Diario de un niño [Karmagisa]

Capítulo 15-Cita (parte 3)

23 de mayo

¡Hola diario! Papá llegará pronto junto a la tía Rio. Entonces prepararemos todos y papá le pedirá a mamá una cita.
Al parecer papá y la tía Rio ya llegaron, adiós diario. Regresaré después.

Karma suspiró, nervioso. Ya habían termina de preparar todo, no había problema con que Nagisa saliese del cuarto antes, pues solía encerrarse cada que Karma iba a visitar a Yuki.
Nagisa escuchó a alguien tocar la puerta de su habitación. Creyó que sería Karma, así que no contesto y se quedó en su lugar.
Pero, en lugar de escuchar la voz de Karma del otro lado de la puerta, escuchó la de Yuki:
—La tía Rio esta aquí, dice que quiere hablarte de algo y que te espera en la sala.
Seguido de eso, escuchó los apresurados pasos de Yuki bajando las escaleras.
Nagisa suspiro y se levantó, no sabía que hacía Rio ahí, pero no dudó y se encaminó a la puerta. La abrió y frunció el ceño al ver algunos pétalos de rosa roja desperdigados por el suelo simulando un camino hasta las escaleras.
Nagisa siguió aquel improvisado camino, bajando las escaleras y con un recuerdo emergiendo en su mente.
Aquel disparejo e improvisado camino dirigía a la sala.
Al entrar notó como los muebles estaban amontonados en rincones, despejando así el centro de la sala; en el cual se encontraba Karma de pie.
También, notó como al momento de entrar en la habitación comenzó a sonar una melodía muy familiar; era una canción lenta, perfecta para bailar junto a alguna persona especial.
Karma lo miró y, con su típica sonrisa segura en el rostro se le acercó y le ofreció una mano.
—¿Me permites esta piesa?
Nagisa dudó unos segundos, pero finalmente tomó la mano de Karma, aceptando su invitación.
Karma lo guió de regreso a el centro de la sala y ambos comenzaron a bailar al compás de aquella lenta canción.
En ese momento, Nagisa recordó algo:
Cuando aún tanto el como Karma eran parte de la clase de asesinato, la clase 3-E.
La Navidad estaba a la vuelta de la esquina, y por eso, antes de que fuesen vacaciones de Navidad a Koro-sensei se le ocurrió la grandiosa idea de hacer un "baile de Navidad" (aunque todos sabían que sus verdaderas intenciones era que quería hacer otro de sus "intentos de casamentero"). Así que ahora todos los integrantes de la clase E se encontraban en aquel "baile", unos con pareja y otros, como Karma y Nagisa, solos.
Nagisa no había querido invitar a nadie, más que nada porque no se le ocurría a quien invitar. Mientras él divagaba en sus pensamientos recorrió el lugar con la vista. Koro-sensei había decorado todo el lugar, y todos los pupitres ahora estaban en quien-sabe-donde; pero la estancia estaba completamente despejada (a excepción de la mesa del profesor, desde la cual Koro-sensei hacía de "DJ" y de ves en cuando su voz se oía por un micrófono por encima de la música, diciendo cosas como "¡Irina-sensei, comportese! ¡Lo mismo para ti, Okajima-kun!" O "¡Karma-Kun, dije que los intentos de asesinato están prohibidos por hoy!").
Nagisa buscó con la mirada a Karma, pero no lo encontró... Karma... Últimamente no podía sacar a ese pelirrojo de actitud juguetona y sonrisa confiada de su mente...
Soltando un suspiro, decidió salir y dar un paseo por la montaña para despejar un poco su mente. Encontró un buen árbol bajo el cual se sentó. Estuvo ahí, pensando en Karma y mirando las estrellas y la luna (o lo que quedaba de ella) hasta que creyó que ya debería regresar, y así lo hizo.
Se sorprendió al llegar de nuevo fuera de aquel destartalado y viejo edificio y ya no escuchar música, señal clara de que el baile había terminado. Se encogió de hombros, dispuesto a irse de ahí hasta que notó algo en el suelo: pétalos de rosa roja que lo guiaban hasta la entrada de aquel viejo edificio.
Miró a ambos lados, algo desconcertado. Pero finalmente siguió aquel camino hasta el aula que anteriormente estaba llena de alumnos de la clase E que bailaban y se divertían.
Al entrar, una suave música comenzó a sonar. Karma estaba en el centro del lugar, y en cuanto lo vio sonrió y se le acercó, ofreciéndole una mano.
—¿Me permites esta piesa? —Nagisa no se lo pensó mucho y aceptó la invitación de Karma. Ambos caminaron hasta el centro del lugar y comenzaron a bailar al ritmo de la suave y lenta música. Se mantuvieron unos minutos en un muy cómodo silencio, sólo disfrutando de aquel baile y el leve roce de sus cuerpos.
—Nagisa... —rompió el silencio Karma—Mi cumpleaños está cerca y me preguntaba... ¿Saldrías conmigo ese día?
Nagisa miró a Karma unos segundos, mientras este le regresaba la mirada, expectante.
Nagisa sabía que Karma no se refería a una típica salida sólo de amigos... Pero no le importó, y sonrió besando la mejilla de Karma.
—Me encantaría...

—Nagisa...—el peli-azul salió de sus divagaciones y observó al pelirrojo—Se que sabes seguramente que te pediré pero igual lo diré... ¿Quieres salir conmigo?.
Nagisa guardó silencio... Añoraba aquellas salidas con Karma, ambos sólo tonteando por ahí mientras se tomaban de las manos... Pero por otro lado... No estaba seguro de si quería (o si estaba listo) para tener una cita con Karma luego de tanto tiempo... Pero entonces recordó a cierta personita (que sabía seguramente estaba detrás de todo eso) que le había dicho con sus ojos de cachorro abandonado "Mami, si papá quiere que tengan una cita por favor acepta".
Nagisa lo pensó unos segundos más, y finalmente contestó:
—Muy bien...
No dijeron nada más, pero la sonrisa que tenía Karma lo delataba, estaba mucho más que feliz de que Nagisa aceptase su invitación.
La canción terminó y ambos se miraron a los ojos unos segundos, hasta que Nagisa se separó y dijo:
—Suerte limpiando esto... Y llámame luego para lo de la cita...—y sin más salió de la sala y regresó a su habitación.
Aunque Karma sólo se sintió más feliz al ver el sonrojo que se había pintado en las mejillas de Nagisa... De su Nagisa...
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El cap más largo hasta ahora... Ay, dos capítulos... Se que me aman :'D