Capítulo 26

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La hermana menor de Peeta, se ofreció a acompañar a Katniss hasta su aula de clase después de almorzar. Annie metió sus pulgares bajo las cintas de su mochila rosada sobre sus hombros, parecía nerviosa, hasta que no se pudo contener más y hablo, antes de que Katniss se adentrara dentro del aula.

—Escucha Kat —ella dudó—. Sólo… cuídate de Delly, ¿bien?

—Espera un segundo —dijo—. ¿Cómo puedes decirme que me cuide de alguien como Delly, siempre esta rodeada de gente, ni siquiera la conozco?

Annie miró hacia abajo y rascó el suelo con la punta de su tenis, haciéndolo rechinar.

—Tú no la conoces, es una perra. Siempre esta acostumbrada a tener lo que quiere y yo se que ella quiere a Peeta para ella.

—Oh —Katniss meditó durante un momento, recordando que ella no era mucha competencia para la rubia. — ¿Piensas que ella pudo poner la hoja en mi casillero?

—No solo lo pienso, estoy segura, ella debió estar en la fiesta de Rue, debe odiarte. Descuida Katniss eres una chica genial y mis amigas piensan lo mismo —la chica le sonrió y coloco uno de sus delgadas y pequeñas manos en el hombro de Katniss. —Mira, yo no dejaré que te molesten de nuevo y Peeta hará lo que sea por descubrir quien lo hizo.

Se pregunto si Peeta realmente estaba tan interesado en algo tan tonto como una simple hoja de papel, lo que significaba que ella le importaba.

Peeta era popular y Annie también lo era aunque de diferente manera. Nunca había sentido lo que era que alguien se preocupará por ella de esa manera y mucho más por algo tan minúsculo.

—Gracias, me parece lindo que pienses eso de mi.

—Promete que nos encontraremos al final de clase. Todos iremos por un helado —comentó Annie llena de entusiasmo.

—Lo prometo —dijo ella sonriendo, mientras abría la puerta del aula.

Annie le dedico una sonrisa sincera y se despidió con un beso en la mejilla de Katniss, para luego correr por los pasillos como una niña pequeña.

Las clases se tornaron un tanto fáciles, pues casi nadie la miraba como en las otras clases, lo que hacia más sencillo sobrellevar la situación. Se sintió tan segura y con esperanzas renovadas. Era genial encontrar gente que la consideraba interesante y que no la juzgaba como todos, y el principal en esa lista era Peeta, todo se resumía a él. Todo lo que ella pensaba era acerca de ese chico, todo quedaba en segundo termino cuando pensaba en Peeta.

Al salir del instituto, tuvo la fugaz idea de toparse con Annie y Peeta, tal vez intentaría ser amable con ambos y no tendría tanto miedo de estar cerca del chico si Annie estaba junto a ellos. No obstante un mensaje de texto de su madre la sorprendió.

"Ven a casa después de la escuela. Rápido"

Por un momento la chica pensó en desobedecer, pero tratándose de su madre, era posible que hubiese incendiado la casa. Por ende en cuanto acabo su clase de Artes plásticas, la chica salio hecha un rayo en dirección a su hogar, más tarde le mandaría un mensaje a Annie.

Cuando entró a su casa, inmediatamente notó el olor a alcohol y a cigarrillo encendido invadiendo cada rincón de la sala, pero por otro lado no había indicios de algún accidente domestico.

—Ya llegué —anuncio Katniss buscando a su madre en alguno de los deteriorados sillones de la sala, pero no se hallaba en ninguno.

—Me he dado cuenta de ello — respondió Alma saliendo de la cocina,  evaluó a Katniss rápidamente, para luego con una experiencia de fumadora llevar un cigarrillo encendido a sus labios.

©Eres Mi Salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora