Capítulo 19

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Al mirarse al espejo por quinta vez, Katniss, seguía buscando indicios en su aspecto que la hicieran ver fea, sin embargo había hecho las cosas bien, desde los zapatos hasta el cabello. Tardo un montón de tiempo poniéndose cada prenda y sobre el maquillaje ni hablar. El vestido azul le encajaba perfectamente, aunque se coloco su abrigo negro para ocultar el escote, debido a que no se sentía segura al llevarlo. Casi no se puso maquillaje, solo un poco de labial rojo y algo de rímel, su cabello castaño iba suelto y le caía por los hombros, los tacones de sus zapatos eran de 7 centímetros, y la hacían sentir cómoda.

Annie se ofreció voluntaria para ayudarla, pero Katniss rechazo su oferta, ya que no quería que la vieran maquillarse, ni vestirse, ni nada, quería arreglarse por sí sola. Finalmente se puso perfume y le sonrió a su reflejo satisfecha.

Peeta, no se le acerco durante los días de escuela, eso sí, Katniss lo pillo un par de veces mirándola y este le sonreía de manera inocente, aunque intentara negarlo le gustaba mucho que él la mirara, mientras ella no se daba cuenta. Peeta no tardaría en llegar, lo que significaba que tenía que bajar a la sala, para ahí esperarlo, no le apetecía la idea de que Peeta volviese a entrar a su casa, y más aun con su madre dentro.

El vestido le llegaba a las rodillas, lo que le facilitaba caminar con fluidez, tomo el pequeño bolso de su cama, salió de su habitación, bajo las escaleras lentamente, mientras se acostumbraba a los tacones, a los cuales, les tenía miedo desde que se lastimo el tobillo. Al llegar a la sala, trago saliva y comenzó a sentir una emoción que la hacía sentirse estúpida.

Se sentó en uno de los sofás, a esperar, de pronto Alma salió de la cocina con un vaso de whisky en la mano y en cuanto  miro a su hija, soltó una carcajada.

—¿Eso es lo que te llevaras esta noche? —pregunto sonriente, y señalo el vestido de Katniss.

—Si, ¿Algún problema? —le contesto, era más que evidente que su madre quería hacerla enojar.

—Ninguno, solo que pensé que hoy, por lo menos hoy, te pondrías algo lindo —se acerco a ella y acaricio la tela del vestido e hizo una mueca de asco. —no algo tan horroroso.

—No estoy pidiendo tu opinión —Le dijo cortante.

—Pues deberías, creo que una anciana de 60 años se vestiría mejor que tu —Katniss, se sintió muy decepcionada al respecto “¿Me veré mal? ¿El vestido será realmente feo?” se preguntaba mentalmente.

—¡Yo decido lo que me pongo! —grito, Alma hizo una mueca de enojo y comenzó a rondar por la sala, con el paso de una persona que esta borracha.

—Yo solo quería darte una opinión constructiva, pero tú… siempre quieres llevar la contraria —dejo su vaso vacio en una mesita de la sala y volvió a reírse, Katniss creyó que su madre estaba loca. —Te pareces a tu padre —le dijo ella, y supo que con eso bastaba para hacer sentir mal a Katniss.

—Eso no es cierto —la mirada que Katniss le dirigió a su madre, era una mirada letal.

—Claro que si, son idénticos y lo sabes. Ambos son unos malagradecidos, estúpidos, con un carácter de los mil demonios, son como dos gotas de agua. A tu padre no le importaba si iba vestido con periódico, nunca le importo su imagen, por eso me recuerda a ti.
Katniss se levanto del sofá, para confrontar a su madre.

—Yo no me parezco a ese hombre —Katniss puso mucho énfasis en cada palabra que pronuncio.

—¡Ahora te haces la santa! —su madre le dio un empujón, que la hizo caer de espaldas, contra el piso.

El golpe no fue tan fuerte, pero desoriento un poco a Katniss, que se sentía una completa tonta, por llegar a creer que esa noche seria de las mejores de su vida, se apoyo de la pata de un sofá, para tener mayor propulsión y logro incorporarse.

©Eres Mi Salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora