Cap. XIII. Entregarte mi Corazón.

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La noche cayo rápidamente mientras pensaban donde acampar esta vez, la brisa no podía ser mas fuerte debido a que los elfos detenían la rabia que movía a la sirena a agitarse de aquella manera, sus ojos no habían perdido las rayas blancas en todas esas horas y el empezaba a sentirse nervioso de quedarse a solas con ella.

-El no le hará nada- Murmuro tomando las manos de la chica que estaban más heladas que de costumbre. –Confía en mi- Dijo viendo como ella fruncía el seño en forma de desacuerdo.

-Ella no debía decírselo- Bufo sentándose rápidamente. –Está prohibido revelar nuestra verdadera condición a humanos mucho mas a demonios como el- Dijo viendo como el rubio sonreía y se sentaba frente a ella.

-Demo tu...- Pero el sonrojo que apareció en el rostro de la chica le hizo ampliar aun mas su sonrisa y tomo aquel rostro entre sus manos ahora más confiado.

-Te protegí y eso me delato- Acepto suspirando lentamente, eso también estaba prohibido, ella quería decírselo pero no de aquella forma y no tan precipitadamente, mientras que Hinata se alejo a propósito de ella y se llevo a aquel Demonio para que la viera.

-Y entonces?- Pregunto ahora más cerca de ella, pudo sentir como esta se hecho para atrás avergonzada, el era realmente muy viejo para detenerse a pensar en aquellas cosas y si quería algo sencillamente lo hacía, simplemente le encantaba fastidiar así a esa sirena que parecía ser tan diferente.

-Entonces... Que no lo hice intencionalmente- Se excuso cruzándose de brazos, escucho la risa del rubio que empezó a hacer eco por todo el lugar y se sintió más avergonzada que antes.

-Igual es algo que me gusto descubrir... Por mi cuenta- Dijo sonriendo zorrunamente mientras se acostaba tranquilamente en el pasto. –Sasuke-teme se habrá vuelto loco- Reflexiono sin percatarse de que sus palabras habían asustado totalmente a la castaña.

-Como... Como que se... volvió loco?- Dijo aterrada sintiendo como todo su cuerpo temblaba y recordó que el dragón había dicho que él estaba bastante irritado, tanto que no dudo en ordenarle desaparecer a unas cuantas criaturas.

-Iie...- Se disculpo el rubio dándose cuenta de lo que había hecho. –Me refiero a que seguro se sintió traicionado... El no suele confiar mucho en las personas-

-Acaso ese Demonio confía en Hinata?- Pregunto incrédula mientras el rubio asentía tranquilamente. –Demo...-

-Te lo dije... Nosotros esperamos un año para hallar a Hinata- Empezó tomando aire para seguir su relato. –No sabíamos que era Sacerdotisa ni mucho menos sirena, pensamos la tenían contra su propia voluntad demo...-

-Nunca lo mencionaste- Lo interrumpió algo molesta, ella sabía que iban por Hinata pero nunca se había detenido a pensar en aquellos insignificantes detalles.

-El teme siempre fue el más preocupado...- Admitió viendo como los ojos de la castaña se ampliaban sorprendidos. –Se aisló de Sakura-chan y de mí y solo hablaba con Fuwa... Solo pensando en cómo hacer para sacarla, como recuperarla-

-Que estas queriendo decir?- Murmuro acortando un poco más la distancia entre ellos. –Acaso el...-

-En ese momento no lo sabía... Demo luego del Bosque de las Ilusiones lo supe- Acepto sonriendo ampliamente satisfecho por haber sido tan observador. –Supongo ella siente lo mismo por él y debido a eso Sakura-chan se marcho-

-No puede ser!- Gruño poniéndose de pie de golpe. –Ella hará... No puede- Empezó a reflexionar empezando a caminar hacia el interior del bosque.

-Que sucede Umiko?- Interrogo empezando a seguir a la mujer. –Acaso ella no puede quererlo?-

-No es que no pueda...- Empezó sin mirar al rubio, ahora lo entendía, entendía cual era el verdadero objetivo de su amiga y no podía permitírselo. –Hará una estupidez- Gruño corriendo cada vez más rápido.

La Maldición de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora