Cap. XVI. Un señuelo.

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Podía sentir la brisa intentar cortar su piel, la velocidad que llevaba el pelinegro era realmente asfixiante, pero de alguna extraña manera disfrutaba de compartir esa sensación que él le brindaba, amaba de alguna manera cada detalle de esa demoniaca presencia que había terminado de cautivar su corazón.

-Las serpientes rodearon a Fuwa...- Comento Sasuke mirando siempre hacia el frente, salto uno de los arboles caídos indicándole que Naruto había estado peleando por el lugar, podía sentir la excitación bullir en su interior ansiando el momento de poder utilizar su poder contra su propia especie.

-No son las de mi otosan...- Murmuro la ojiblanca dejando que su propio poder buscara el equilibrio en su interior, purificando cada una de sus células mientras liberaba lentamente un poco de la maldición, poder que le había brindado el pelinegro, poder que la protegía indirectamente, liberando totalmente lo que era su verdadera presencia.

Sasuke empezó a bajar la velocidad intentando reconocer a los seres que vagaban fugazmente a su alrededor, notando presencias conocidas, gruño deteniéndose totalmente saltando hasta la copa de uno de los arboles liberando por fin a la chica que iba en sus brazos.

-Quédate aquí...- Dijo roncamente moviendo su cuello de un lado a otro dejando que un traqueo acomodara su cuello, liberando la tensión, podía sentir sus espadas latir sobre su espalda, sonrió relamiéndose, esperaba ese momento desde hacía demasiado tiempo.

-Iie...- La suave voz de Hinata lo hizo detenerse, estaba sonrojada y aunque su cuerpo parecía vibrar levemente en aquella mirada perlada se podía admirar la determinación. –Puedo luchar...-

-Podrían asesinarte...- Se quejo girándose totalmente hacia la chica, la tomo de los brazos acercándola un poco más, la ojiblanca suspiro sonriendo fugazmente mientras tomaba impulso para rozar los labios del pelinegro.

-No te dejare solo...- Susurro colocando sus manos sobre las del Uchiha, este sorprendido dejo que se liberara suavemente de su agarre. –Cuida de mí...- Completo sonriendo tiernamente mientras se dejaba caer de la copa del árbol.

"Kuso..." Maldijo interiormente al verla desaparecer en el aire, se acerco a la punta intentando encontrarla y se lanzo liberando totalmente su maldición esperando poder alcanzarla.

El sonido del aire contra su propio peso empezaba a hacerse intolerante, sus ojos buscaban aquella delicada silueta pero nada, podía sentir la cercanía con el suelo y aun mas, como aquellos demonios habían detectado su presencia, lo buscarían y ella estaría en medio.

-Kuso!- Gruño alzando nuevamente el vuelo, no podían encontrarla junto a él, agarro una de sus espaldas y corto unas cuantas ramas en la dirección que pensó había caído la chica, llamando así la atención de unos cuantos enemigos, nuevamente la excitación de una batalla ardía en su interior empezando a nublar su preocupación.

-Sasuke!- Un gruñido a su lado lo hizo sonreír, debía confiar en ella, era todo lo que podía hacer, asintió deteniéndose de golpe mientras se apoyaba en una de las ramas de los arboles.

-Te dije que seguirían cerca- Dijo prepotentemente mientras escuchaba a su amigo gruñir, conocía bien aquella apariencia, rodeado de rojo, totalmente transformado en una gran bestia, aun mas que los propios cazadores.

-Son molestos demo... No tienen tanta fuerza- Decreto irguiéndose un poco, sus ahora dorados ojos miraban curiosamente al Uchiha, sonrió al notar lo despreocupado que se encontraba. –Hinata?...- Se atrevió a preguntar notando la involuntaria sonrisa que apareció en el rostro del pelinegro.

-No lo sé...- Respondió vagamente tomando su otra espada, suspiro esperando que sus enemigos los encontraran. –Estará bien...- Aseguro sonriendo prepotentemente, sus colmillos brillaron mientras se colocaba en posición de ataque.

La Maldición de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora