Capítulo 13

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Narra Erick

Les cuento mi hermana adoptiva y yo nunca nos hemos llevado bien, siempre no la pasábamos peleando y discutiendo por todo, me fui por un tiempo a estudiar y luego decidí regresar por motivos de empleos. Regrese y cuando la vi, algo cambió, estaba hecha una mujer, ya no era la niña que recordaba,estaba linda, tenía un cuerpo espectacular y estaba más alta de lo que recordaba. Pensé que tal vez nos íbamos a llevar mejor pero no fue así, tal vez cambio en físico pero no en carácter seguía siendo la misma detestable de siempre, la misma antipática, la misma peleona, la misma altanera. Yo era cruel con ella y no me importaba las cosas que hacía con tal de que la pasara mal, pero ella tampoco se quedaba atrás siempre se desquitaba de lo que le hacía y eso me hacía detestarla más.

En fin tenía el trabajo perfecto, padres perfectos y una mujer muy linda detrás de mí, una de las mejores amigas de mi hermana Chelsea, pero había un problema, no se porque razón no quería nada con ella, era linda simpática, mucho menor que yo pero tenía los 18 años con eso no había problema pero no la quería, no sentía nada por ella, me gustaba su físico pero sentimental nada. Con el tiempo me di cuenta que mi hermana adoptiva la chica que menos soportaba pasó de ser despreciable a mi mayor centro de atención, no podía dejar de pensar en ella, ahora la defendía, algo que nunca antes había hecho, la apoye desde que el imbécil de su novio la engaño, todo entre nosotros había cambiado, me encantaba su forma de ser, que no se dejaba fastidiar de nadie, ni siquiera de mi, siempre la odiaba porque simplemente ella no se dejaba fastidiar de mi y siempre se desquitaba de lo que la hacía y eso ahora me parecía atractivo.

La vi sufrir por muchos días por lo de su ex y decidí dejar de molestar porque me conmovió verla triste, me iba alejar pero en cambio la apoye y hice muchas cosas para distraerla,hacerla sentir mejor y funcionaron.

Pasaban los días y cada vez me daba cuenta que me gustaba estar cerca de ella, aunque lo negara. Todavía seguían nuestras peleas porque ella siempre encontraba la manera de sacarme de mis casillas, pero no como antes, definitivamente ya no podía odiarla como lo hacía, por más que lo intentaba no podía y era porque me gustaba todo de ella, cosas que ni siquiera sabía de ella porque siempre vivíamos en guerra, pero ahora me tomaba el tiempo de conocerla más, se metió en mi mente poco a poco sin darme cuenta, sin planearlo, me encantaba su manera de hablar, su manera de ser, se que es una locura que me guste mi hermana adoptiva pero me gustaba, quería decirle lo que sentía pero no sabia como hacerlo, es más ni siquiera sabía si ella sentía lo mismo, de seguro que no, porque yo solo pensaba en todas estas locuras.

Cada vez que la tenía cerca quería besarla, quería probar sus labios y decirle que me gustaba. Las cosas estaban bien entre nosotros hasta que hizo una fiesta y decidí castigarla, ella se puso furiosa por eso pues claro que su carácter era de los mil demonios eso no cambiaba, me discutió y yo fingí ser el chico que todavía la detestaba cuando no era así pero vamos me puse celoso de verla bailando con el tipo ese y de ver como él la miraba.

Días después decidí que le iba a quitar el castigo, pero su profesor me llamó que fuera a la escuela, me contó todo lo que había hecho y no me enoje solo que decidí que no iba dejar que siguiera comportándose mal en la escuela, discutí con su ex novio de nuevo, ya que era la segunda vez que nos encontrábamos y la primera fue muy desagradable para él, me puse celoso otra vez porque el infeliz ese me dijo que ella tenía a otro. Discutimos de nuevo y esta vez le pedí que tenía que hacer lo que yo dijera aunque me explicó que no tenía a otro decidí dejarla castigada, también lo hacía por molestarla un poco, me divertía verla enojada y discutirme, se ponía como una fiera, incluso hasta molesta lucía linda.

Estaba en mi cuarto, pensando en Azul, no se que diablos tenia que no podía sacármela de la cabeza, por muchos días salí con Chelsea haber si así lograba dejar de pensar en Azul y en todas las locuras que se me ocurrían hacer con ella, pero simplemente no podía, el teléfono me sacó de mis pensamientos, era Chelsea y conteste enseguida, estaba dispuesto a seguir saliendo con ella para olvidar Azul, no tenia de otra éramos hermanos y pensar en un nosotros era imposible.

Mi hermano adoptivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora