Capítulo 33

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-¿Sucede algo? –preguntó Peeta en cuanto la vio acercarse a la cancha donde Finnick y él habían estado entrenando hasta hace poco.

Ella estaba ahí con los pensamientos aglomerados en su mente, sin saber cómo explicarle a Peeta que lo necesitaba, y aclarar las dudas que tenía respecto a esos chismes de pasillo.

-Seré directa contigo porque acordamos tenernos confianza, porque somos amigos. Y al ser amigos tenemos que confiarnos las cosas que nos tienen preocupados, y en estos momentos necesito aclararme.

-Me alegra que estemos avanzando –dijo animado, mientras se limpiaba con el dorso el sudor de su frente, un poco apenado por el hecho de que ella lo encontrara en ese estado lleno de tierra y empapado por el sudor, tras tanto tiempo entrenando, Finnick queriendo jugar al cómplice, comenzó a alejarse lentamente, para brindarles privacidad.

-Hoy unas chicas me cuestionaron sobre si tú y yo, estamos saliendo, no solo saliendo, más bien que solo no estamos liando, y me dijeron que circulan miles de rumores más… Peeta, ¿Esto es real? Me refiero a lo que tenemos, dime que no hay ninguna doble intensión en esto porque no lo soportaré.

Todo eso era una sorpresa, el hecho de que ella pudiese pensar que él tenía alguna otra intención, cuando en realidad solo quería hacer las cosas bien, la abrazo para apagar todas esas inseguridades, porque no toleraba la idea de que ella sufriera, y porque tenía que admitir que ansiaba tenerla entre sus brazos de nuevo. Ella se apretujo al instante contra él, lo quería aun con toda esa tierra impregnada en su ropa, ella también estaba enamorada del Peeta deportista, ella lo amaba vistiese como vistiese, eso no importaba con tal de estar junto a él, de eso se trata el amor, de estar dispuesto a amar en cualquier situación, en las virtuosas y en la vergonzosas y en la alegría y en la tristeza.

-No debes tener miedo Kat, yo siempre he hablado con la verdad, cada promesa que te haga estará cargada de lealtad, lo que nosotros tenemos es solo nuestro, y siempre será con la mejor intención. Mientras tu y yo, seamos honestos, lo que digan los demás no importa en lo absoluto, ¿entendido?
Ella asintió y lo abrazo aun con más fuerza, le dolía saber que ella no estaba siendo del todo honesta, él aun ignoraba su historia con Gale, pero temía su rechazo, tarde o temprano tendría que decírselo, si no quería perderlo, pero durante ese instante que parecía tan suyo, prefirió dejar ese asunto para otro momento, haría que durase todo lo posible, antes de decepcionar a la persona que más le importaba en su vida.

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Era una costumbre ya para el equipo de animadoras de la preparatoria realizar sus entrenamientos los mismos días que los chicos del equipo de fútbol, a algunas les resultaba realmente molesto, pues el tiempo que dedicaban a la practica de sus rutinas era escaso, ya que la mayoría del rato, su capitana Delly se escabullía y espiaba a Peeta Mellark entrenar,  ella era quien modificaba los días y los horarios para que estos coincidieran con los de los del equipo de fútbol, las chicas del club de animadoras ansiaban que su capitana se enfocara en sus rutinas de entrenamiento y dejar de un lado a Mellark, pero Delly mandaba y si alguna de ellas respingaba generalmente la rubia no dudaría en aplicar un castigo, se veían sometidas ante las decisiones de una chica que a veces parecía estar demente.

-¡Demonios! Delly nos dejó haciendo sentadillas desde hace más de quince minutos y aún no llega –se quejó una chica del equipo, el resto comenzó a quejarse también, mientras se frotaban los adoloridos músculos.

-Todas cierren la boca, Delly dijo que no pararan, hasta que ella regresara, así que ¡cero quejas y no paren! –vocifero furiosa Clove, quien era la segunda al mando ahí, mientras Delly  se ausentaba en sus visitas acosadoras hacia Mellark, las cuales, nunca tenian éxito, pues él no parecía sentirse para nada atraído con la capitana, él siempre era cortes y caballeroso, pero jamás había cedido ante los encantos de Delly.

A la chica no le importaba en absoluto y seguía escabulléndose del entrenamiento con las porristas e iba avistarlo, o simplemente se paseaba cerca del campo, para llamar la atención con sus escotes pronunciados y sus faldas cortas que dejaban al descubierto gran parte de piel de sus bien desarrolladas piernas, las cuales forjaba tras horas en el gimnasio y estrictas dietas, era un imán para los hombres, la deseaban y a pesar de ello no estaba satisfecha, pues ella solo quería llevar a su cama a un chico y ese era Peeta Mellark, tenía esperanzas de que pronto él cediera ante sus constantes intentos de flirteo, pero ese día se topó con una escena que la hizo sentirse estúpida y demasiado furiosa, era Katniss Everdeen de nuevo, pasando tiempo con Peeta, y él le miraba como si tuviese en frente a la octava maravilla del mundo, para la mala suerte de Delly, también presencio el momento exacto, en el que Peeta envolvió a la chica castaña en fuerte abrazo.

Celosa e incapaz de seguir presenciando aquella escena que le proporcionaba asco y repugnancia, pues no lograba entender que era lo que alguien como Peeta veía en alguien tan poco interesante como Katniss.
Se negaba ante la posible idea de que en verdad estuviesen saliendo, o incluso liándose, pues no quería ser la perdedora de la escuela, sería la burla del instituto si la gente supiese que Peeta hubiese preferido acostarse con Katniss Everdeen antes que con alguien como ella, sería una humillación terrible, llevaba días tratando de encontrar algo que le permitiera destruir públicamente a Everdeen, o mejor aún, algo que pudiese hundirla ante los ojos de Peeta, algo que la dejara fuera del juego.

-Nadie tiene un historial perfecto –susurro Delly, mientras caminaba de regreso-. Te voy a joder Katniss, te voy a joder de la peor manera, ya lo veras –dijo con seguridad, mientras sonreía, regreso con el equipo de animadoras, y desato su furia contra ellas, exigiéndoles más sentadillas, mientras escupía tantas maldiciones como su coloquial lenguaje se lo permitió.

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Hola.

Gracias por leer.

©Eres Mi Salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora