y ahora él se estaba aprovechando de la situación.
- Bien pero cuando necesite un favor lo cobrare y cuando yo quiera ¿Está claro?- me ponía enferma tener que seder ante su chantaje.
- Si Perfecto como quieras, después que no digas nada.

-No diré nada si tu cumples con tu parte.- sabía que no iba a decir nada, él podía ser el idiota mas grande del mundo pero sabía que siempre cumplía su palabra, lo conocía y nunca lo había visto romper un acuerdo con nadie.

Solo yo esperaba poder hacer o darle lo que quiera que fuera a pedirme, pero ya me preocuparía de eso en su momento.
- ¿Está todo bien entre ustedes?- preguntó mi mamá
- Claro ¿Por qué debería de pasar algo?- le pregunto Erick mientras me jalaba y me abrazaba. Odiaba que me abrasará para disimular que no pasaba nada entre nosotros, ni si quiera me gustaba tenerlo tan cerca.
- Terminemos de comer.- les dije dirigiéndome a ambos.

Mi mamá entro en la cocina, me safe del abrazo de Erick.

- No has cambiado nada.- le pase por el lado y regrese a la mesa. Siempre sacando ventaja de las cosas, no lo soporta.

Nos volvimos a sentar a comer y como en la cena de la llegada de Erick solo me limite a comer y mirar mi plato.
- ¿Hija cómo te fue hoy en la escuela?- mire a Erick pero el solo sonrió maliciosamente.
- Bien .- mi padre siempre me preguntaba cómo me había ido, todos lo días.
- Me alegra oír eso ¿Y tú hijo cuando comienzas el trabajo?
- Ya mañana firmo mi contrato.

-Por cierto ¿Que ibas a decirme antes de ir hablar con tu hermana?- tome un poco de jugo sin dejar de mirar a Erick. Suplicándole con los ojos que no dijera nada.

-No recuerdo que iba a decirte, pero de seguro era una tontería.- solté todo el aire que estaba conteniendo.
- Me alegro que volvamos a estar juntos de nuevo como familia.- dijo mi mamá aún estaba emocionada por la llegada de Erick.